Arturo Cruz Bárcenas Ť Hay música cuya mejor cualidad es su sencillez, letras francas y voces auténticas. Tal es la característica del dueto Miguel y Miguel, originario de Angostura, Sinaloa, intérpretes de música ranchera campirana, de la real, no de esa que alucina el comercial del mundo cigarrero.

Formado hace 12 años, este grupo promueve la música pueblerina, con sólo dos guitarras, pero que se escucha a la manera de Las Jilguerillas. Les han propuesto cantar con mariachi, pero se mantienen firmes en conservar su estilo, el cual los ha hecho famosos en el norte de la República Mexicana.

Destacan que algunos de los temas por ellos interpretados tienen profundas raíces y conservan esa memoria que en los pueblos se va dando por medio de canciones. La música ranchera campirana que predominó a principios de siglo fue desapareciendo con la urbanización y el desarrollo tecnológico, y Miguel y Miguel la retoma y la difunde no sólo en México, sino en Estados Unidos.

Miguel Angulo y Miguel Montoya se conocieron cuando niños; en ese entonces su principal actividad era pescar en la bahía. En sus ratos libres tocaban y animados por familiartes grabaron un disco de manera independiente. A la fecha cuentan con 16 producciones discográficas, las cuatro más recientes bajo el sello de Discos Sabinas (Disa). En 1995 grabaron Cruz de madera, de donde surgió el éxito Sonora y sus ojos negros; un año después presentaron Los dos amantes, y en 1997 el álbum Cariño nuevo. De cada uno vendieron más de 100 mil copias.

En el año que corre estrenan El collar de Guamúchil, en la que se aprecia ese estilo que logran con sus guitarras y voces. Angulo (primera voz y armonía) y Montoya (segunda voz y requinto) son apoyados por José Ariel Inzunza, quien toca el bajo eléctrico. ``Este tipo de música se escuchó a principios de siglo, pero después todos se concretaron a realizar producciones apoyados por nuevos instrumentos (...) Es un estilo diferente, el cual proyectamos muy bien al pueblo'', expresan.

Cuando no andan de gira, los Migueles se dedican a atender las necesidades de sus respectivos ranchos.