Fobaproa: las propuestas de Slim y Espinosa Iglesias
Gobierno y partidos: sus metas
Los bancos deben pagar
No fue tan fácil como parecía. La semana pasada el secretario de Gobernación, Francisco Labastida, anunció que el gobierno y los partidos de oposición habían coincidido en nueve puntos que servirían como base para la negociación del Fobaproa. Sin embargo, han surgido diferencias importantes en las reuniones del llamado Grupo de Alto Nivel. Al parecer, los participantes están de acuerdo en un objetivo: poner a salvo al sistema bancario; sin embargo, sus propuestas no coinciden. Quizá ello se debe, en parte, a que tienen otros objetivos que no se atreverían a admitir. Para los diputados del PRI y los funcionarios del gobierno, hay al parecer una nueva prioridad, incluso por encima del rescate bancario: salvar la cabeza de los funcionarios del Poder Ejecutivo. Es obvio que violaron la Constitución y otras leyes secundarias con el ya tristemente célebre Fobaproa. Junto con ellos, comparten responsabilidades importantes algunos banqueros y empresarios. No pueden salvarse unos sin los otros. Es indudable que a los partidos de oposición también los mueven otros intereses, aunque lo nieguen. Son grupos políticos y es casi un deber que aprovechen los graves errores en que ha incurrido el gobierno priísta para ganar simpatías, votos y poder.
Las propuestas
Curiosamente, las propuestas que más convienen a los contribuyentes, al pueblo, para resolver la cuestión del Fobaproa no provienen del gobierno ni de los partidos. Por separado, dos empresarios mexicanos que sí conocen de bancos y dinero hicieron sendas sugerencias que reúnen sentido práctico y una buena dosis de equidad. En la víspera del reciente Informe de Gobierno, Carlos Slim sugirió que la deuda del Fobaproa fuera pagada por los propios bancos con cargo a sus utilidades futuras. ¿Hay algo más justo que eso? Un par de semanas después, Manuel Espinosa Iglesias propuso que los banqueros vendieran sus empresas y propiedades que no son esenciales para el negocio bancario y con ese dinero pagaran sus propios quebrantos. Don Manuel inclusive señaló que si Bancomer vendiera su edificio de Coyoacán y Serfin hiciera lo mismo con su soberbia sede en Santa Fe reunirían varias decenas de millones de dólares para abonar sus deudas. Adicionalmente, podrían desprenderse de sus intereses en compañías telefónicas. Recuérdese que Bancomer, el de Eugenio Garza Lagüera, tiene una importante participación en Alestra, y Banamex, el de Roberto Hernández, en Avantel. Por lo demás, también pueden vender sus intereses en casas de bolsa, Afore y otras empresas, con lo cual la deuda del Fobaproa se reduciría drásticamente. ¿No es equitativo?
Prestigio
Las propuestas de Slim y Espinosa Iglesias no se contraponen ni se excluyen; al contrario, permiten numerosas combinaciones. Los bancos, por ejemplo, podrían optar por vender sus activos no esenciales y si algún saldo quedara podría ser pagado con cargo a sus utilidades futuras. El prestigio de Slim y Espinosa Iglesias está fuera de duda. El primero es banquero y hombre de negocios de éxito. Ninguna de sus empresas está en el Fobaproa. Don Manuel tiene el antecedente de haber hecho crecer con sus propias manos a Bancomer, en su tiempo el mayor banco de América Latina. ¿Hay entre la gente del gobierno y los partidos políticos que componen el llamado Grupo de Alto Nivel alguna persona con la experiencia y conocimiento de ellos? Los del gobierno tienen mucha experiencia, pero en el fracaso económico, y los partidos políticos en el éxito de ganar elecciones.
Buzón: [email protected]