No he dejado de ser polémico, pero ahora se me ataca menos: Cuevas
Merry Mac Masters Ť Los ``animales impuros'' no son precisamente fieras; también son seres humanos. Es decir, esta constante metamorfosis donde se confunde el animal con el hombre. Se trata de una reflexión más sobre la conducta humana. El tema a cargo de José Luis Cuevas comprende, asimismo, una serie de ``cerámicas'' inspiradas en poemas del español José-Miguel Ullán que también podrían interpretarse como ``alusión'' a la matanza del 2 de octubre en Tlatelolco, porque hay ``tantas máscaras, tantas mentiras acerca de lo que realmente sucedió; ni sabemos quiénes son los responsables del crimen'', afirma el dibujante en entrevista.
Padecer intimidación por el 68
-¿Cómo vivió el 2 de octubre de 1968?
-El día de lo de Tlatelolco yo estaba dormido. Me despertó la llamada telefónica de un periodista que me dijo: `hay cientos de muertos, ha sucedido algo realmente terrible'. ¿Quién habla?, ¿qué quiere decir con esto?, preguntaba. Por el horror no podía comprender lo que se me estaba comunicando. Colgué el teléfono y cuando volví a despertar le dije a Berta (su esposa), fíjate que tuve una especie de pesadilla, que había habido muchos muertos. Entonces, tomé el periódico y vi que no había sido un sueño. Esa mañana salía a Santo Domingo (República Dominicana), donde iba a ser jurado de una exposición. Estando allá me llamó Berta para decirme que en algunos periódicos se me acusaba de ser uno de los instigadores del movimiento estudiantil. `Más que suficiente para que Cuevas sea consignado', decían. Además, que yo había huido y que se desconocía mi paradero. Le dije a Berta, mañana mismo tomo un avión de regreso. También le pedí que hablara a todos los periódicos y a la televisión, porque era una forma de evitar que fuera yo detenido. Mi avión llegó como a la una de la mañana; había verdaderos tumultos de fotógrafos y prensa en el aeropuerto. Los periodistas me decían cosas terribles como `a ver si de ésta te escapas, Cuevas'. Había una actitud en contra mía. Todo eso venía por una declaración que había hecho Elena Garro en el periódico acusando al grupo de intelectuales, todos amigos de Octavio Paz, que éramos los responsables de lo de Tlatelolco.
``Bueno, llegué y me encerré en la casa, definitivamente, porque en aquel tiempo había actos de intimidación. Después, el último año de gobierno de (Gustavo) Díaz Ordaz, lancé una candidatura para diputado independiente. Como siempre me sucede, fue tomado como un simple desplante publicitario cuando en realidad su propósito era retomar la voz de los estudiantes que habían sido masacrados, y poder atacar al gobierno y a Díaz Ordaz. Lo dije en su momento, en los artículos que escribía en la revista Siempre! --Pagés Llergo nos abrió las puertas--, además llevé una campaña como cualquier candidato, con visitas domiciliarias. Recuerdo que alcancé las ocho columnas en un periódico cuando perdí. No tenía ninguna intención de ganar un curul en la Cámara de Diputados, pero sí de poder hablar, porque después de Tlatelolco hubo un silencio por temor. Además, ataques y cosas de esas contra el gobierno mexicano no se publicaban de ninguna manera.''
En la actualidad, Cuevas se encuentra absorto en una solidaridad de otra índole. Se trata de velar por la salud y bienestar de Berta, que desde hace tres meses lucha contra una delicada enfermedad. Ni siquiera se acordaba en qué fecha sería inaugurada su exposición anual en el museo que lleva su nombre y que, además, se hace porque la obra de Animales impuros ya estaba -algunas de las esculturas en bronce y cerámicas fueron mostradas el año pasado en España. Sin embargo, en una de esas se comunicó al museo del cual Berta es directora, con la idea que la muestra, de ser abierta en octubre ``de alguna manera formaría parte de la conmemoración del 30 aniversaio de Tlatelolco''.
La conjura de los científicos
-¿Siente que ha dejado de ser polémico?, ¿la sociedad se reconcilió con usted?
-No he dejado de ser polémico, pero ahora se me ataca menos; antes era absolutamente incomprendido. Después de todo recibí el Premio Nacional de Artes. (Pero) eso no quiere decir que no sea consciente de que todavía hay mucha animadversión hacia mi persona. Por ejemplo, he sido candidato para ingresar a El Colegio Nacional, para lo cual cada año me hacían enviar un curriculum con todas mis actividades.
``No es por nada, pero mi curriculum es realmente impresionante. Sin embargo, siempre existió esa imposibilidad de entrar. Ahora no puedo, pues ya me pasé en edad. Eso a mí me causaba mucha extrañeza porque creo tener los méritos suficientes. Estoy seguro que mis amigos allí, con los escritores tengo buena amistad, votaron por mí. De todos modos cuando me ponía a ver la lista de los integrantes de El Colegio Nacional hacían una mayoría los científicos. Esto me llevó a la conclusión de que quienes se han opuesto han ido los científicos.
-Tampoco ha ingresado a la Academia de Artes.
-Eso me tiene sin cuidado. Allí fui propuesto y rechazado; curiosamente suscitó muchas protestas. Pero también es una agresión, así que las agresiones existen todavía.
-¿Cómo se sobrellevan las polémicas?
-Sí, desgastan, sobre todo porque no soy indiferente a los odios, a los silenciamientos. Lo que pasa es que como siempre estoy tan ocupado, trabajo muchísimo y tengo un intenso programa de actividades fuera de México que no me permite distraerme demasiado con estas cosas. En ciertos periodos, cuando hay una especie de ninguneo, resulta que voy a Madrid y gano un premio internacional (el Tomás Francisco Prieto, 1997) que únicamente habían recibido españoles. Tengo que regresar para entregar a la Reina Sofía una medalla de oro acuñada en la Casa de la Moneda de Madrid, que diseñé. También tengo que ir para recibir las medallas que a mí me corresponden, por supuesto. Aparte, viajo constantemente a universidades para dar conferencias. Todo eso ha impedido que haya en mí una amargura debido a esos rechazos. Claro, todo eso se borra cuando la enfermedad entra a la casa de uno...
(Animales impuros, exposición de obra reciente de José Luis Cuevas, comprende 20 esculturas en bronce y 121 piezas de cerámica de alta temperatura, estas últimas realizadas en el taller de Hugo Xavier Velásquez, de Cuernavaca, que incluyen dos murales de gran dimensión de la serie del mismo nombre será inaugurada hoy, a las 19:30 horas, en el Museo Cuevas, Academia 13, Centro Histórico. En la apertura se presentará El único alebrije viviente del mundo, creación en papel picado, con Humberto Spíndola y el grupo de jazz Epistrofía. Posteriormente, la muestra se exhibirá en un centro comercial de Polanco.)