Arturo Cruz Bárcenas Ť Spielbergiana: en la última gran invasión de la última gran guerra, el mayor peligro para ocho hombres fue la misión de salvar a sólo uno. Rescatando al soldado Ryan muestra los terrores de lo bélico. Nada nuevo en la literatura, este tema en el cine de Estados Unidos ha ido in crescendo.

Desde El francotirador, donde Robert de Niro interpreta a un soldado torturado en Vietnam y que al jugar la ruleta rusa aprovecha la oportunidad y mata a sus enemigos, libera a otros de sus compatriotas y huye hasta alcanzar la libertad, pasando por Pelotón y no se diga por la obra maestra Apocalipsis now, el drama de la guerra ha estado presente siempre en la conciencia de los estadunidenses. La derrota en Vietnam les da motivos para no poder dormir y aún siguen preguntándose el para qué de tantas muertes, de tantas cruces, de tantas cartas a los padres de los muchachos combatientes que, como en Rescatando al soldado Ryan, mueren como mosquitas frente a una bombilla incandescente, cuando desembarcan en la playa de Omaha, en Normandía, en la última etapa de la estrategia que llevará al triunfo a los aliados.

Los talentos de Steven Spielberg y Tom Hanks nos mostrarán el miedo de los combatientes a morir de un plomazo en plena frente, sin saber dónde va a quedar el cuerpo que los ha llevado de acá para allá, en nombre del patriotismo, de los bigotes del Tío Sam. El valeroso y enigmático capitán John Miller (Hanks) logrará llevar a su grupo de valientes, entre una tormenta de balas, hasta una pequeña franja de terreno en la playa de Omaha, donde cientos de soldados, entre ellos uno de los tres hermanos de James Ryan, son masacrados, fusilados, inermes, sin disparar un solo tiro. Esa locura de no saber para donde correr recuerda, evoca, ese mismo ritmo, como en cámara lenta, que la lectura de Guerra y paz, de Tolstoi, nos da en la descripción de los guerreros rusos.

Había, se dice, nobleza en esa barbarie. Hombre contra hombre. Estrategia contra estragegia. ¿Cómo describir la sensación de matar al otro hundiéndole la bayoneta en el pecho, y sentir que la vida del enemigo se escapa poco a poco? Eso lo logra esta película de honor y patriotismo, en ese parteaguas que dio la actual configuración y reparto del poder a nivel mundial.

Si salvar esa pequeña franja de tierra en Omaha ya era heroico, la misión que el pelotón de John Miller enfrenta es aún más difícil. Es ir tras un hombre entre miles, en un terreno que es objeto de codicia. Los travellings hacia arriba, hacia abajo, enfrente y atrás, con escenas donde tanques están a punto de apachurrar a los héroes, a los buenos, aunque deja ver que los otros estaban igual: matándose sin saber por qué. El nazi suplicando que no lo mataran, recurriendo incluso a recitar palabras en inglés, las 10 que se sabía, refleja la verdad de la frase de Lennon: ``somos millones que trabajamos para nadie'', de sus Juegos mentales. Finalmente, la película muestra que valía la pena buscar al soldado Ryan, quien se pregunta en forma dramática por qué él, por qué a él, por qué, si ya no tiene hermanos, lo alejan de los únicos que le quedan: sus compañeros de pelotón. La guerra, nos guste o no, es una realidad.

Rescatando al soldado Ryan. De Steven Spielberg; productor: Mark Gordon; guión: Robert Rodat. Actúan Tom Hanks, Tom Sizemore, Edward Burns, Vin Diesel, Jeremy Davies, Matt Damon, entre otros. Paramount Pictures/DreamWorks LLC/Amblin Entertainment.