Seguirá la flotación del peso, asegura Gurría
El secretario de Hacienda, José Angel Gurría, afirmó ayer que México mantendrá el tipo de cambio flexible, porque es el que más le conviene al país y le asegura competitividad en el exterior, y negó que exista alguna negociación para igualar al peso frente al dólar.
Por su parte, el subsecretario de la dependencia, Martín Werner, afirmó que una medida en tal sentido implicaría vivir en la incertidumbre. En el corto plazo hace que la inflación baje, pero el riesgo es que las economías se vuelven muy rígidas, dijo.
En cambio, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) consideró que México está en inmejorables condiciones para modificar su actual régimen cambiario y formar una unión monetaria con Estados Unidos. Las ventajas son mayores a las desventajas, y las condiciones para obtener el mayor beneficio son alcanzables en un plazo relativamente cercano y sin grandes esfuerzos, precisó.
Según fuentes del Banco de México, la institución no estudia sustituir su régimen cambiario por uno de consejo o de unión monetaria, cuya implantación si bien traería algunas ventajas, también provocaría grandes perjuicios sociales al país y enfrentaría serias dificultades para su ejecución.
En tanto, el presidente de los banqueros, Carlos Gómez y Gómez, afirmó que el sistema cambiario de libre flotación que está vigente ``ha funcionado correctamente'' y en el corto plazo debe mantenerse, aunque propuso que si se busca otra opción debe ser la de una unión monetaria a largo plazo. Negó haber tenido contacto con las autoridades financieras para tratar la modificación del régimen cambiario.
El secretario de Hacienda fue entrevistado brevemente tras inaugurar la 23 Semana de economía y ante catedráticos, investigadores y estudiantes de la Universidad Iberoamericana, sostuvo que en el pasado la defensa de un tipo de cambio fijo no resultó sostenible.
Argumentó que sólo ocasionó que se gastaran ``varias veces las reservas del Banco de México'', y se mostró sorprendido por la información publicada en The Wall Street Journal, según la cual hay negociaciones privadas de funcionarios de la Secretaría de Hacienda y del Banco de México, para encaminar la economía hacia una dolarización.
Nadie en la Secretaría de Hacienda, o del gabinete económico, sostuvo el funcionario, lleva a cabo negociaciones en tal sentido. Al hablar de los retos financieros colocó en primer orden el objetivo de poner al sistema bancario a la altura de los mejores del mundo a través del paquete de reformas al sistema financiero, propuesto por el Ejecutivo federal.
Ineficiencia del Banco de México
A pesar de que el secretario José Angel Gurría desmintió durante los trabajos de la 23 Semana de la economía haber promovido entre economistas del sector privado un debate sobre el tema, el CEESP elaboró un documento de nueve cuartillas en el que plantea diversos escenarios de ventajas y desventajas sobre la eventual integración de México a una unidad monetaria con Estados Unidos.
El organismo de análisis económico del sector privado sustentó la propuesta, al afirmar que durante varias décadas en México el banco central no ha cumplido de manera eficiente con el mandato de estabilidad de precios y de tipo de cambio. En contraste, agrega en su documento, en ese mismo lapso los intentos por definir una política monetaria propia sólo han desembocado, en general, en inflaciones muy altas, tasas de interés elevadas, devaluaciones considerables, inestabilidad, desconfianza y escaso crecimiento económico y del ingreso real.
El CEESP propone que una opción para enfrentar este tipo de ``fracasos'' pudiera ser adoptar una divisa extranjera sólida, como moneda de recurso legal, o llevar a cabo la unión monetaria con Estados Unidos, y quizás con Canadá, pues son las naciones con las que se tiene el mayor grado de integración.
Dentro de las ventajas que diagnosticó el CEESP con una eventual unidad monetaria destacan: consolidar y acrecentar la integración comercial y financiera, eliminar costos de transacción para importadores y exportadores, transparentar el sistema de precios y mejorar la asignación de recursos, reducir la inflación y las tasas de interés, el ingreso y los salarios conservarían el poder adquisitivo y las crisis políticas internas podrían absorberse sin provocar otras de tipo económico-financiero.
Como desventajas, el organismo que dirige Raymundo Winkler vislumbra que al adoptar al dólar se aceptaría tácitamente la política monetaria de Estados Unidos, no se podrían emitir billetes ni monedas, y el ciclo económico sería muy similar al del país con moneda dominante. Lo anterior implicaría que, en una fase de choque externo o interno, el ajuste se haría vía producción o empleos.
Provocaría desempleo
De acuerdo con la fuente del banco central, la instalación de un consejo o unión monetaria implica un compromiso de las autoridades para que el tipo de cambio se mantenga fijo y a la par frente al dólar, de modo que ante movimientos internos o externos que impacten al país la variable de ajuste ya no puede ser la paridad, sino que lo sería la propia actividad económica.
Al igual que sucedió en Argentina --con régimen de consejo monetario--, donde la tasa de desempleo alcanzó niveles cercanos a 20 por ciento, la aplicación de una medida de este tipo en México traería como consecuencia un grave impacto social en las fuentes de trabajo de la población.
Reconoció que los investigadores de la institución central han realizado estudios de los sistemas cambiarios y monetarios con tipo de cambio fijo, como el de Argentina y el de Hong Kong, pero aseguró que no se trata de un encargo especial de las autoridades para una eventual modificación del actual régimen de libre flotación.
Que flote
Para Gómez y Gómez, líder de los banqueros, no debe modificarse el sistema de libre flotación porque en los tres años que lleva de aplicarse ha mostrado su eficiencia y, por lo tanto, es inconveniente introducir otra fórmula como un consejo monetario que en otros países no pudo impedir los ataques especulativos.
Sin embargo, añadió que ``es responsabilidad de las autoridades financieras seguir buscando diferentes alternativas que puedan ser mejores''. Admitió que otros sistemas cambiarios pueden beneficiar a la economía, pero aclaró que deben analizarse con detenimiento porque sus efectos en el corto plazo no necesariamente son los mismos que en periodos largos.
Propuso que si se busca una nueva opción cambiaria, como un consejo monetario, al tratarse de una estrategia de largo plazo la solución debería incluirse en una unión monetaria con otros países, porque esta medida beneficiaría a todas las economías implicadas, como en Europa, porque contribuye a la estabilidad interna.
Confianza a la inversión
Ante la inestabilidad financiera internacional México podría optar por establecer un consejo monetario y por la conversión en dólares de su sistema cambiario, para dar mayor confianza a los inversionistas extranjeros y estabilidad para resistir los embates externos, consideró David Hale, economista en jefe de la aseguradora Zurich Group.
En estos momentos de ``contagio internacional'', adoptar ambos instrumentos le permitiría sortear de mejor manera una posible devaluación de monedas a registrarse en los siguientes 12 meses, si Japón no toma las medidas necesarias para solucionar sus problemas financieros.
Explicó que cada vez más el dólar estadunidense es el estándar de valor de preferencia internacional, por lo que ``no pasará mucho tiempo en que veamos el mundo dividido en tres zonas monetarias alrededor de Estados Unidos, Japón y Europa, lo cual también nos obliga a reducir nuestra exposición en los mercados financieros''. (Antonio Castellanos, César Martínez, Antonio Vázquez y Laura Gómez)