Transfirió Raúl Salinas 160 mdd a Ricardo Salinas Pliego, según un testigo de la DEA
Juan Manuel Venegas y Roberto Garduño Ť Raúl Salinas de Gortari habría transferido 160 millones de dólares a Ricardo Salinas Pliego en una operación que presuntamente se trianguló entre el Citibank de Nueva York, Citibank de México, Citibank de las Islas Caimán y finalmente a Suiza y Francfort, revelan los documentos que el abogado Eduardo Luengo Creel entregó a La Jornada, y que presentará ante el Tribunal Superior de Justicia suizo, para documentar que el dinero del hermano de Carlos Salinas de Gortari en bancos de ese país y británicos es lícito y no proviene del narcotráfico.
La defensa de Raúl Salinas de Gortari pretende, con este movimiento, convencer a las autoridades judiciales suizas que el dinero del ``hermano incómodo'' proviene de operaciones lícitas y del resultado de inversiones legales con otros empresarios de la comunidad de negocios mexicana, y no producto del narcotráfico.
De esta forma, la defensa de Raúl Salinas tratará de desvirtuar el informe ``fantasioso'' que presentó el lunes pasado la procuradora de Suiza, Carla del Ponte. Los documentos que recibió este diario indican las operaciones que realizaba el mayor de los Salinas, en voz de los testigos e informantes encubiertos que proporcionó la Drug Enforcement Administration (DEA) a al fiscal Valentín Roschacher.
Los escritos en poder de La Jornada --que el abogado Luengo Creel presentará en Suiza como parte de su apelación a los señalamientos de Carla del Ponte contra el hermano mayor del ex presidente Carlos Salinas de Gortari-- indican que tanto las operaciones financieras para supuestamente lavar dinero, así como los presuntos nexos de Raúl Salinas con el narcotráfico fueron investigados, reportados y sustentados por los ``testigos'' de la agencia estadunidense.
Entre esos documentos aparecen los testimonios de dos narcotraficantes identificados con las claves Juan y Marco Enrique Torres (incluidos en la investigación del fiscal suizo Valentín Roschacher), dos oficios que el ex procurador Antonio Lozano Gracia envió a su homóloga de la Confederación Helvética, Carla del Ponte; un oficio interno de la Procuraduría General de la República para acelerar el aseguramiento de las cuentas de Raúl en Suiza, y una carta que el agente de la DEA, Mike Vigil, envió a la PGR el 17 de noviembre de 1995.
Juan, por ejemplo, es un ``testigo'' que la DEA ofreció como ``prueba'' de los ilícitos que Salinas habría cometido a través del sistema financiero internacional y en Conasupo, así como de la protección que supuestamente brindó a los narcotraficantes.
En las páginas 74, 75 y 91 del expediente de la Oficina Federal de la Policía de Suiza (en el que se fundamentó el informe final de Carla del Ponte, vinculando a Raúl Salinas con el tráfico de drogas), el testigo de la DEA aparece con los números BA:EPJ28/95 y 25D:217«210. Bajo interrogatorio de las autoridades suizas, Juan habla de las operaciones que Salinas de Gortari hizo a través del Citibank. La cita es textual:
``Pregunta: ¿Sabe usted de cuentas, bancos o sociedades de Raúl Salinas que hayan recorrido los fondos?
Trayecto de los fondos
``Respuesta: No conozco las cuentas. Conozco nombres de bancos. Era Citibank de Nueva York, Citibank de México, Citibank de Cayman. También algunos bancos canadienses en las Islas Caimán. El Banco Nacional de Montreal en las Islas Caimán. A Televisión Azteca seguramente dio Raúl Salinas dinero. Dio 160 millones de dólares. Ese dinero se lo dio a Ricardo Salinas Pliego. Le envió el dinero en cinco transferencias. Transfirió el dinero de Citibank de Nueva York a Citibank de México. Hacía la transferencia a una cuenta del Grupo Elektra. El dinero fluyó primero de Nueva York a las Islas Caimán. Luego, de ahí ya sea a Suiza o hacia Francfort/BRD''.
En el documento aparece un espacio en blanco entre la anterior y la respuesta que sigue:
``Respuesta: Alguien de la gente de Juan García Abrego hizo la transferencia en efectivo. Esa persona vino con el dinero de Matamoros y lo llevó en automóvil hasta Batton Rouge (Louisiana). De ahí, tomaron el avión hasta Nueva York. Los montos eran variables. Las cantidades eran desorbitadamente altas y ya en dólares.
``Pregunta: ¿Conforme al derecho estadunidense se debe anunciar cuando alguien quiere depositar más de 9 mil 999 dólares en una sola operación?
