No hay duda que el ``estilo personal de gobernar'' del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, para recordar la frase original de don Daniel Cosio Villegas, es muy peculiar y distinto al de otros políticos y gobernantes mexicanos, siempre tan dueños de su papel y tan engolados en voz y ademanes.
Hoy nos sorprende Cárdenas deslindando al Ejército como institución de lo sucedido hace ya 30 años en Tlatelolco en particular, y en general en el Movimiento Estudiantil de 1968. Al afirmar que es injusto que el Ejército cargue con la responsabilidad de lo acontecido, hace un llamado a la reconciliación entre la sociedad y las fuerzas armadas como tales, ya que considera con razón, que la responsabilidad es de personas y no de instituciones. Con esa actitud, nuevamente asume la responsabilidad de hablar en su calidad de dirigente social, aun a riesgo de ser blanco de más críticas de las que ya está recibiendo en la cerrada campaña en su contra, pero creo que a la larga esa forma de ser, con la mente en el fondo y no en la forma, será benéfica a su imagen como lo ha sido en el pasado.
Hace unos días, asistí como invitado al histórico primer informe de gobierno del primer gobernante electo popularmente en la ciudad de México desde que Obregón suprimió los ayuntamientos en 1928, y la verdad quedé gratamente impresionado tanto por el contenido del mismo, como por su formato.
El informe fue acorde con la manera de ser de Cárdenas; con voz firme pero con gran sencillez, fue enumerando los esfuerzos que ha hecho su gobierno para resolver los graves problemas que heredó de administraciones anteriores, sin desconocer su responsabilidad y sin ocultar que en varias ocasiones ha tenido que corregir el rumbo, y que en el lapso de los nueve meses al frente de la administración de la ciudad, no ha sido posible todavía resolverlo todo.
Para mí el termómetro que indica que el camino emprendido es el correcto, es la densidad de los ataques en su contra; durante una semana antes y una semana después del informe, no se podía prender el radio y, según me dicen los que ven televisión, tampoco la tv sin escuchar que comentaristas, locutores con aspiraciones de politólogos y público espontáneo, estuvieran hablando de las ``promesas'' del ingeniero Cárdenas durante la campaña y de sus logros posteriores. Bien se ve que quienes tienen las posibilidades de manejar los medios electrónicos de comunicación, están demasiado preocupados por detener el camino del posible candidato del PRD a la Presidencia de la República, y la repetición machacona de las mismas críticas casi con las mismas palabras, así lo indican.
Durante su informe, me pareció muy deslucida la actitud de los asambleístas del PAN que con cierta timidez y poca desenvoltura, se pusieron algunos tapabocas y sacaron carteles reclamando al ingeniero Cárdenas, precisamente lo que la campaña de medios había estado reclamando durante ocho días seguidos; no es la manera ni de un partido serio ni de diputados a la Asamblea que, en último caso, tienen derecho de subir a la tribuna y hablar en ella sin necesidad de cartelitos.
En resumen, pienso que la forma en que el gobierno de la ciudad ha encarado problemas muy graves, que parecían insolubles, como por ejemplo el de los niños de la calle, el de la delincuencia, el de los vendedores ambulantes, no con actitudes publicitarias sino con acciones efectivas, va ganando la confianza de los ciudadanos, y que a la larga por este gobierno, o sus sucesores, se encontrarán soluciones de fondo. Lo importante es que la forma de afrontar los problemas, dejó atrás la visión de éstos como posibles negocios personales o como motivos de lucimiento político.