Los informes de Rabasa contrastan con el número de retenes: Meyer
Juan Balboa, corresponsal, Polhó, Chis., 24 de octubre Ť El diputado español Willy Meyer dijo que el coordinador gubernamental para el diálogo en Chiapas, Emilio Rabasa, mintió cuando entregó a la delegación española de Izquierda Unida información sobre el número de efectivos del Ejército mexicano desplegados en el estado.
``La información no se ajusta a la verdad y la realidad de Chiapas'', dijo el representante de los ibéricos que en los últimos cuatro días han visitado comunidades de los municipios de Altamirano, Ocosingo, Las Margaritas y Chenalhó, esta última donde se masacró a 45 indígenas tzotziles en diciembre pasado.
Los españoles de Izquierda Unida fueron detenidos en tres ocasiones por los retenes del Ejército que están instalados a lo largo de Chenalhó, el segundo municipio con mayor número de retenes militares, efectivos y campamentos de los 111 ayuntamientos de la geografía chiapaneca.
Las declaraciones de Rabasa, referentes a que les proporcionó información veraz sobre el despliegue militar generaron rechazo no sólo de los españoles, sino también de los organismos no gubernamentales que trabajan en Chiapas contra la ``desinformación'' del encargado de la paz por parte del gobierno federal.
Interrogado sobre la información proporcionada por el gobierno, Meyer no sólo se sorprendió por el número de retenes y las unidades militares que se han encontrado a su paso en los últimos cuatro días.
Esta ``no se ajusta a la realidad, la delegación española reclamamos del gobierno mexicano que nos informe sobre la cantidad exacta de las fuerzas desplegadas en esta región, y cuando decimos la cantidad exacta, es la cantidad exacta, no (como dice el señor Rabasa) alrededor de...'', señaló al terminar un recorrido por los nueve campamentos de desplazados de ese municipio que concentran a más de 10 mil simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Aseguró que el despliegue de militar , del cual ``nos dijo el señor Rabasa que dijo el secretario de la Defensa Nacional que es una tercera parte de los 70 mil efectivos que se barajan'', no ayuda al diálogo de paz entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Agregó: ``Aquí es muy necesario que sepamos qué fuerza estamos usando y el número de regimiento de caballería, de batallón y de paracaidismo, de tropas aerotransportados que se encuentran en Chiapas''.
La delegación española se reunirá mañana con el ex presidente de la Comisión Nacional de Intermediación (Conai), el obispo Samuel Ruiz García, y con los presos políticos zapatistas del penal de Cerro Hueco.
Hermann Bellinghausen, enviado, La Realidad, Chis., 24 de octubre Ť ``No estamos luchando para morir, sino para vivir''.
Esas palabras aún resuenan en el ánimo de los delegados de Izquierda Unida (IU), luego de reunirse con un centenar de hombres y mujeres de la comunidad, a la sombra de la Casa Ejidal.
El indígena que las pronuncia con el rostro cubierto, como todos los demás, tiene en la voz un timbre de tristeza y a la vez de vigor: ``Estamos viviendo una situación de miseria, hambre, enfermedad. Pero nosotros como campesinos dijimos que ya basta de tanto sufrimiento. Zedillo da la solución de mandarnos más ejércitos. Si el gobierno no soluciona nuestras demandas, la lucha va a continuar''.
El diputado nacional de España, Willy Meyer, quien encabeza a la delegación, expresa a sus interlocutores tojolabales, sentados frente a los 12 visitantes de IU: ``nosotros llegamos aquí con la idea de que el gobierno mexicano había optado por la vía militar. Al llegar a su país, supimos del mensaje del Ejército Zapatista que llama al diálogo y lo saludamos. Nuestro papel de observadores consiste en ver la realidad. Estamos viendo con nuestros ojos los controles militares, la ausencia de atención a los pueblos. Haremos un informe y propuesta a su gobierno.
Más tarde, el diputado provincial de León, Germán Fernández, dirá: ``estamos dispuestos a apoyar la solución, pero sin inmiscuirnos. Desde España podemos mantenernos atentos de ahora en adelante. Nosotros creemos en la paz y la justicia''.
Pero, según expresan los visitantes españoles, lo que más les impresiona es la dignidad de la gente. Una mujer, menuda, con voz de trueno, se para frente a ellos y ofrece testimonio: ``las mujeres estamos más presionadas por los soldados. Nos espantamos por nuestras familias. Nosotras las mujeres tenemos obligación de cargar la leña, traer nuestro maicito. Pero ya no podemos salir. Nos pueden violar''.
