Todo Tultepec se cimbró; 10 muertos
Silvia Chávez González, Alejandra Gudiño, Agustín Pérez y Angeles Cruz, Tultepec, Méx., 13 de octubre Ť Una explosión en una fábrica clandestina de juegos pirotécnicos de esta población, donde 90 por ciento de sus 110 mil habitantes viven de fabricar cohetes, causó la muerte de al menos diez personas, 51 lesionados, 15 desaparecidos, el derrumbe de 30 casas y daños en otras 150, según cifras provisionales.
El estallido ocurrió alrededor de las 9:25 de la mañana y tuvo su origen, de acuerdo con las primeras indagaciones, en la vivienda ubicada en la calle Josefa Ortiz de Domínguez número 7, en el barrio de San Rafael, domicilio del señor Lorenzo Urbán, donde al parecer explotó un tanque de gas doméstico. La onda expansiva alcanzó un perímetro de 800 metros y provocó una columna de humo y polvo que pudo observarse a cinco kilómetros de distancia.
Personal de la Dirección de Armas y Explosivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) presente en el lugar, dictaminó que se trató de una ``implosión de gas y explosión de pólvora''
La mayor destrucción se registró a escasos 700 metros del palacio municipal, en un área de dos manzanas, donde se vinieron abajo 30 viviendas, en cuyo interior había un número indeterminado de personas. Otras casas en las cercanías sufrieron cuarteaduras y roturas de vidrios y dos vehículos quedaron destruidos.
Al lugar de los hechos se trasladaron 400 efectivos de Seguridad Pública y Tránsito estatal, al menos 250 de la 37 Zona Militar y diversos grupos de la Cruz Roja, de Bomberos y de Protección Civil de Coacalco, Ecatepec, Zumpango, Atizapán de Zaragoza, Tecámac, Tultitlán y Cuautitlán Izcalli.
En ambulancias de la Cruz Roja local y de la Sedena, personal médico trasladó a los heridos a las clínicas del IMSS en Magdalena de las Salinas y Lomas Verdes, así como a un hospital regional de Coacalco, donde la niña Alma Delia Urbán, de 10 años de edad, perdió la vida mientras recibía atención médica.
La búsqueda de víctimas
Los cuerpos de rescate acordonaron un área de 500 metros cuadrados, donde con maquinaria, palas y picos, y auxiliados por 15 perros de búsqueda del Ejército Mexicano comenzaron la remoción de escombros en busca de más cadáveres o de sobrevivientes que pudieran haber quedado sepultados bajo toneladas de tabique, loza y tierra que dejó la explosión.
Entrevistado en el lugar del siniestro, César Camacho Quiroz informó que el gobierno del estado de México se hará cargo de los gastos médicos y los funerales de las víctimas, así como de la rehabilitación de las viviendas dañadas y la reconstrucción de las que cayeron.
A pregunta expresa, el mandatario mexiquense indicó que en Tultepec miles de personas se dedican a la manufactura de juegos pirotécnicos, aunque en la localidad existen sólo dos sitios autorizados para efectuar esta actividad, La Salcera y Cajigas, y agregó que no podía asegurar que en el lugar donde se originó el accidente se elaboraran materiales explosivos.
Protección Civil reportó como cifra oficial diez muertos, 51 lesionados y daños materiales no cuantificados en más de 150 casas. Estos datos coinciden con los que dio a conocer el presidente de la Cruz Roja municipal de Coacalco, Roque Morola, quien además mencionó la desaparición de 15 personas. Las causas de muerte reportadas fueron fracturas y aplastamiento, pero no se informó de quemaduras.
De los fallecidos seis fueron identificados y los cuerpos entregados a los familiares: Lorenzo Urbán Sánchez, de 44 años, dueño de la casa donde se originó la explosión; su esposa Juana Cortés Olivares, de 44 años; su hijo Mario César Urbán, de 10, y su hija Alma Delia Urbán; Guadalupe Reyes Alvarado, de 20 años, y Rita Rangel González, de 68. Otros dos cadáveres permanecían sin identificar y dos mutilados permanecían en el Servicio Médico Forense de Cuautitlán; además por la noche se informó que todavía se sacaron otros restos en bolsas de plástico.
Protestas por la presencia de medios de comunicación
Luego de la explosión, alrededor de 2 mil vecinos, entre quienes se encontraban representantes de organizaciones dedicadas a la fabricación de juegos pirotécnicos, en forma o espontáneamente se dedicaron a impedir el acceso a los medios de comunicación. ``Nada tienen que hacer aquí'', gritaban a los reporteros. Un fotógrafo del diario Unomásuno fue golpeado.
