Saramago y Pérez Esquivel saludan que prevalezca la justicia
Ap, Afp y Reuters, Santiago de Chile, 21 de octubre Ť ``Nos merecíamos esta noticia; todos tenemos derecho a la esperanza'', sostuvo el premio Nobel de Literatura 1998, el portugués José Saramago, so- bre la detención de Augusto Pinochet, al tiempo que la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), y la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT), anunciaron que estudian acciones para intervenir en el caso del ex dictador chileno.
En Argentina, sin embargo, el ministro del Interior, Carlos Corach, volvió a criticar hoy al juez español Baltasar Garzón, quien solicitó a Gran Bretaña la extradición de Pinochet, al insistir en que esa petición ``está destinada únicamente a lograr publicidad''.
El magistrado ha sido criticado reiteradamente por el gobierno argentino a consecuencia de haber solicitado la captura de varios ex jerarcas militares argentinos acusados de perpetrar violaciones a los derechos humanos, entre ellos el ex presidente de facto Jorge Videla.
``La pacificación nacional que hemos logrado es un bien preciado que ni el juez Garzón ni ningún otro extranjero tiene derecho a venir a perturbar'', añadió Corach. Estas declaraciones contrastaron con las expresadas por el ex astro del futbol Diego Maradona, quien se manifestó ``feliz con lo de Pinochet'', y deseó además que lo mismo ocurra ``con los dictadores que tuvo Argentina''.
El Nobel Saramago, en un fax fechado en Lisboa y dirigido a la presidenta del Partido Comunista chileno, Gladys Marín, dijo que la detención de Pinochet ``nos congratula a todos y nos anima a pensar que la justicia histórica ha empezado en nuestro presente''.
Otro premio Nobel, éste de la Paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, afirmó en Quito que la detención y posible extradición de Pinochet ``es un derecho de la justicia y de las víctimas'', y recordó que el chileno no es el único de los gobernantes de facto de América Latina contra quienes hay órdenes de detención, al citar al ex dictador Videla.
En Bruselas, la CIOSL dijo que estudia las posibilidades jurídicas de intervenir en el procedimiento, ``incluso de presentarse como parte civil'', en el caso contra Pinochet, mientras que en San José, la ORIT anunció una ofensiva continental para que Pinochet sea enjuiciado y ``pague por los crímenes de lesa humanidad'' cometidos por su régimen.
También la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos anunció la presentación de una querella criminal contra el ex dictador por la muerte o desaparición de 30 latinoamericanos que vivían en Chile cuando tuvo lugar el golpe, en 1973.
En Brasil, la más poderosa fuerza de la izquierda brasileña, el Partido de los Trabajadores, pidió que el gobierno de Fernando Henrique Cardoso respalde la detención en Londres de Pinochet. El líder de la bancada parlamentaria de ese partido, Marcelo Deda, acudió a la legación británica para entregar personalmente al embajador una carta en la que se manifiesta que la decisión tomada por su gobierno ``honra las mejores tradiciones humanitarias del Reino Unido''.
Al recibir la carta, el embajador Keith Haskell no pudo contener la emoción al hablar de Chile --país donde representó a Gran Bretaña entre 1975 y 1978-- y rompió en llanto, luego de contar casos de chilenos que conoció y que habían sido torturados por la dictadura.
Mientras tanto, un especialista de Naciones Unidas en derechos humanos, Nigel Rodlye, pidió que se elabore una ley internacional susceptible de ser aplicada contra cualquier presunto criminal de lesa humanidad.
``Si tuviéramos ahora una ley así, la controversia en torno a la suerte de Pinochet no sería tan compleja'', dijo.