``Respuesta: Podría ser que tuviera un amigo que haya sido sobornado. El Citibank es el único banco que tenía filial en México. Por eso escogieron al Citibank. El dinero lo tienen todavía en un banco en la tercera avenida y la calle 45. No estoy del todo seguro si la calle 45 está en Nueva York. Ahí de todos modos hay una sucursal del Citibank y ahí llevaron el dinero. Siempre lo llevaban a la misma sucursal''.
Luego de estas preguntas, los interrogadores de Juan hacen la observación: ``De acuerdo a nuestros informes, uno de los caminos del dinero era el siguiente: se depositó dinero desde cuatro bancos (Cremi, Somex, Bancomer e Invermex) en Citibank de México en pesos; ahí, se cambiaron a dólares y luego se transfirieron a Nueva York. Luego, el dinero fue transferido nuevamente a Londres y a Zurich''.
De acuerdo con Eduardo Luengo Creel, la declaración de este ``testigo'' que la DEA ofreció a la Procuraduría Federal de Suiza y que está incluida en el informe policial de Roschacher, ``no demuestra absolutamente nada, ni de las presuntas operaciones de lavado de dinero ni mucho menos de narcotráfico en contra de Raúl Salinas. Se trata de testigos comprados a los que, de acuerdo a los comentarios que plantean las propias autoridades que interrogan, los hacen declarar lo que al interés de esos investigadores conviene''.
Las operaciones en Conasupo
En relación con las operaciones que el hermano de Carlos Salinas habría realizado desde Conasupo para proteger el tráfico de drogas, la policía presentó al mismo testigo encubierto:
En las páginas 70, 72 y 79, Juan dice: ``Además, sé que la relación entre Juan García Abrego y Raúl Salinas se había iniciado diez años antes. Estos dos utilizaban parcialmente cuentas oficiales, es decir, cuentas del gobierno. Raúl Salinas trabajaba para la Conasupo, en especial para una sociedad que forma parte de la Conasupo, de nombre Diconsa. Usaban estas cuentas de la Diconsa. Raúl Salinas era presidente de Diconsa y podía disponer de estas cuentas como quisiera. Ya que era asunto oficial, se podía trabajar con el dinero como querían. No tenían que dar explicaciones a nadie. Una de estas cuentas de Diconsa estaba con Citibank en Nueva York. Hicieron transferencias de Nueva York a México en dólares. Conforme a las leyes mexicanas de entonces, únicamente las empresas del gobierno podían abrir cuentas en dólares.
``Pregunta: ¿había en ambas cuentas, de Cadena y Gutiérrez (dos apellidos de los alias que utilizó Raúl), solamente dinero de Abrego o también de Diconsa?
``Respuesta: Tengo que aclarar algo. Todas las compañías del gobierno reciben una cantidad de dinero. Porque nadie preguntaba de dónde viene el dinero y nadie pregunta lo que pasa con él. Este dinero se transfirió a las cuentas de la sociedad Diconsa. Tiene que imaginarlo. La compañía Diconsa era como un escudo. Se tenía que decir únicamente que el dinero pertenece a Diconsa y entonces ya nadie hace preguntas. Diconsa mantenía también, naturalmente, cuentas lícitas a nombre de la sociedad también en Citibank de Nueva York. Diconsa hacía también negocios lícitos y debía también tener dinero para esos negocios lícitos. Para eso estaban las cuentas legales ahí. Hubo una investigación en México en el curso de la cual se averiguó que había mucho dinero en las cuentas, cuyo origen se desconocía. Esta investigación empezó un año antes. Hay sin embargo muchos problemas porque, por ejemplo, muchos documentos ya no están disponibles. En el presente Congreso hay un grupo de políticos (diputados) que están a favor de esta investigación. Otro problema, no obstante, es que muchos de estos funcionarios gubernamentales tienen que agradecer su puesto a Raúl Salinas y como agradecimiento, ocultan ciertas cosas, es decir, procuran que no todo salga a la luz. También sé que uno de estos funcionarios trabajó para Juan García Abrego. No sé si continúe trabajando para él.
``Pregunta: ¿se entregan ahora en las dos cuentas mencionadas del Citibank dinero de Abrego y dinero de Diconsa?
``Respuesta: Así es, y tengo que explicarlo más exactamente. Cuando Raúl Salinas era director de Diconsa, se tenía dinero de Juan García Abrego en las cuentas lícitas de Diconsa. Como Raúl Salinas era el director, podía hacer con estas cuentas lo que quisiera, nadie le preguntaba nada. Simultáneamente, se habían abierto las cuentas con el nombre falso de Gutiérrez. Raúl Salinas entonces recibió el dinero por soborno. Así es, le doy un ejemplo: cuando en México se desea construir una casa, se dice, por ejemplo, cuesta mil. En realidad cuesta, sin embargo, únicamente 300. Los otros 700 se pagan por debajo de la mesa.
