Madrid. Mientras el grupo de teatro catalán La Fura dels Baus presenta su versión del Fausto de Goethe en el teatro Olimpia, cuatro películas mexicanas hacen su aparición en La Casa de América. La puesta en escena de La Fura ha desconcertado a los espectadores. Además del D.J. en escena y de los desconciertos habituales que suele provocar esta banda de teatreros, ahora se les ha ocurrido presentarse, por primera vez, en un espacio de teatro convencional con butacas para el público y escenario, como ésos que utiliza siempre Adolfo Marsillach.
La Casa de América, situada en la punta del Paseo Recoletos, también desconcierta. Antes era el palacio de Linares y todavía hoy, en sus cámaras, antecámaras y recámaras, se respira un lujo principesco. Esta casa representa a los países de América Latina, por el sencillo método del enfrentamiento de los contrarios: la situación boyante de este inmueble es inversamente proporcional a la situación del continente que representa. Los cuatro filmes que se proyectan y que (sin desearlo) nos representan son Angel de fuego (Dana Rotberg), Profundo carmesí (Arturo Ripstein), El callejón de los milagros (Jorge Fons) y Violeta (Alberto Cortés).
El lunes pasado comenzaron las escuelas aquí en España. Simultáneamente en la televisión empezó a proyectarse un anuncio, de ésos que buscan crear conciencia sobre el asunto del consumo de drogas. Antes de revelar la idea de este anuncio, conviene aplicar nuevamente el sencillo método del enfrentamiento de los contrarios, partiendo del recuerdo nada sencillo de la bochornosa campaña ``Vive sin drogas'' que promueve Tv Azteca a fuerza de repetir pequeñas ``historias trágicas'', que hacen reír como si fueran cómicas. Por ejemplo: un niño va con su amigo al campo, fuma mariguana, se tira a nadar y se ahoga. La conclusión del mensaje, en voz y por escrito, dice: ``Vive sin drogas'', cuando debiera decir: si no sabes nadar, no te tires al río (güey).
El anuncio comenzó a transmitirse aquí en España y es así: aparece la toma cerrada de un pac-man (criatura electrónica que tiene aspecto de círculo con la boca abierta y apetito de piraña) devorando puntos (que son el alimento tradicional de esta criatura) a lo largo de un carril. Cuando termina con todos los puntos, da la vuelta y empieza a devorarse, todavía en toma cerrada, los puntos de otro carril. Y así va el pac-man-piraña de carril en carril acompañado por una voz que dice que abusar de las drogas puede perjudicar la salud.
Al final la cámara empieza a alejarse y queda a la vista que ese conjunto de pasillos, que han salido de uno por uno en toma cerrada, son un cerebro cuya sustancia, que son los puntos, es devorada metódicamente por el pac-man. El martes pasado, mientras se transmitía este anuncio, y La Fura dels Baus estrenaba su Fausto, y la Casa de América dedicaba las tardes al cine mexicano, Juan José Millás, el autor de Tonto, muerto, bastardo invisible y de El desorden de tu nombre presentaba en el Círculo de Bellas Artes de esta ciudad, El orden alfabético, su más reciente novela. Una mujer que, según explicó, ostentaba el cargo de conductora, trataba de moderar la lectura teatralizada que hacía Adolfo Marsillach de las páginas de Millás.
Por su parte, Millás comentaba la lectura de sus páginas con intervenciones que eran francamente la continuación de su novela. La mujer que intentaba moderar a ese par de inmoderados era, según me explicaron, locutora de radio. Millás contó que cuando era niño tenía asociada la palabra ``estéril'' con una tía que no podía tener hijos. Dice que se llevó un gran susto cuando, en el fondo de un cajón, encontró una venda que decía ``venda estéril''. Aquí Millás, aplicando el sencillo método del enfrentamiento de los contrarios, pensé: si hay vendas estériles, seguramente habrá vendas que no lo sean. Desde entonces lleva cuidado al abrir los cajones, no quiere sorprender a dos vendas en pleno acto reproductivo.
Por lo demás, la temperatura en esta ciudad ronda los 26 grados y se camina por las calles bajo la mirada azul de septiembre que es, dicen los especialistas, el mejor cielo del año.