Mantener preso a su hermano, una forma de protección, apunta
Kyra Núñez, especial para La Jornada /I, Ginebra, 30 de septiembre Ť La confiscación de los recursos monetarios depositados en Suiza por Raúl Salinas de Gortari, hermano del anterior presidente de México, luego de su presunta inculpación por delitos graves como narcotraficante y blanqueador de dinero, es sencilla: primero, Suiza se quedará con unos 123 millones de francos, puesto que para poder incautarse de ellos condujo la investigación policiaca; segundo, surge el desprestigio de la administración de Carlos Salinas y, en consecuencia, de la actual.
Laurent Laniel, investigador del Observatorio Geo-Político de las Drogas, encargado del seguimiento de la situación del narcotráfico en México, en entrevista exclusiva con La Jornada, desde París, añadió que ``el sistema presidencialista mexicano está tan desprestigiado como país de narcotráfico, de impunidad'', que si el informe de la procuradora federal suiza, Carla del Ponte, puede comprobar las inculpaciones a Raúl Salinas, ``ello, desafortunadamente, no es novedad''.
Laniel pasó entonces a las cuestiones complejas del conocido affaire Salinas: el arresto del hermano mayor del ex presidente, no por cargos de narcotraficante, fue recibido en el OGPD como ``el principio del fin de la impunidad''; pero no fue el caso, ya que pronto evidenció ser un juego político interno de protección del actual gobierno contra el anterior y Raúl Salinas pasó a ser ``un rehén de la actual administración, para no sufrir demasiado del poder que mantiene Carlos Salinas en México, quien controla empresas enormes -gracias a su programa de privatización-, incluyendo medios de comunicación, con las cuales bien podría desestabilizar otra vez al país aunque se encuentre refugiado en Irlanda''.
El hecho es, dijo Laniel, no que se haga justicia sino que se mantenga a Raúl Salinas encarcelado, no para protegerlo a él, sino para protegerse de lo que posiblemente pueda hacer su hermano contra el gobierno de Zedillo.
-Si se quedó con el control de tantas empresas, ¿se quedó también con las del narcotráfico?
``Me extrañaría mucho que haya dejado de controlar o de sacar provecho, y que él o su familia o sus aliados se hayan desligado por completo'', dijo, y agregó que México es un narcoestado, aunque como muchos otros lo niegue rotundamente. El narcotráfico es en México un asunto desestabilizador porque se maneja con base en suposiciones que nunca se investigan o comprueban, pero ``resulta innegable que el volumen de narcóticos que transitan por el país y que allí se producen no podría ocurrir sin apoyo del gobierno''.
Proverbialmente, tan sólo 10 por ciento de los volúmenes totales de narcóticos es lo que se decomisa de los cargamentos de narcos, aunque en México se puede sospechar, porque hay casos, que ese porcentaje no termina destruido y que una buena parte se revende, se roba o se consume por los adictos en la propia policía.
``Exageran'' los suizos
De la investigación policiaca de la procuraduría suiza contra Raúl Salinas, aseguró el experto que ``es bastante parcial por lo que se advierte de las informaciones filtradas a la prensa y, sobre todo, aparenta tener todo el interés en cargarle al sospechoso más de lo que le corresponde'', pues si bien fue una figura del narcotráfico, en particular durante el sexenio de su hermano, ``afirmar que controlaba todo es un poco falso, pues se conoce de otros nombres, de personas ligadas con el narco que apoyan al actual gobierno y están libres.
``No, no estoy disculpando a Salinas de nada; para mí, es un narco, blanqueador de dinero y criminal; no sé si fue director intelectual del asesinato de Ruiz Massieu, pero en cuestiones de narcotráfico tenemos muchos elementos que concuerdan. Aun así, los suizos exageran y al hacerlo le quitan credibilidad al informe, pues hay elementos de sobra para comprobarle su identificación de narcotraficante''.
La investigación suiza es un asunto delicado incluso para ese país de Del Ponte; según Laniel, México no les importa mucho pero tampoco resulta fácil acusar al hermano de un ex presidente pues, de hecho, a quien acusan es al ex presidente. Pero también porque involucra a la actual administración en México, y en consecuencia, cuando menos a los presidentes George Bush y Ronald Reagan, de Estados Unidos, porque -antes de la firma del TLC- apadrinaron la lucha de Carlos Salinas contra el narcotráfico en México y la consideraron ejemplar.
Explicando su apreciación, el investigador consideró dudoso el que un presidente como Bush, texano, ex director de la CIA, no tuviera sospechas de que la familia del presidente Salinas estaba involucrada en el narcotráfico cuando era, de hecho, un secreto a voces.
Si el informe que la fiscal Del Ponte entregará próximamente es el documento claro y fundamentado que todo mundo espera, será igualmente un fuerte ataque contra Estados Unidos; y si Carlos Salinas es puesto al descubierto, no aceptará ser el único narcotraficante e involucrará a más.
En cuanto a si la publicación del informe sobre el affaire Salinas servirá para el diseño de una estrategia eficaz contra el narcotráfico, el entrevistado dijo que a ella se llegará cuando los gobiernos acaben con la postura de hipocresía con la que manejan el asunto. No se trata únicamente de producción-distribución-consumo de narcóticos, sino de no querer tocar los intereses que realmente cuentan, los económicos; ``hasta la fecha la estrategia de ataque al narcotráfico está viciada con el hecho de ignorar voluntariamente a cualquier narco, bandido o violador, cuando éste le hace el juego al poder dominante'', pues muchos países del norte prefieren la aplicación de reformas económicas al combate a las drogas.
``Creo que fundamentalmente este es el caso de México. Los estadunidenses tenían fuertes sospechas de las conexiones de los Salinas con el narcotráfico, pero los dejaron hacer porque quien estaba en el poder oficial (Carlos Salinas) revitalizó la economía y dio un espacio a la democracia, objetivos más importantes para Estados Unidos que el control de los narcos'', afirmó Laniel a La Jornada. Lo de la lucha antidrogas es de una hipocresía tremenda, y moralmente cuestionable, cuando la vida de unos cuantos errados y cogidos en delitos menores es puesta al garete mientras que a los grandes narcos no se les toca. Si la investigación de Del Ponte tocará a los grandes, aparte de Raúl Salinas, es difícil saberlo por ahora, dijo el investigador.