GALERIA Ť Jesús Calderón Tinoco

Amibiasis, problema de insalubridad en México

En México, más de 20 por ciento de la población defeca al aire libre, y cuando esos desechos se secan se dispersan en el ambiente llevando consigo el quiste de la amiba, el cual se aloja en los alimentos expuestos a la intemperie que posteriormente serán consumidos por millones de personas.

Jesús Calderón (Uruapan, Michoacán, 1943), jefe del Departamento de Biología Celular del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN, con estudios de posgrado en el área de inmunología de la Universidad de Harvard, aborda esa problemática a través del estudio de los mecanismos por los cuales el sistema de defensa inmunológico rechaza la infección amibiana y las pautas que permitan interferirla.

``Tratamos de entender cuáles son los caprichos que ocurren dentro de la amiba durante el proceso de invasión y cuáles son sus blancos. Esto nos permitiría hacer propuestas desde el punto de vista genético y establecer, por ejemplo, qué tipo de personas son más propensas a padecer la amibiasis. Queremos intervenir en el desarrollo de la enfermedad estableciendo sistemas que impidan la sobrevivencia de la amiba, y para lograrlo tenemos que entender bien su comportamiento.''

Asimismo, ``de los procesos que sufre la amiba en su ciclo de vida, también estudiamos en el laboratorio cómo sucede su enquistamiento y desenquistamiento, y tratamos de determinar las rutas que sigue en el proceso de invasión y destrucción de tejidos''. Uno de los propósitos del doctor Calderón fue conocer a la célula responsable de proteger contra la infección amibiana. Descubrió que los neutrófilos -células de protección que circulan entre los tejidos- contrarrestaban la infección.

Para demostrar si esa célula era la responsable de la protección contra la amibiasis, se eliminó la población de neutrófilos en un modelo animal mediante un anticuerpo generado en Estados Unidos. Una vez ausentes esas células, se inyectó amibas, demostrando que el daño era total. ``Entonces descubrimos que el neutrófilo es uno de los agentes más importantes para protegernos de la infección amibiana, junto con la importante participación de otros elementos del sistema inmune como los anticuerpos y las proteínas presentes en los fluidos y membranas celulares''.

Otro perfil de los estudios del grupo del doctor Calderón, quien obtuvo el premio de la Academia de Ciencias y ha sido galardonado con la beca de la Fundación John Simon Guggenheim, consiste en analizar células de pacientes con disentería amibiana o absceso hepático, para cuestionar si en el sistema inmunológico de los enfermos se origina una memoria que combata la infección una vez padecida, es decir, que nuestro sistema reconozca los elementos clave de la infección, los registre y los combata de mejor manera cada vez.

``Queremos hacer más intensa esa memoria para que haya un rechazo más eficiente. Aún no se sabe si genéticamente la población mexicana padece más la amibiasis, pero sí que los hábitos alimenticios influyen definitivamente. Un gran número de mexicanos come en la calle, por razones económicas o de tiempo, y eso hace que se propague más la enfermedad.

``El proceso de infección ocurre cuando se ingiere la amiba enquistada contenida en alimentos contaminados; ese quiste es arrastrado del intestino delgado al grueso, y en la parte terminal llamada ileón la amiba se desenquista liberando los trosofoitos causantes del daño conocido como disentería amibiana en su forma aguda o la amibiasis asintomática en la forma crónica.''

Para el doctor Jesús Calderón, el desarrollo de la vacuna sería una de las principales metas, y aunque ya existen resultados previos al respecto, enfatiza que aún se requiere mayor investigación para lograrlo. ``Todavía no hay una vacuna constatada, y aunque existiera, ésta no sería la solución total, ya que en México hay grandes problemas de insalubridad qué solucionar''. (Mirna Servín) (Fotos: Francisco Olvera)

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