La Jornada 18 de octubre de 1998

``¡Gracias, ingleses, por tener más cojones que la Concertación!'': el PC de Chile

Enrique Gutiérrez Aicardi, corresponsal, y agencias, Santiago, 17 de octubre Ť Enorme impacto causó en este país la noticia sobre el arresto de que fue objeto en Londres el ex dictador chileno Augusto Pinochet, mientras que el gobierno del presidente Eduardo Frei admitió tener ``una discrepancia'' con Gran Bretaña respecto del tema de la inmunidad diplomática.

A la par que los organismos de derechos humanos y sectores políticos opositores se manifestaron jubilosos por lo acontecido y la derecha y el ejército se declaraban indignados, el caso Pinochet también dividió a los segmentos de la coalición gobernante, ya que mientras unos se alegraban por lo sucedido otros lo consideraban un hecho grave para el país.

El canciller José Miguel Insulza se refirió en conferencia de prensa a la ``discrepancia'' de su gobierno con el inglés al subrayar que ex militar portaba pasaporte diplomático, y reconoció que este asunto ``ha creado una situación interna e internacional compleja para el Estado de Chile...''

Tras señalar que ``es particularmente lamentable en la medida en que por cierto incide dentro de nuestro proceso político y nuestras relaciones con otros estados'', descartó sin embargo que éste sea un asunto de complot de alguien, ni tampoco que provenga de una motivación política de los gobiernos británico o español.

Abogó porque este tema no vaya a incidir más allá de lo conveniente en las relaciones diplomáticas y que ``nuestro único camino es hacer valer la inmunidad'', pero acotó que para pedir la extradición, como quiere la justicia española, se requiere de un tratado internacional de derechos humanos.

Insulza apuntó que en este caso se está apelando a una legislación española y subrayó que Chile rechaza la aplicación extraterritorial de las leyes nacionales.

Además, anunció que en las próximas horas viajará a Londres en nombre del gobierno el jurista internacional Santiago Benadava para tratar de resolver el problema.

La protesta formal que Chile presentó ante Gran Bretaña fue respaldada por partidarios de Frei y por la oposición de derecha, mientras que el ejército expresó su más amplia solidaridad con su ex comandante en jefe, de acuerdo con un comunicado expedido por el general Ricardo Izurieta.

En ese comunicado del actual comandante en jefe del ejército se anuncia que esa arma recurrirá a ``todos los medios jurídicos, diplomáticos y de gobierno'' para superar ``la injusta e insólita situación'' que afecta a Pinochet, quien encabezó una sangrienta dictadura entre 1973 y 1990 tras derrocar al presidente Salvador Allende.

El máximo líder de la Fundación Pinochet, general en retiro Luis Cortés Villa, negó que haya movimientos de tropas o acuartelamiento grado dos en el ejército.

No obstante, dijo, es necesario que partidarios del pinochetismo se movilicen para protestar por ``una situación inaceptable''.

Unos 200 partidarios del ex dictador se manifestaron frente a las embajadas de Gran Bretaña y España, cuya protesta terminó en actos violentos luego de que un detractor se declaró en favor de la detención.

Con todo, no se dieron a conocer reportes sobre heridos o detenidos, pero hubo huellas de ataques a las sedes diplomáticas.

También hubo movilizaciones de los dirigentes de Renovación Nacional y de la Unión Demócrata Independiente, los dos partidos de la derecha chilena, quienes se reunieron con el canciller Insulza para manifestarle su respaldo a la protesta formal que el gobierno elevó ante Londres.

Pero discreparon los dos precandidatos presidenciales por la gobernante Concertación por la Democracia, el senador demócrata cristiano Andrés Zaldívar y el socialista Ricardo Lagos.

El primero se sumó a la protesta gubernamental contra Gran Bretaña, y Lagos lo consideró como un mero asunto legal.

En tanto que Lagos declaró que ahora toca a la justicia de España e Inglaterra resolver sobre esta retención y que Pinochet sabía que existían juicios pendientes en su contra en Europa, el senador democristiano Jorge Lavandero criticó la defensa del gobierno del ex dictador y dijo que era un vergüenza su permanencia en el Congreso.

El Partido Comunista (PC), la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y decenas más de organizaciones humanitarias expresaron su pleno respaldo a la decisión británica.

``Gracias ingleses por tener más cojones que la Concertación'', fue una de las consignas del PC, en el marco de una manifestación de jóvenes frente a La Moneda.

Allí, la izquierda pidió a Frei y la Concertación Democrática que apoyen la decisión de los tribunales ingleses y españoles ante la detención del senador vitalicio.

La diputada socialista Isabel Allende calificó de ``muy importante'' la detención de Pinochet en Londres, a petición de jueces españoles, y aseveró que ésta es una gran oportunidad para que el ex dictador ``dé cuenta de las violaciones a los derechos humanos que se cometieron en su régimen''.


Los dictadores nunca acaban bien

Augusto Pinochet Ugarte está acusado en su país de haber ordenado durante su régimen de 16 años y medio el asesinato de varios miles de chilenos, de desaparecer a por lo menos 3 mil y de provocar el exilio de centenares de miles, pero se convirtió en senador vitalicio en Chile.

Scotland Yard no lo detuvo por todos esos crímenes, por los que nunca ha sido castigado; lo hizo a solicitud de dos jueces de la Audiencia Nacional Española por dos causas: desaparición de decenas de españoles y la Operación Cóndor.

Varias decenas de españoles, entre ellos el diplomático Carmelo Soria, fueron asesinados durante el régimen militar, otros fueron secuestrados y torturados.

Sobre la Operación Cóndor, en la que se investiga también a los militares argentinos, Pinochet está encausado por el secuestro y asesinato de más de 200 personas que cayeron en esa ``red terrorista militar'' dedicada, según el juez español Baltasar Garzón, al ``intercambio, desaparición y ejecución'' de los opositores a las diferentes dictaduras que gobernaron en América del Sur en la década de los 70.

Pero Pinochet, a sus 82 años, dijo esta semana que sólo se consideraba un ``aspirante a dictador'': en una entrevista publicada por la revista New Yorker, el ex dictador afirmó haber sido siempre ``un hombre estudioso, sin ser un estudiante brillante, pero que leyó mucho, en particular libros de historia... Y la historia muestra que los dictadores nunca acaban bien'', dijo con una ``sonrisa irónica''.

Y se quejó: ``Lamentablemente casi todo el mundo es marxista hoy en el mundo, pese a que no lo saben ellos mismos, siguen teniendo ideas marxistas''.

En esa entrevista, Pinochet le dijo al periodista Jon Lee Anderson que viaja cada año a Londres donde comparte el té con Margaret Thatcher, a quien le envía flores y chocolares. Inglaterra, afirmó el dictador, es su ``país preferido, lugar ideal para vivir debido a su moderación, su civilidad y su respeto de las reglas''. (Afp)