La Jornada miércoles 7 de octubre de 1998

Arnoldo Kraus
El Correo Ilustrado

Durante cincuenta días guardé El Correo Ilustrado. No fue el ocio ni su calidad literaria lo que me indujo a hacerlo. Tampoco fueron motivos la obsesión por coleccionar ni el afán por saber lo que se opina acerca de mis conocidos. El aburrimiento o la falta de material de lectura tampoco explican esa conducta. Entre el 8 de agosto y el 27 de septiembre, El Correo Ilustrado publicó 194 cartas. Dentro de mi conteo excluí aquéllas dedicadas a aclarar notas previas, avisos, respuestas y contrarrespuestas entre reporteros o articulistas con lectores o invitaciones a eventos.

De igual forma, acorde con mi orden subjetivo, demarcado por el sesgo de intereses personales, al ``clasificar'' las misivas, cree un apartado de ``otros'', en las que incluí aquellas notas inagrupables, ya sea porque eran sólo una o dos, o bien, porque las ideas expresadas, desde mi subjetividad, no eran trascendentes. Expuestas mis debilidades e inclinaciones explico las motivaciones que indujeron tan extraña labor.

Aunque con visiones distintas y aproximaciones diferentes, son obsesiones contemporáneas de gobierno y sociedad: la democracia, la pluralidad, la libre opinión, la libertad. El Correo Ilustrado, así como sus símiles en rotativos independientes, refleja las virtudes anteriores. Estoy convencido que en esa sección habla quien quiere, se expresa quien lo necesita, denuncia quien siente asfixia. Dudo que ese espacio incluya ideas pagadas o expresiones ``acarreadas''.

El Correo Ilustrado es un mosaico sano, plural y transparente. Su lectura es espejo y cara de la sociedad. Su análisis podría ser buen termómetro para el poder: ¿qué dicen los gobernados?, ¿cómo califican pueblo y diversas organizaciones la eficiencia y calidad de los actos gubernamentales?

Dentro de sus aproximaciones acerca de la democracia, Norberto Bobbio explica que ``...una sociedad democrática puede soportar la violencia criminal, si bien dentro de ciertos límites... no puede soportar la violencia política. Y no puede soportarla porque, el objetivo principal de las reglas que caracterizan a los regímenes democráticos estriba en proponer todos los remedios posibles a la solución violenta de los conflictos sociales''. ¿Qué dice la comunidad, que refleja El Correo Ilustrado en relación a las ideas de Bobbio?

Si hubiese que destacar el consenso de El Correo Ilustrado, sobresalen descontento y malestar. Extender ese síntoma equivale a un rotundo no contra el poder. Si se desmenuzan la inmensa mayoría de los legados, el gobierno, el gobierno todo, el gobierno que nos rige y pretende velar por nosotros, recibiría una calificación inexistente: el cero es insuficiente. Los profesores estadunidenses de nuestros gobernadores se sentirían avergonzados de sus alumnos; el juicio de la sociedad es deshonroso.

Los temas más socorridos --Socorro Valadez dirige acertadamente esta sección-- son Chiapas (29 escritos), Fobaproa (12), acerca del 68 (9), sobre las amenazas en contra del ombdusman de Durango (9), amenazas diversas (6), contra violaciones (6), contra la violencia (6), exigiendo libertad y protestando por el destino de ``desaparecidos'' (6). Bajo mi personal calificativo de impunidad (18), agrupo asaltos de policías, fraudes de funcionarios, denuncias contra la Conasupo ``de antes'', delincuentes protegidos, el caso Tom Hansen --¿podrá convertirse en el affaire Dreyfus mexicano?

En el rubro ``auxilio'', pero siempre en desacuerdo con el gobierno, encontré diez misivas; ahí se agrupan posturas en contra de la privatización de la Unidad del Bosque, víveres para Guerrero, servicios médicos inadecuados en hospitales de gobierno, material de estudio para la población pobre.

En el cajón de la intolerancia anoté 17 recados: se condena a don José Barroso, se pide libre albedrío para abortar, se denuncian políticas inadecuadas en relación al sida y agresiones en contra de grupos gay; se confrontan las opiniones de grupos religiosos en contra de los libros de quinto de primaria que han incluido los sistemas reproductivos; se habla de Sierra Blanca.

En siete ocasiones se denosta al gobierno del DF. A mis lectores obsesivos les aclaro que analice 135 cartas y excluí 59, ya sea porque hablaban de ``temas no mexicanos'' o porque eran inclasificables. Si hubiese otro interesado en repetir mi labor, probablemente haría una codificación diferente, pero sin duda concordaría con mis conclusiones: el gobierno debe replantear sus políticas y reparafrasear sus verdades.

El Correo Ilustrado es una forma de democracia. Confío en su objetividad y en sus mensajes. Su lectura profundiza escepticismo y pesimismo, pero estimula el compromiso de recordarle a nuestros jerarcas que su obligación es ver y escuchar hacia abajo, hacia el sur, a su gente.