Roqueñí, defensor de Lona Reyes ante el Vaticano
José Antonio Román Ť El obispo de Tehuantepec, Arturo Lona Reyes, prepara ya su defensa legal para no ser removido de esa diócesis oaxaqueña, y nombró como su representante y defensor ante el Vaticano al canonista Antonio Roqueñí Ornelas, quien ayer mismo viajó a Roma para entablar las primeras pláticas con funcionarios eclesiásticos.
Antes de su partida, el presbítero, quien se desempeña como juez en el Tribunal Eclesiástico del Arzobispado de México, dijo que el caso del obispo Lona es ``defendible'', a menos que exista un documento o solicitud suscrita por el mismo pontífice, pidiéndole la dimisión a su gobierno pastoral.
Roqueñí fue el mismo canonista que a petición del entonces arzobispo primado de México, Ernesto Corripio Ahumada, llevó el caso del obispo Samuel Ruiz García, a quien en octubre de 1993 el ex nuncio Girolamo Prigione le comunicó el deseo de Roma para que renunciara a su diócesis de San Cristóbal de las Casas, por presuntas desviaciones doctrinarias y por practicar una pastoral ``reduccionista''. Ambos casos son similares, dijo Roqueñí.
En tanto, la agencia Afp informó que el papa Juan Pablo II recibió ayer por separado, y en ceremonias estrictamente privadas, al arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, y al nuncio apostólico Justo Mullor. La oficina de prensa vaticana informó sobre el encuentro sin dar más detalle al respecto.
Rivera y Mullor llegaron desde el pasado fin de semana a Roma para participar en los preparativos de la próxima visita del pontífice a México, programada para finales de enero de 1999. Ninguno de los dos ha aceptado dar declaraciones a la prensa y según fuentes de Santa Marta, dentro de los muros vaticanos -que es la sede para los huéspedes distinguidos-, su estancia está programada hasta el próximo 21 de octubre. Los religiosos se han dedicado estos días a mantener encuentros de carácter estrictamente privado.
La información sobre su entrevista con el Papa no fue presentada por el boletín de prensa cotidiano del Vaticano, que es el mecanismo para difundir las audiencias papales, sino en un breve comunicado que se dio a conocer posteriormente. Las fuentes de Santa Marta informaron que la visita es manejada bajo un perfil de ``discreción'' y la agenda de ambos jerarcas está completamente ocupada.
Es previsible pensar que durante su estancia en Roma, el nuncio Mullor aborde la situación del obispo Lona con funcionarios de la curia romana, pues el lunes 21 de septiembre, tres días antes de que iniciara su viaje a Europa, fue cuando le solicitó su renuncia.
Por su parte, el arzobispo de Oaxaca, Héctor González Martínez, insistió en que el único que puede pedir la renuncia a un obispo es el pontífice romano, pues tiene el derecho llamado ``del primado'', por el cual modera, traslada, amplía o limita el ejercicio de jurisdicción de cada obispo. Ningún obispo puede darse por sí solo estas facultades.
Por ello, Lona explica hoy en la prensa que está dispuesto a obedecer al Papa, dice el texto del arzobispo González, distribuido tanto en Oaxaca como en la ciudad de México.
Agrega que en el caso de Tehuantepec, el obispo coadjutor, Felipe Padilla Cardona, tiene las facultades para el gobierno diocesano. Por tanto, ha de haber respeto a esta asignación hecha por el Papa, e igualmente debe existir comunicación entre los dos obispos para coordinarse y proceder conforme a las facultades de cada uno y evitar que haya actos inválidos o ilícitos.
Recordó que el nuncio sólo actúa en representación del pontífice, por lo cual había iniciado un diálogo episcopal y fraterno con los obispos Lona Reyes y Padilla Cardona, el cual ``no estaba destinado al público. Ahora, el contenido del diálogo se ha hecho de dominio público; ojalá que el ayuno y la oración no se desvirtúen de su significado y calen en la espiritualidad cristiana y eclesial de monseñor Lona, de los sacerdotes, y de los fieles, para bien suyo, de la Iglesia y de Oaxaca''.