La Jornada 14 de septiembre de 1998

Quieren desaparecer el sindicato ferrocarrilero

Elizabeth Velasco Ť Con un historial asociado a la privatización de Ferrocarriles Nacionales (Ferronales); la liquidación de más de 50 por ciento de la planta laboral, que en sus orígenes era de 83 mil empleados; la venta del contrato colectivo de trabajo -implicó la desaparición de 90 por ciento de su clausulado-, y el uso de la represión contra opositores, el líder nacional del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM), Víctor Flores Morales, se apresta a desaparecer de una vez por todas esta organización para fundar la Unión Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros.

Lo informó la disidencia y lo ratificaron colaboradores cercanos al dirigente. Aseguraron que el también diputado priísta negoció con las compañías Transportación Ferroviaria Mexicana, Ferrocarril Mexicano (Ferromex), Ferrocarril del Sureste y Ferrocarril Terminal Valle de México, ``la desaparición del sindicato para restarle fuerza mediante la creación de una pequeña organización'', así como la liquidación de 600 trabajadores, 150 de ellos pertenecientes al sindicato y el resto a las empresas.

Dijeron que el célebre diputado -miembro del Bronx priísta y protagonista de escándalos en la Cámara de Diputados- ``convocará en breve a una convención sindical para eliminar los estatutos del STFRM y en su lugar crear la Unión Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros que estará integrada por los actuales miembros del Comité Ejecutivo Nacional del sindicato''.

Salvador Zarco, dirigente del grupo disidente Heróe de Nacozari, y colaboradores cercanos al propio Flores Morales -quienes pidieron el anonimato por temor a represalias- indicaron que también pretende vender los inmuebles del sindicato. Entre ellos, el edificio sede del STFRM, ubicado en Ricardo Flores Magón 206, y 39 propiedades en el interior de la República.

Afirmaron que las bases de este organismo serán los aproximadamente 30 mil trabajadores restantes de 83 mil 300 que había en 1990, de los cuales se ha liquidado ya a 50 por ciento y que su creación fue ``una exigencia de la patronal''. De esta manera, las empresas no encontrarían ninguna oposición a la flexibilización de las condiciones laborales y terminarían por liquidar al personal que consideran excesivo, dijeron.

``De los 600 trabajadores que intenta liquidar, 150 laboran en diversas comisiones para el sindicato en los estados de la República, y el resto en las empresas. Como a los nuevos empresarios no les conviene tanto personal, Flores hizo arreglos particulares para concretar la liquidación''.

Mediante esos arreglos -afirmaron Zarco y los colaboradores cercanos de Flores- ``el dirigente sindical recibe sumas millonarias que distribuye entre los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), como Francisco Grajales, secretario de organización; Manuel Armando Márquez, secretario nacional tesorero; el presidente del Comité Nacional de Vigilancia y Fiscalización, y otros a quienes entrega cheques por más de 50 mil pesos, según el tipo de negociación''.

En torno a las liquidaciones, sostuvieron que en Veracruz y en el Distrito Federal ya se están llevando a cabo y que ``Flores o su secretario particular, Javier Ismael Santos Loya, entregan a cada trabajador un bono por 25 mil pesos; ambos se quedan con las liquidaciones bajo el argumento de que ya les han conseguido mucho'', afirmó Zarco.

Incidentes agravios al contrato

No sería la primera vez que el líder ferrocarrilero vende el contrato colectivo de trabajo, aseguran los trabajadores, pues fue el responsable de las negociaciones en el proceso privatizador que eliminó el carácter estratégico de Ferronales; Flores contó con la asesoría de Jorge Peralta Vargas, ex dirigente del STFRM, quien, no obstante, tenía antecedentes penales en Veracruz y estaba impedido para actuar legalmente para dar luz verde a los cambios constitucionales. Afirman que ``vendió'' los contratos colectivos de trabajo de los cuales, de tres mil 45 cláusulas antes de la desincorporación de los ferrocarriles, quedaron sólo 38.

Refieren, además, que se estaría negociando al relevo de Flores en la dirigencia sindical, quien en febrero pasado se reeligió; Francisco Grajales sería el próximo sucesor, quien ha tenido un papel importante en la elaboración de los nuevos contratos colectivos.

``Para justificar la llegada de Grajales, el propio Flores ha hecho correr el rumor de que renunciará al Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros para ocupar la secretaría de Asuntos Indígenas en el gobierno de Miguel Alemán Velasco y que Fidel Herrera Beltrán, coordinador de la campaña del gobernador veracruzano, es su padrino político'', indicó Zarco.

Los trabajadores inconformes sostuvieron que Flores posee una cuantiosa fortuna que ``ha amasado a costa de los ferrocarrileros, a través de actos de corrupción y diversos ilícitos'' y que ``posee varias propiedades en Veracruz como huertos, villas, ranchos y una discoteque que presuntamente utiliza para lavar dinero, además de que a él y a Grajales se les relaciona con la compra de siete autoóviles robados''.