MITIN DOMINGUERO
Fabiola Martínez Ť Varios miles de trabajadores marcharon ayer en la ciudad de México para manifestar su rechazo a la reforma ``neoliberal y regresiva'' de la Ley Federal del Trabajo (LFT) y en contra de la privatización de la industria eléctrica, ``pilar fundamental de la soberanía del país''.
Todos querían expresar su descontento por lo que consideran ``el mayor embate contra la clase obrera promovido por gobierno y empresarios'' y todos se comprometieron a integrar un frente de lucha común. Sin embargo, este domingo, los manifestantes avanzaron por las calles vacías del centro histórico. No había funcionarios en las oficinas ni comerciantes en sus negocios; la protesta transcurrió en orden y sin custodia policiaca.
El mitin fue convocado por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y decenas de organizaciones sociales y sindicales independientes agrupadas en la Asamblea Nacional de Trabajadores (ANT), un nuevo proyecto que lo mismo da cabida a integrantes del Congreso del Trabajo -como el propio SME y los ex foristas- que a militantes de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), la Coordinadora Intersindical Primero de Mayo y corrientes democráticas o disidentes de diversos sindicatos.
Rosendo Flores Flores, líder del SME y orador central en el acto, advirtió en su mensaje: ``¡Ay de aquel que pretenda arroparse bajo la infortunada frase de `ni los veo, ni los oigo'¡ ¡Que nadie se atreva a minimizar esta expresión auténtica, firme y democrática del pueblo de México''.
El líder de los 45 mil electricistas de la zona centro del país reconoció que aunque los trabajadores no han solicitado ninguna enmienda a la normatividad laboral es necesario que se deroguen figuras como la requisa (intervención del gobierno en huelgas de sectores considerados estratégicos). Sin embargo, ``pensar que el gobierno derogará esta figura es una utopía. Esta es la última cosa que el gobierno pudiera ceder'', expresó.
Al celebrarse ayer el 38 aniversario de la nacionalización de la industria eléctrica, el SME (sindicato constituido en 1914) salió a la calle en defensa del carácter público del sector eléctrico y para exigir -como lo ha hecho en los últimos 11 años- que el gobierno federal defina cuál es el proyecto político y financiero para que la empresa Luz y Fuerza del Centro (LFC) supere la crisis por la que atraviesa.
El dirigente recordó las frases del ex presidente Adolfo López Mateos, cuando el 27 de septiembre de 1960 decretó la adición del artículo 27 constitucional para que no se otorgaran concesiones a particulares en la prestación del servicio público de energía eléctrica.
Así, los electricistas ratificaron su compromiso de defender el carácter público de esta industria y ser ``cuidadosos vigilantes'' para que sea manejada de manera limpia y honesta. En tanto, los sindicatos convocados -en especial el gremio magisterial- manifestaron su ``decidida solidaridad'' con esta lucha.
A su modo, en algunas pancartas que portaban los contingentes de las 12 divisiones del SME hacían eco de la protesta central: ``un niño caguengue no privatizará lo que nacionalizó un señor Presidente''. En otra, dibujaron un puño en señal de lucha -similar al emblema del SME-, aunque esta vez hicieron resaltar el dedo medio para luego gritar al unísono: ``Tenga su PRIvatización, señor Presidente''.
La hilera de manifestantes arrancó en punto de las 10:30 de la mañana del Monumento de la Revolución, para recorrer la ya clásica ruta de las manifestaciones citadinas por la avenida Juárez y Madero como vía para llegar a la gran plancha de concreto del Zócalo. Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública calcularon el contingente en más de 15 mil personas, mientras los organizadores de la marcha aseguraron que lograron convocar a más de 40 mil.
Ahí estaban los contingentes de sindicatos universitarios (UAM, UNAM, Chapingo, Obrera); las secciones 9 y 18 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación; Federación de Organizaciones Sindicales de México (FOSM); Central Unitaria de Trabajadores (CUT); Frente Sindical Mexicano, Asociación Nacional de Abogados Democráticos; organizaciones urbanas como el Movimiento Proletario Independiente, el Frente Popular Francisco Villa, así como trabajadores de la empresa automotriz Dina y obreros en conflicto (Sosa Texcoco, Grupo Industrial CASA, despedidos de General Motors), entre otros.
La manifestación llegó y se fue en orden. La abierta protesta del sindicalismo independiente por los pretendidos cambios a la LFT y su rechazo a la negociación ``oficial'' que se inició ya en la Secretaría del Trabajo, esta vez cedió su lugar a la lucha del SME ``por el rescate de los recursos de nuestra nación''.