La Jornada 24 de octubre de 1998

Cuestiona Fernández de Cevallos el mecanismo ``abierto'' para elegir candidato presidencial panista

Juan Manuel Venegas Ť El ex candidato presidencial de Acción Nacional, Diego Fernández de Cevallos, consideró que la intención de su partido de abrir la elección de candidato presidencial podría acarrear problemas de organización y eventual descontento entre quienes decidan participar en la contienda interna del partido.

Ya sea que se abra a todos los ciudadanos mexicanos o sólo a los militantes activos (en el anteproyecto de reforma de estatutos panistas se plantean las dos opciones, y hoy el Consejo Nacional habrá de decidirse por una), explicó Fernández de Cevallos, el caso es que en el periodo de presentación de precandidatos se generaría el primer gran dilema:

``Estoy convencido que en el PAN, abierto el registro de precandidaturas, van a aparecer cuatro o cinco aspirantes, si no es que más, ¡hay que imaginarse lo que va a significar eso a niveles de organización! ¿Y cómo vamos a evitar que sean tantos, qué instancia va a decir quién sí y quién no?''.

Puso un ejemplo: si un panista que goce de liderazgo regional, como puede ser cualquier gobernador, decide contender por la nominación del partido, ``¿quién le va a decir que no? Por el momento, está claro que Vicente Fox va a participar, pero en una elección abierta en toda la República muchos sentirán que tienen posibilidades y, con todo derecho, se apuntarán, ¡eso a mí me queda muy claro!''.

En ese sentido, expuso que a fin de evitar esos problemas, ``necesariamente tendría que darse una decisión cupular, con todo lo que eso implica'', para que el número de precandidatos no pase de dos o tres, cuando mucho, y no se generen problemas de organización; esa decisión en la cúpula del panismo, además, deberá ser muy cuidadosa y no dañar la cohesión del partido ni afectar las simpatías y adeptos regionales que tienen algunos militantes del partido, indicó Fernández de Cevallos.

Para reforzar su idea de que en la contienda panista por la candidatura presidencial del 2000 van a participar no dos, sino ``muchos'', recordó que hace cuatro años, cuando él resultó abanderado de su partido, participaron cuatro. ``Eso ocurrió en una convención cerrada, ¡vamos a ver lo que va a pasar con una elección abierta en todo el país!''.

Otro punto que el Consejo Nacional del PAN discutirá en su sesión de sábado y domingo es el que tiene que ver con la reglamentación de campañas o precampañas internas, y Fernández de Cevallos también tiene sus ``dudas'' respecto de esta posibilidad, por la ventaja que ya tiene Fox Quesada, cuyo proselitismo empezó desde hace más de un año.

El gobernador de Guanajuato inició su campaña, ``con todo derecho, legítima'', en julio de 1997 y si ahora se pretende reglamentar tiempos, financiamientos y formas, aquellos que se sumaran a la contienda ``ya entrarán en desventaja frente a Fox, a quien, por otro lado, bajo qué argumento se le puede pedir que detenga su campaña hasta que arranquen los demás''.

Estos son puntos ``fundamentales'' que deben analizar los consejeros en la sesión de este fin de semana, consideró el ex candidato presidencial, también miembro del Consejo panista.

Desde julio, luego de la derrota en los comicios estatales de Chihuahua, al interior del PAN comenzaron el análisis y debate internos de la conveniencia de abrir sus procesos de selección de candidatos a la Presidencia de la República y a los gobiernos de los estados. De acuerdo al anteproyecto que se elaboró -tras cinco foros regionales-, se concluyó que se dejarán atrás las convenciones para estos casos y se abrirán ``centros de votación'' en las 300 cabeceras distritales federales del país.

En el proceso, sin embargo, no se tiene claro quiénes podrán participar. En el PAN no se han puesto de acuerdo si se abren a toda la sociedad o sólo a sus militantes activos (que demuestren pago de cuotas y cumplimiento de obligaciones partidistas) y, de acuerdo a lo que dice por su parte Luis H. Alvarez, senador y consejero panista, ``lo más conveniente'' es que la apertura, en caso de aprobarse, sólo llegue a la militancia, ``a fin de evitar eventuales injerencias de fuerzas externas''.