Irregularidades en la adquisición de bienes por $120 millones durante 96
Raúl Llanos Ť Durante 1996, la Dirección General de Reclusorios (DGR) capitalina incurrió en una serie de anomalías en la adquisición de bienes de consumo y en la contratación de servicios, rubros en los que se aplicó un presupuesto superior a 120 millones de pesos, según el Informe de resultados de la Contaduría Mayor de Hacienda de la Asamblea Legislativa.
De acuerdo con el órgano fiscalizador, las autoridades de la DGR incumplieron con lo establecido en el Código Financiero, la Ley de Adquisiciones y Obras Públicas, la normatividad en materia de administración de recursos, el manual de normas y procedimientos para la administración del ejercicio presupuestal, así como su propio manual administrativo y procedimientos de control interno, es decir, hubo pagos en exceso a proveedores, adjudicaciones directas sin licitación, falta de documentación justificatoria de gastos de alimentos, materiales diversos y servicios contratados.
Así por ejemplo, revela el documento de la CMHALDF, se adjudicaron en forma directa a dos proveedores contratos para los servicios de mantenimiento al parque vehicular de la Dirección General de Reclusorios, pero éstos no contaban con el aval legal del subcomité de Adquisiciones ni se respetaron los montos de actuación autorizados, es decir, no se licitaron públicamente, hecho que implicó cerca de 4 millones de pesos en pagos.
Por lo que se refiere al servicio de alimentación para internos de los diferentes centros de readaptación social, la Contaduría da cuenta de que se pagaron un millón 808 mil 900 pesos para la compra de abarrotes, carnes crudas, fruta, verduras, además de otros 2 millones 132 mil pesos por consumos efectuados en restaurantes; ``sin embargo, no se localizó evidencia justificativa de esos consumos''.
Más adelante, precisa la CMHALDF que entre febrero y junio de 1996, la DGR adquirió vales de gasolina por un millón 135 mil pesos ``sin que se formularan los pedidos o contratos que formalizaran el compromiso correspondiente'', que implica desacato al Código Financiero para el Distrito Federal. En este rubro, la Contaduría revela que hubo cerca de 15 mil pesos en vales cuyo destino nunca se conoció, pero eso, añade, obedece a que en la dirección auditada ``se carece de un procedimiento oficial establecido para la autorización, distribución y control del consumo de gasolina y lubricantes''.
En cuanto al renglón de ``materiales y útiles de oficina'', la DGR presentó a la Contaduría Mayor de Hacienda cuentas según las cuales se compraron mercan- cías diversas en centros comerciales, pero en los documentos comprobatorios ``se omitió especificar las mercancías adquiridas y se hizo referencia únicamente al ticket anexo, que no fue localizado'', en los informes que entregó. También en la adquisición de artículos de cómputo y material de oficina se careció de la correspondiente ``requisición de compra o pedido o bien la solicitud del área de adquisiciones''.
Otra de las observaciones recurrentes que hizo la CMHALDF a la Dirección General de Reclusorios es que durante 1996 se realizaron diversos pagos por servicios de mantenimiento y conservación de alumbrado en torres de vigilancia; calderas; instalaciones electromecánicas, y plantas eléctricas y subestaciones en diversos centros de reclusión y en la penitenciaría capitalina, los cuales fueron contratados y presupuestados en 1995. En total el órgano fiscalizador localizó cinco pagos por un importe de 577 mil pesos que corresponden a dichas situaciones.
De esta serie de irregularidades, la Contaduría Mayor de Hacienda de la Asamblea Legislativa recomendó a las actuales autoridades de la Dirección General de Reclusorios se tomen las acciones que correspondan para evitar que se incurra en esa serie de anomalías y se acate lo estipulado en las disposiciones legales que tienen que ver con los aspectos de contratación y adquisición de bienes y servicios.