``Pregunta: Regresemos a Conasupo y Diconsa; ¿también se llevaron a cabo transportes de estupefacientes con camiones/aviones de Conasupo para Abrego?
``Respuesta: Sí, esto fue ocasionado por Raúl Salinas.
``Pregunta: ¿puede usted contarme algo concreto sobre esto?
``Respuesta: Conasupo utiliza trenes, camiones, aviones y camiones de carga''.
Sobre el mismo tema, el expediente de los suizos, página 173, cita la declaración de otro testigo de la DEA, Marco Enrique Torres, quien asegura: ``En diciembre de 1989, pedí prestado un camión para llevar una carga de mariguana hasta el Río Grande. Lo obtuve de Raúl Salinas. Era un camión de carga de la compañía Conasupo. Llevé la carga hasta el río. En esta época no tenía ningún acuerdo con la Policía Federal, por lo que se usó el camión de la Conasupo, para no tener ningún problema.
``Pregunta: ¿Se tuvo algún problema para poder usar un vehículo de la Conasupo?
``Respuesta: No, el problema surgió sólo en el otro lado del río, es decir, en el lado estadunidense. Los vehículos de Conasupo no estaban controlados, los vehículos del gobierno por lo general no son detenidos''.
Luengo Creel, quien se encuentra desde este sábado en Suiza con la premisa de apelar ante el Tribunal Superior de Justicia de ese país, la solicitud de Del Ponte para confiscar 114.4 millones de dólares que el hermano del ex presidente depositó en bancos de ese país y Gran Bretaña, argumentará que la investigación policiaca de Roschacher está plagada de testimonios recogidos en Estados Unidos, entre declarantes que ``en ningún Estado de derecho que se respete, se les puede conceder calidad, ni moral ni jurídica, pues se trata de delincuentes con los que las agencias estadunidenses negociaron arbitrariamente''.
Incluso, lleva entre los argumentos de su apelación la cita de una entrevista en la que Roschacher afirma que los abogados de Raúl Salinas de Gortari no pueden interrogar a los testigos de la DEA, porque perderían la inmunidad que les ofrece la agencia y el carácter de ``encubiertos''. Este argumento, indicó el penalista, ``no soportaría el mínimo análisis de un juez''.
Ni Del Ponte ni Roschacher pueden abrogarse el doble papel de investigador y juez, ``¡en qué mundo creen estos señores de Suiza que estamos?''.
Las urgencias de Lozano por los informes de la DEA
El 15 de noviembre de 1995, el mismo día en que fue detenida en Zurich Paulina Castañón de Salinas de Gortari, la PGR comenzó con ``carácter de urgente'' los trámites para asegurar precautoriamente las cuentas de Raúl Salinas y sus alias Juan Guillermo Gómez Gutiérrez y Juan José González Cadena, con base en la averiguación previa que se había iniciado en México por enriquecimiento ilícito en contra del hermano del ex presidente.
Al día siguiente, la misma Procuraduría envió un oficio de ocho cuartillas firmadas por el entones titular Antonio Lozano Gracia a su homóloga Carla del Ponte, donde documenta que ``por informes de inteligencia policial, proporcionados por la Drug Enforcement Administration (DEA), se pudo conocer que en Ginebra y Zurich, Suiza, existen cuentas bancarias y cajas de seguridad de origen dudoso a nombre de Juan Guillermo Gómez Gutiérrez y que el pasado 15 de noviembre la señora Patricia Paulina Castañón Ríos Zertuche intentó retirar fondos de dichas cuentas bancarias''.
En el oficio de Lozano (del que La Jornada tiene copia) no aparece ninguna mención al narcotráfico, pero en sólo dos días, a partir del 17 de noviembre, la PGR ya involucraba a Salinas de Gortari en el narcotráfico, todo con fundamento en un documento de una cuartilla que firma el agente especial de la DEA, Mike Vigil (oficio PGR0633/95 del 17 de noviembre de 1995, dirigido también a Del Ponte), aduciendo que Raúl Salinas mantenía relación con Juan García Abrego y que el hermano del ex presidente se había convertido en protector de bandas de narcotraficantes, según sus ``informantes anónimos''.
Con esa cuartilla firmada por el agente Vigil (alegará Luengo ante el Tribunal Superior de Justicia en Suiza) inició toda la acusación contra Raúl por supuesto narcotráfico, a la que ``posteriormente la DEA sumó los testimonios de sus testigos encubiertos y pagados, fundamentalmente del tal Juan''.
Por lo demás --dijo Luengo a este diario-- ``es evidente y demostrable que el documento que firma Vigil fue hecho en las rodillas, al vapor, pues si no había acusación por narcotráfico, el gobierno suizo no podía violar el secreto bancario. Por eso las urgencias de Lozano Gracia''.