Columba Vértiz de la Fuente Ť Siempre se preocupa por el futuro, le da tristeza la opinión que ahora se tiene en el extranjero sobre México, se le ha hecho difícil dedicarse a sus dos hijos (Eduardo y Ana Paula), no se considera una ama de casa sumisa y cree que una teleserie debe entretener para olvidar, por un rato, el estrés y la realidad económica, política y social que se vive en el país.

Bibi Gaytán se alista para grabar algunas escenas de la telenovela Camila en el Foro 10 de Televisa San Angel. Se ve más delgada. Dice que mide 89 de pecho, 60 de cintura y 88 de cadera. Estuvo tres años retirada del medio artístico. Antes de que se casara inspiró a un grupo de escritores, ahora no sabe qué causará su regreso a la pantalla chica con una historia que ella misma califica como ``rosa''.

Llaman la atención su piel morena, sus cejas tupidas y delineadas y su nariz pequeña. Se le pregunta por qué regresa a la televisión con una historia tan repetida, una indígena que llega al DF y se enamora de un hombre inalcanzable. Y responde:

--No se trata de demostrar algo novedoso. Tengo claro que se debe ofrecer una historia que entretenga al público, la televisión es entretenimiento. Es la telenovela rosa, muy clara. En los puntos de rating siempre se comprueba que la telenovela rosa, gusta. Efectivamente, se han hecho muchos teledramas de indígenas porque es parte de nuestra cultura.

--¿Prefieres entonces la telenovela rosa a la que refleja los problemas de México o el mundo?

--Estoy feliz con esta historia. Quizá el día de mañana actúe en una diferente. No estoy cerrada a hacer una teleserie distinta; ésta me gusta. Creo que, más que nunca, nuestro pueblo necesita ver cosas que lo entretengan y no que lo abrumen con situaciones que observa en los noticieros y en la vida cotidiana. La gente quiere historias de amor que lo distraigan, por un rato, del estrés y de la situación económica, política y social de México.

--¿Pero debe haber un tema?

--Es una historia que Inés Rodena tituló La gallegita. Se escribió hace muchos años, es cubana. Después tomaron la columna vertebral de este drama e hicieron Viviana; cambió mucho. En Camila el tema que se toca es la bigamia. También contiene otros temas que muchas veces se han planteado, pero de distinta manera. No recuerdo que en el primer capítulo los protagonistas estén casados, esto sucedió en Camila, lo que la hace distinta. Es una vez más una indígena que viene a la ciudad porque Televisa quiere mostrar la superación de la mujer. Esta cuestión siempre la ha apoyado Televisa en los teledramas.

Inquietud y casualidad

--¿Por qué decidiste volver a la pantalla chica junto a Eduardo Capetillo, tu esposo?

--Tenía mucha inquietud de volver a trabajar. Me llegaron otros proyectos anteriormente, pero cuando leí la sinopsis de esta historia, me encantó. Surgió que la productora del teledrama, Angelli Nesma, nos invitara a los dos y aceptamos. No fue planeado. Mucha gente manejó que yo había dicho que no trabajaría sin Eduardo y que también él había señalado lo mismo. Eso no es cierto.

--Sin embargo, influirá en el rating el que ustedes sean esposos en la vida real...

--El rating de una telenovela es la historia, independientemente del horario que tengas y donde estés. Siempre he pensado que una buena historia hace lucir hasta a un mal actor y una mala historia a veces opaca a un buen actor.

--No obstante, han causado morbo...

--Sí. Pero eso no importa. El morbo pasa, lo que cuenta es que la historia atrape al televidente hasta el final.

Bibi se acuerda que inspiró a poetas por su físico y menciona que tiene guardado todo lo que le escribieron porque significan mucho dichos textos. Hace énfasis en que ya no es la misma de hace tres años.

--Por dentro soy otra persona, aunque físicamente no cambié mucho. Ahora no pretendo ser lo que fui, quiero superarme y hacer mejor mi trabajo. Indiscutiblemente, me encuentro en un ambiente en el que el físico es muy importante, aunque no es lo que hace que permanezca un artista. Ahora me gustaría más demostrar mi profesionalismo en la actuación, que tengo talento, y no es que antes no lo haya hecho, lo que pasa es que muchas veces la gente se distrae con el físico.

--¿Te has operado para verte mejor?

--No me he operado porque tengo 26 años; no lo necesito. Quizá si hubiera sido plana o tuviera algún complejo ya me hubiera sometido a una cirugía.

Esfuerzo y aprendizaje

Silvia Gaytán Barragán, le dicen Bibi desde niña, empieza a hablar más rápido, pero su voz es suave. Un espejo de su camerino es el único testigo de su charla.

--¿Qué hiciste cuando estuviste fuera de la publicidad, la actuación y el canto?

--Principalmente dedicarme a mis hijos, una labor, de verdad, pesadísima. Para mí es tal vez el más pesado de los trabajos. Hasta que me casé y atendí mi hogar admiré a una ama de casa y a las madres solteras.

--¿Qué extrañaste del medio artístico?

--Más que otra cosa, el poder cantar. Cuando tu vida es algo y está marcada, te preguntas: bueno, ¿a parte de esto que podría hacer? También extrañé el poder desempeñarme como actriz. Por eso, en este momento me preocupa más dejar huella como actriz a que sólo digan que estoy bonita o fea. Estar guapo o bonita no es mérito de nadie. Es mérito hacer bien tu trabajo.

--¿Cómo te has preparado para ser actriz?

--La mejor escuela es trabajar. Ese tiempo en el que estuve fuera del medio me hubiera gustado estudiar actuación, pero por falta de tiempo, por mis hijos, no lo hice. Espero, después de terminar de grabar la telenovela, poder meterme a una escuela, aquí en México, o tomar clases con algún profesor.

--¿Es difícil ser actriz en México?

--La verdad, para mí no ha sido difícil. He tenido mucha suerte, sobre todo en la televisión. Me gustaría participar en proyectos serios de cine mexicano porque hay mucha gente talentosa.

--¿Te preocupabas o sentías miedo por no volver a trabajar?

--No. Siempre supe que volvería, aunque no sabía cuándo iba a llegar ese momento. Miedos y preocupaciones siempre los he tenido, toda mi vida. Me preocupa el futuro, hasta ahora me pregunto ¿qué voy hacer después de la telenovela? También me preocupa el presente porque no quiero descuidar mi hogar, que mis hijos se críen con las nanas ni que sean hijos de las nanas porque son míos.