Los cementerios nucleares, un ``mal necesario'': Téllez
Claudia Herrera Beltrán Ť Pasada la tormenta del confinamiento de Sierra Blanca, el secretario de Energía, Luis Téllez, niega que el gobierno mexicano haya sido tibio en la defensa de los intereses del país y justifica su actuación: evitar un rompimiento con Estados Unidos. Aduce que ante todo los funcionarios mantuvieron la diplomacia y que, en lo personal, no iba a mentir sobre la viabilidad técnica del proyecto, porque eso hubiera sido ``oportunismo político''.
Un día después de que la Comisión para la Conservación de los Recursos Naturales del Estado de Texas negara el permiso a la construcción del confinamiento, que se ubicaría a 27 kilómetros de la frontera con México, el funcionario se congratula, porque lo considera un triunfo del gobierno y de todos los que se opusieron, y niega que las autoridades texanas hayan sido racistas en su intento por construir el depósito.
Entrevistado anoche en su despacho, Téllez dijo que si volviera a presentarse una situación similar, actuaría de la misma forma, y resumió lo que realizó el gobierno: ``primero, hizo eco de la preocupación de la población y, segundo, analizó con la información disponible la situación técnica del confinamiento''.
Se congratuló de que las autoridades de Texas fueran sensibles a los reclamos de la población fronteriza mexicana y texana y a la preocupación que manifestaron los legisladores y el gobierno de nuestro país. ``Lo que muestra es que hubo la intención de tener una actitud de buena vecindad con México'', resume.
Para el funcionario, el problema ya terminó con el comunicado del gobernador de Texas , George Bush, quien tajante aseguró que el depósito no se construirá en Sierra Blanca, y considera que esa respuesta se debe en mucho a las negociaciones diplomáticas que hizo el gobierno mexicano.
Ahora a Téllez lo que le preocupa es que los mexicanos vean como un mal la instalación de confinamientos de desechos radiactivos en territorio nacional. ``Son un mal necesario de la vida moderna, porque los materiales radiactivos nos producen ventajas'', aduce el funcionario.
Contrario a la postura de algunos grupos ecologistas, insistió en que en México se necesitan muchos depósitos de este tipo, pero advirtió que se debe tener el cuidado de construirlos en las zonas adecuadas, donde haya baja precipitación pluvial y se produzcan pocos sismos.
El titular de la Secretaría de Energía recuerda que no estaba preocupado por el diseño del confinamiento, porque la información de los científicos de esa dependencia indicaba que hasta ese momento no había problemas. Sin embargo, reconoció que no tuvo acceso a cierta información sobre la falla sísmica que finalmente le entregó el gobierno texano hace unos días.
Con esas evidencias, consideró que hubiera sido deshonesto o irresponsable ``inclusive, estaría faltando a mis deberes constitucionales, si se me presenta un estudio, que además tengo plena confianza en los científicos que lo hicieron, y hubiera dicho otra cosa por oportunismo político''.
Se refirió a la visita que le hizo al gobernador texano y que, dijo, fue malinterpretada. ``Yo soy amigo del gobernador Bush y le comenté que me interesaba verlo para transmitirle una preocupación de los mexicanos y del gobierno mexicano. Desgraciadamente, algunos medios de comunicación no leyeron la conferencia y dijeron `Téllez le fue a dar el aval a Bush', cosa que es totalmente falsa''.
-Ahora, ¿cómo evitará el gobierno mexicano que se repita este problema?
-Lo que vamos a hacer, si se repite, es exactamente lo mismo que hicimos en esta ocasión. Si hay un problema técnico, lo vamos a usar como argumento y vamos a usar los distintos mecanismo legales y diplomáticos que tenemos a nuestra disposición. Si hubiera sido la decisión distinta, hubiéramos activado otros mecanismos, inclusive a través del Sistema Judicial de Estados Unidos. Y por el otro lado, tuvimos una política diplomática activa, encabezada por la Secretaría de Relaciones Exteriores, pero que a través de notas diplo- máticas que se enviaron y de contactos informales, como los que un servidor tuvo con Richardson y con el gobernador Bush.
-¿Los grupos opositores al proyecto y los senadores dicen que el gobierno de México tuvo una posición tibia?
-Podíamos haber tomado un lenguaje agresivo, ofensivo hacia las autoridades de Estados Unidos y quizás eso hubiera mostrado gran firmeza entre comillas. Pero creo que el resultado de la política diplomática y de la política formal e informal que se siguió en esta materia es que el gobernador ni siquiera está dando posibilidad de que haya otra instancia cuando legalmente la podría haber.