Antonio Gershenson
Y la crisis, ¿hará puente?

Con el 15 y 16 de septiembre en martes y miércoles, algunos dudaban entre si hacer puente el lunes 14, o el jueves y el viernes, o las dos cosas. Algunas noticias nos llevan a preguntarnos si la crisis, ésa que no existe pero cómo molesta, no se prepara para una medida similar.

El presidente del Centro Empresarial de Sinaloa dijo que empresarios de esa entidad habían cancelado proyectos de inversión cuya recuperación se esperaría a mediano y largo plazos, por lo menos durante los próximos dos años, en vista de la situación, de la que menciona aspectos como las altas tasas de interés y la gradual pero importante devaluación del peso a lo largo de este año.

Empresarios del ramo anunciaron un recorte en la inversión en el sector de la publicidad, alegando razones similares. Se anuncia recorte de personal en TV Azteca.

La automotriz Volkswagen anunció la posposición de inversiones millonarias que tenía proyectadas, luego de que una compañía coreana hizo un anuncio similar. También se anuncia que la Mercedes-Benz suspenderá el ensamble de sus automóviles en México.

Incluso la industria de la computación, cuyas ventas en México sí han crecido, reajusta a la baja sus metas de crecimiento.

Según la Cámara Nacional del Comercio en Pequeño de San Luis Potosí, las ventas de sus afiliados se han desplomado hasta en 50 por ciento. Según el director de Reglamentos Municipales de Morelia, en ese municipio cerraron, en un año, 40 por ciento de los comercios.

Todo esto nos lleva a considerar la posibilidad de que la crisis que se anuncia, que algunas medidas oficiales estimulan y que en algunas áreas de la economía ya es un hecho, pueda hacer puente hasta la también esperada crisis del año 2000, relacionada con la incertidumbre económica del cambio de gobierno y con la discontinuidad de las medidas del régimen saliente. Esa posibilidad debería de ser considerada como tal y combatida con medidas preventivas de aliento a la economía, no de desaliento. La actual discusión sobre el Fobaproa es una oportunidad para buscar salidas alternativas de política económica que puedan permitir evitar esa posibilidad.

En el ámbito mundial y nacional, la amenaza de crisis es, al mismo tiempo, la crisis del modelo económico ultraliberal. Los países más afectados son los que más han derrumbado sus defensas económicas contra la invasión incontrolada de mercancías baratas del exterior. Los países que han conservado mejor sus niveles de crecimiento, han adoptado medidas de política económica que, siendo diferentes de un caso al otro, se encaminan a defender el crecimiento de su economía y sus niveles de empleo.

De la Unión Europea a China hay enormes diferencias, pero en uno y otro caso se toman medidas de política económica en el sentido apuntado, y los efectos de la crisis son mucho menores. Y en México, la mejor forma de evitar que la crisis haga puente de aquí al 2000 es un cambio de la política económica, con las mismas líneas generales pero adaptado a nuestras condiciones. Se requiere de un estímulo a la inversión productiva; de obtener recursos públicos de la especulativa para hacer posible ese estímulo; de generación directa e indirecta de empleos y de mejor nivel de ingresos de la mayoría de la población, ambas para tener un sólido mercado interno que dé sustento a la inversión productiva, y de un sistema financiero ágil que pueda financiar proyectos productivos de inversión con tasas de interés manejables y plazos más largos. Eso implica borrar rasgos monopólicos del sobreprotegido sistema financiero actual.

A nivel mundial, en estas páginas se han publicado propuestas de gobernantes europeos en el sentido de que se regule el sistema financiero internacional. En el caso de Jospin, éste refuerza la propuesta con la firmeza que ha mostrado el Euro ante la inestabilidad financiera y monetaria en otras regiones del mundo. Por el contrario, la mejor forma de garantizar que la crisis haga puente de aquí al 2000, es la que incluye negar que haya crisis u otros problemas, y seguir con el voy derecho y no me quito, que nos ha llevado al punto en el que estamos.