En Mazatlán, Oaxaca, crece el terror paramilitar
Matilde Pérez U. Ť Cerca de 30 asesinatos en los últimos tres años, la toma del palacio municipal, así como amenazas y persecuciones contra autoridades y campesinos de la región, es el resultado de la creciente violencia impuesta por un grupo paramilitar de presunta filiación priísta en el municipio de Mazatlán Villa de Flores, Oaxaca, denunciaron el presidente y síndico municipales, Apolonio García Palacios y Antonio García Aguilar.
En 1995, meses antes del proceso electoral -en julio de ese año se renovaría el ayuntamiento por el proceso de usos y costumbres- el grupo armado bloqueó los caminos de acceso a la cabecera municipal y, para generar mayor temor y zozobra entre los habitantes, asesinó a los campesinos Pablo Mendoza y Herminio Rayón Roque. Durante las elecciones destruyó urnas, secuestró a simpatizantes de las actuales autoridades y durante varios días obstruyó el único camino de acceso a las 42 comunidades que conforman el municipio. Aunque el grupo de priístas aceptó el triunfo de García Palacios, la violencia se agudizó.
A partir de entonces, los asesinatos en las veredas se multiplicaron, así como las amenazas de muerte y hostigamiento tanto en contra de autoridades municipales como de dirigentes comunitarios que se manifestaron en contra del PRI. Por ello, presidente, síndico, regidores y autoridades comunitarias de San Simón, Aguacatitla, San Pedro de los Encinos y Agua de Cerro presentaron ocho solicitudes de intervención al gobierno federal para frenar el terror en la zona e incluso solicitaron a la Comisión Nacional de Derechos Humanos interviniera en el caso, pues las autoridades judiciales del estado, en lugar de aprehender a los miembros del grupo armado giraron órdenes de aprehensión en contra de los dirigentes comunitarios.
La CNDH se declaró incompetente, mientras las autoridades estatales mostraron indiferencia. ``El estado de terror se impuso: los asesinatos aumentaron -entre 1996 y 1997 sumaron más de una decena- y en mayo de 1997 varios de los integrantes de ese grupo paramilitar violaron a una menor de edad. En junio de 1998, una vez más las autoridades de Mazatlán Villa de Flores iniciaron un plantón frente a palacio de gobierno, en la ciudad de Oaxaca, para demandar se aplicara la ley en contra del grupo armado. Allí, el 22 junio, murió una de nuestras autoridades, por lo cual el gobernador Diódoro Carrasco aceptó recibir a la comisión y actuar en contra de ese grupo armado para restablecer el orden y reforzar la vigilancia el tiempo que fuera necesario. También se comprometió a intervenir para que el grupo de priístas desalojara el palacio municipal que tenían ocupado meses atrás. Pero las acciones no se llevaron a cabo.
A pesar de la zozobra y tensión en la región, el 20 de julio los mazatecos de ese municipio eligieron por el sistema de usos y costumbres a Raymundo Rosas Carrizosa como el nuevo munícipe. Días después, el 5 de agosto, el grupo paramilitar secuestró a Amparo Gutiérrez Marín, a quien golpearon y provocaron quemaduras en la parte izquierda del cuerpo; dos días después, secuestraron a Vicenta Delgado Mota, a quien también torturaron. Preocupados por la situación, el munícipe y su gabinete, acompañados por cerca de 300 personas trataron de salir en caravana a la ciudad de México para exigir acciones en contra del grupo armado.
Una vez más, los presuntos priístas armados trataron de impedir la salida de los mazatecos. Por la situación, el munícipe y los campesinos suspendieron la caravana. Sin embargo, el 2 de septiembre un grupo de 80 indígenas inició un plantón frente al Senado y 19 autoridades municipales comenzaron una huelga de hambre para, nuevamente, pedir al gobierno federal y al de Oaxaca ejecuten las órdenes de aprehensión en contra de los presuntos priístas armados.
``No basta con una reforma constitucional -dijo García Aguilar refiriéndose a las elecciones por usos y costumbres-, ésta tiene que ir acompañada por voluntad política para impedir que la violencia continúe en el municipio'', en donde ese grupo armado, que ``pretende continuar con su cacicazgo, ha asesinado en dos décadas a 68 personas''.