Frei pide calma; reunión urgente del ejército chileno
Enrique Gutiérrez, corresponsal, y agencias, Santiago, 21 de octubre Ť El presidente Eduardo Frei pidió calma, así como evitar polarizaciones ante la tormenta política desatada por la detención de Augusto Pinochet en Gran Bretaña, mientras el alto mando del ejército sostuvo una reunión urgente y externó su preocupación sobre el asunto.
Pero al mismo tiempo, la derecha seguía presionando al advertir que la transición democrática está en ``grave riesgo'', y el general retirado Alejandro Medina sostuvo que en Chile podría suscitarse una reacción violenta si el ex comandante en jefe del ejército muere en Londres.
Tras retornar de su gira a Portugal, donde asistió a la Cumbre Iberoamericana, y de una visita de dos días a España, en cuya capital canceló actividades que tenía previstas, Frei, con evidente gesto de preocupación, formuló su llamado a la calma al señalar que el país tiene que seguir funcionando, y que la situación se manejará como corresponde.
Molesto, el presidente respondió a la prensa señalando que no podía agregar nada más sobre el affaire Pinochet, pues primero deberá consultar con su gabinete, además de que tenía una entrevista con sus homólogos de Perú, Alberto Fujimori, y Ecuador, Jamil Mahuad, sobre el diferendo fronterizo entre dichos países.
El comandante en jefe del ejército, general Ricardo Izurieta, tras celebrar una reunión ``informativa'' de una hora y media con el alto mando, declaró que esta situación afectaba a la institución y al país y que se hacían todas las gestiones oficiales para lograr que, a la brevedad, el ex general regrese a Chile.
Izurieta agradeció al presidente Frei por su gestiones en favor de Pinochet, al considerar que ``interpretó el sentimiento de la gran mayoría de los chilenos''. Pero el diario La Hora estimó que la reunión del alto mando fue para contener a ``gente desesperada'', pues hay una ``presión acumulada'' entre la oficialidad.
La misma Armada expresó la víspera su malestar por lo ocurrido en Londres, por lo que decidió cancelar visitas navales de alto rango al Reino Unido. Chile tiene nexos con fabricantes británicos de armas, y la Armada habría congelado adquisiciones millonarias de buques ingleses.
En este panorama de tensión, el gobierno anunció, por conducto del Ministerio del Interior, que no permitirá nuevas manifestaciones a favor o en contra de Pinochet, luego de cinco días consecutivos de refriegas callejeras en que la policía ha debido reprimir a manifestantes.
El viceministro del Interior, Belisario Velasco, dijo que no se permitirá que la Alameda sea el campo de la izquierda y Apoquindo el de la derecha, luego de que la víspera fueron arrestadas unas 150 personas. Y hoy, más de 20 simpatizantes pinochetistas fueron detenidos frente a las embajadas de España e Inglaterra.
El gobierno no sólo ha tenido que actuar contra disturbios callejeros, sino que el canciller José Miguel Insulza advirtió que se aplicará ``una serie de medidas legales'' para detener la ola de amenazas anónimas contra las embajadas española y británica, cuyos recintos han sufrido además agresiones con piedras y otros proyectiles.
Los anónimos comenzaron luego de que la senadora derechista Evelyn Matthei advirtiera: ``les vamos a hacer la vida imposible''. En ese sentido, Insulza dijo que tampoco se permitirán amenazas contra extranjeros de cualquier nacionalidad, en alusión a los casos del pintor peninsular José Balmes y de Carmen Soria, hija del diplomático español Carmelo Soria, asesinado durante la dictadura. Ambos han pedido protección a las autoridades.
Incluso, en las últimas horas se recibió una alerta de bomba que retrasó 90 minutos el despegue de un avión de la aerolínea British Airways en el aeropuerto de Santiago. A su vez, la alcaldesa Cristina Girardi puso fin a un boicot de un colega suyo al recolectar la basura de la embajada española, que aquél ordenó no recoger.
En tanto que Insulza confirmaba que Pinochet viajaba con ``una misión diplomática'' que no pudo cumplir al tener que ser intervenido quirúrgicamente en Londres, el ex ministro pinochetista Carlos Cáceres estimó que ahora se están generando divisiones internas en la coalición de gobierno, y que ello tendrá una derivación política significativa.
Senadores de la Unión Demócrata Independiente y del partido Renovación Nacional, de derecha, insistieron en el respeto a la soberanía chilena y en que este país es el único con jurisdicción sobre los chilenos, y advirtieron que lo ocurrido pone en riesgo el proceso de transición convenido por todos lo sectores.
Mientras el diario El Mercurio exhortaba a la derecha a abandonar la beligerancia y ser prudente, el juez chileno Juan Guzmán reivindicó su derecho a continuar con los procesos a su cargo en torno a las querellas contra Pinochet. Dijo que no puede haber dos juicios contra el ex militar, uno en España y otro en Chile.