En tanto, varios pobladores dedicados a fabricar artefactos explosivos, presuntamente de manera ilegal, empezaron a sacar de sus viviendas cargamentos de pólvora y cohetes para trasladarlos en vehículos lejos de la zona del percance.
Un albergue provisional fue instalado en el salón Fresnos, en la zona centro; sin embargo, por la noche sólo 15 personas permanecían allí, pues la mayoría de los afectados prefirió buscar refugio en los domicilios de vecinos y familiares.
A las 22:30 horas de ayer los cuerpos de rescate suspendieron la búsqueda para continuarla este miércoles, aunque la mayor parte del área había sido ya revisada.
Las versiones oficiales coinciden que el origen del accidente fue en un tanque de gas que estalló. Así lo sostuvo el director de Protección Civil estatal, Felipe Medina Santos. Sin embargo, para algunos vecinos se trató de un cilindro de 30 kilogramos, mientras que otros declararon haber visto a efectivos del Cuerpo de Bomberos retirar del lugar un tanque estacionario de mucho mayor capacidad.
Arturo Baca Rivera, subprocurador de Justicia de Tlalnepantla, aseguró por su parte que un accidente como el ocurrido hoy en Tultepec es común, debido a que sus habitantes se dedican a la fabricación de fuegos artificiales, pero reconoció que nunca se había presentado un percance de estas dimensiones.
Por la noche el gobierno del estado de México informó que la Dirección General del Registro de Armas de Fuego y Explosivos de la Sedena inició la investigación correspondiente para determinar las causas del estallido, y agregó que deberá precisarse si el sitio donde ocurrió la explosión contaba con el permiso oficial correspondiente.
Juan Antonio Zúñiga M. y Angel Bolaños, enviados, Tultepec, Méx., 13 de octubre Ť Tal vez porque su oficio tiene que ver con los sonidos y el silencio, el músico Angel Luna, quien contempla el interior de su casa sin techos, las estructuras de lámina retorcidas y dos vehículos con los cristales completamente destrozados, narra así la explosión que se dejó sentir alrededor de las 9:30 horas de ayer en el centro de este poblado, que hace décadas dejó de ser el cerro del Tule para convertirse en la capital de la pirotecnia: ``Fue un ruido durísimo, fuertísimo. Sólo vimos polvo, puro polvo y no pudimos respirar''.
La explosión, sobre cuyo origen ni autoridades ni pobladores acaban por ponerse de acuerdo, arrasó por completo por lo menos 30 casas construidas con hormigón, varilla y cemento, en un radio de 250 metros, pero la onda expansiva se sintió a más de medio kilómetro, donde las ventanas volaron hechas añicos, al igual que algunos cristales de la presidencia municipal, ubicada a unos 800 metros del centro del estallido.
El sitio de la explosión era una casa de dos pisos, ubicada frente al número 11 de la calle Josefa Ortiz de Domínguez, de la que no queda nada, ni muros ni techos, ni ventanas ni baños, sólo grandes losas que seguramente fueron pisos y ahora son levantadas por dos grandes plumas Transbar que se movilizan entre soldados del Ejército Mexicano, elementos de Seguridad Pública, socorristas de la Cruz Roja y bomberos de Tultitlán, Tlalnepantla y Ecatepec, que con picos, palas y mazos se afanan en retirar los escombros en busca de señales de vida o de despojos humanos.
Sombras de 1985 en el Distrito Federal, sólo que aquí, a unos 40 kilómetros de la capital del país, el olor a pólvora pica la nariz. El espectáculo de estas dos manzanas entre las céntricas calles de Josefa Ortiz de Domínguez, Morelos y Allende, aquí en Tultepec, traslada a cualquier sitio bombardeado del mundo: Palestina, Kosovo, Argel, Afganistán.
La población está atenta, se mueve con sigilo y a la defensiva. Tal vez, porque según informan en el municipio, 90 por ciento de las familias de esta población de 90 mil habitantes se dedica a la manufacturación de cohetones, volcanes, buscapiés, palomas y una amplia variedad de juegos pirotécnicos. Este trabajo se divide por zonas, en algunas hacen las mechas, en otras los carrujos de cartón y a las afueras de la cabecera municipal arman los juegos con pólvora, misma que también almacenan en las casas.
Los pobladores repiten una y otra vez, fue una pipa de gas la que voló, aquí seguido hay explosiones y las conocemos bien, ``hacen pum y se acabó''. Esta fue diferente, ``se expandió y subió en columna''.
