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Enfermedad y creación

``En los grandes artistas, el deseo de crear y el empeño en inmortalizar una concepción personal pueden vencer hasta la absoluta incapacidad física o mental''. Así, a pesar de una artritis muy dolorosa que lo obligaba a cubrirse con algodón la palma de la mano para poder sostener el pincel entre los dedos pulgar y anular, Renoir pintó en su vejez cuadros que irradian juvenil alegría. Matisse fue testigo de ello: ``Fue un prolongado martirio -las articulaciones de sus dedos estaban hinchadas y tremendamente deformadas-, ¡sin embargo ahora estaba pintando sus mejores cuadros! Mientras su cuerpo se desgastaba, su alma parecía cobrar fuerza y él expresaba sus ideas con una gran facilidad''.

Examinar la vida de artistas como Dostoievski, Holderlin, Chopin, Munch, Nietzsche, Klee, Byron, Beethoven, Chéjov y Sylvia Plath, entre muchos otros, permitió al médico estadunidense, educado en Suecia, Philip Sandblom, explorar la misteriosa cinética de la enfermedad, el arte y la facultad creadora.

En el libro Enfermedad y creación. Cómo influye la enfermedad en la literatura, la pintura y la música (editado por el Fondo de Cultura Económica en su colección Tezontle), Sandblom aborda enfermedades como la tuberculosis, defectos de los sentidos y malformaciones congénitas e investiga la forma como influyen en las características de la personalidad creadora, en el despertar de su creatividad y en la opinión que tienen del artista los médicos y la medicina. También estudia los efectos de la enfermedad mental, el consumo de las drogas y los intentos de los artistas por comprender y transmitir la experiencia que tienen del dolor.

Philip Sandblom ilustra sus razonamientos con partituras y manuscritos, así como con 80 pinturas y dibujos de Picasso, Monet, Miguel Angel, Van Gogh y Goya, entre otros artistas. Mediante el análisis de dichas obras, Sandblom argumenta que, en ciertas circunstancias, la enfermedad puede convertirse en fuente de inspiración y el dolor en arte.