Pero --se les comenta-- aquí no se ven tanques de gas estacionario. Inmediatamente se oye una voz que invariablemente rodea a los reporteros por su recorrido: ``Cuando explotan tanques de gas, éstos se desintegran, así de fácil. Una explosión provocada por el material con que se hacen trabajos pirotécnicos, se extiende, se va de lado, y esta fue un hilo de hidrógeno, como una bomba''.
Sobre unos montículos entre los que se observa lo que queda de una estufa, de una cama y fierros retorcidos, doña Susana Reyes enjuga sus lágrimas y explica con un hilo de voz: ``Aquí estaba mi casa. Eran cuatro cuartitos y mire usted, no queda nada. M'ija salió desde temprano, yo me llevé a mi nietecito a la guardería y mi yerno trabaja de noche y no había llegado. La de enfrente, donde se dio la explosión, era la casa de don Lorenzo Urbán Sánchez y doña Juana Cortés. Vino el gobernador (César Camacho Quiroz), pero no nos dejaron acercarnos. ¿El nos va a ayudar? Sólo nos dijo: lo importante es que están vivos. Pero cuántas vidas, cuántos materiales, cuántos esfuerzos para que en un momento... no.''
Oficialmente, la explosión de Tultepec dejó un saldo de diez muertos (seis de los cuerpos fueron ya identificados), 15 heridos --cuatro de gravedad--, y por lo menos 150 inmuebles afectados en diferentes grados a 500 metros a la redonda de la casa sin número de Lorenzo Urbán Sánchez, ubicada en la calle Josefa Ortiz de Domínguez.
Nueve horas después del estallido, llegó al lugar de los hechos la presidenta municipal de Tultepec, Dionisia Vázquez García, del PRD, quien se encontraba en Guadalajara. Fue informada por el subprocurador General de Justicia del estado, Francisco Maldonado: ``Hay ocho muertos, tal vez nueve, porque falta identificar algunos despojos. Tenemos algunos brazos''.
Ignora Sedena si la empresa tenía autorización para operar
Jesús Aranda Ť La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no posee información oficial acerca de si la empresa involucrada en la explosión en Tultepec, estado de México, tenía el permiso correspondiente o no, comentaron fuentes de la dependencia. Precisaron que de acuerdo con la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, corresponde a la Sedena el control y vigilancia de las actividades y operaciones industriales y comerciales que se realizan con armas, municiones, explosivos, artificios y sustancias químicas.
Los permisos específicos para estas actividades serán otorgados por la Sedena, con documento de la Secretaría de Gobernación y sin perjuicio de las atribuciones que competan a otras autoridades.
Además, la legislación estipula que serán las autoridades locales y municipales las encargadas de la seguridad y ubicación de los establecimientos correspondientes.
La citada ley establece el control de la dependencia sobre armas, municiones, pólvoras y explosivos, artificios y sustancias químicas relacionadas con explosivos.
La dependencia podrá negar, suspender o cancelar discrecionalmente los permisos --generales, ordinarios y extraordinarios-- cuando las actividades amparadas con éstos entrañen peligro para la seguridad de las personas, instalaciones o que puedan alterar la tranquilidad del orden público.
Podría haber numerosos establecimientos clandestinos
José Antonio Román Ť Es posible que muchos establecimientos de juegos pirotécnicos de Tultepec, estado de México, sean clandestinos, debido a que los permisos sólo se otorgan a fabricantes que se ubican fuera de los centros urbanos, señaló el coordinador general de Protección Civil, Guillermo Ruiz de Teresa.
Informó que aún cuando todo parece indicar que la explosión en el barrio de San Rafael se debió a un ``mal manejo'' de pólvora, es necesario esperar los resultados de las investigaciones y los peritajes que realiza el Ministerio Público Federal. Asimismo, descartó que haya contrabando de pólvora.
En entrevista, el funcionario del gobierno federal informó que desde los primeros minutos del siniestro el secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa, se comunicó por teléfono con el gobernador mexiquense César Camacho Quiroz, a fin de coordinar esfuerzos para el rescate y la reconstrucción de la zona dañada.
Dijo que a pesar de que muchos de estos establecimientos dedicados a la elaboración de juegos pirotécnicos tienen permisos reglamentados por la Sedena, otros trabajan de manera clandestina.
Finalmente, señaló que la PGR es la instancia del gobierno federal que tiene la responsabilidad de vigilar de manera permanente el cumplimiento de la Ley de Armas de Fuego y Explosivos.