Concluye: ``el Ejército está en su mismo país, con su mismo pueblo, y no se da cuenta. Nosotros nada más queremos que todo el mundo se libere''.
Antes, tres campesinos han relatado las vejaciones continuas que sufren en los retenes militares: ``nos revisan hasta los zapatos, y nos forman como si fuéramos niños -dice un hombre-. Nos empujan y amenazan''.
``Hace poco quemaron un terreno como de 20 hectáreas. Lo fuimos a apagar y los soldados nos dijeron `no lo apagues', y les preguntamos que por qué nos queman nuestros arbolitos y entonces nos respondieron: `vienen unos amigos a vernos y por eso necesitamos este terreno', así lo dijeron los soldados''.
Otro hombre expresa: ``el gobierno nos ha humillado de mil maneras. Pensamos que ya no tenemos derecho de vivir, quieren que seamos esclavos en nuestra tierra. Los soldados nos amenazan, contaminan nuestras aguas. Esa es la realidad de nosotros. El gobierno nos exige que respetemos la ley y él no la respeta ni cumple sus compromisos''.
Son las palabras de un hombre ofendido: ``hacen como que uno está jugando. Los diálogos son el camino, pero así no nos dejan otro camino que hacer la resistencia''.
``El gobierno no tiene cárceles para los del gobierno, para nosotros sí. El delito es hablar, decir, protestar, exigir'', prosigue. ``Cómo le vamos a tener confianza. Sentimos siempre el rechazo, la amenaza''.
Willy Meyer expresa después de los testimonios indígenas: ``gracias a todos ustedes, pues nos acaban de dar una lección de dignidad; es un valor que nadie puede pisotear''. El legislador luce conmovido.
Seriamente preocupados
Esta delegación es la primera que envía a Chiapas oficialmente el partido Izquierda Unida. Un diputado nacional, otro regional, un alcalde y algunos concejales de Jaén, Málaga, Villalbino, Valencia y León, así como un representante de Comisiones Obreras de Asturias, recorren la zona del conflicto con el respaldo de la Presidencia federal y el Consejo Nacional de su partido.
Han visitado ya las comunidades de Morelia y Taniperla, así como San Cristóbal de las Casas y Polhó. En Taniperla, los delegados españoles pudieron hablar con priístas y zapatistas, y según comenta Meyer, quedaron seriamente preocupados.
``El jefe de los priístas, Pedro Chulín, nos impidió hablar con los militares que estaban allí''. De acuerdo con Meyer, Chulín los interceptó de manera grosera y amenazante, con el argumento de que no lo podían hacer sin su permiso.
El legislador considera que en Taniperla ``la situación es preocupante, hay mucha tensión, es un pueblo dividido, y algo muy gordo puede pasar allí''.
El leonés Germán Fernández lamenta la tensión en las familias de dicha comunidad tzeltal: ``es muy peligroso que ocurran esas cosas. Nosotros hemos vivido la guerra civil, sabemos a dónde se puede llegar''.
Considera: ``hay una gran responsabilidad del gobierno, de los partidos políticos y del parlamento de México. Lo que hemos visto es que, de manera irresponsable, en vez de dar soluciones se echa más leña al fuego''.
``No los vimos, pero los olimos''
Del Ejército Mexicano, Fernández comenta: ``en muchas partes no lo vimos, pero lo olimos. Su presencia pesa en todas partes. No se puede ocultar un número tan elevado de soldados en estas tierras''.
Relata que a su paso por la guarnición de Guadalupe Tepeyac, otrora pueblo zapatista, la delegación fue ``atendida'' por soldados ``con un discurso muy coherente y cordial''. En el retén militar les dijeron: ``Los estábamos esperando'', y les explicaron que las tropas federales están allí ``para ayudar'', porque forman parte del ``pueblo''.
No obstante, el diputado Fernández, mientras recorre la escuela y camina hacia Aguascalientes, que los delegados españoles pidieron conocer, considera: ``parece que se está jugando a desgastar estos pueblos, a ver si son olvidados, y si es necesario, poder acabar con ellos''.
``El apoyo de fuera es muy importante'', dice el representante leonés.
Por su parte, el alcalde de Villalbino, (población minera de León, España), Guillermo Murías, recorre con interés la granja La esperanza de La Realidad, donde se cultivan hortalizas y se crían cerdos, y toma nota de las posibilidades que tiene su ayuntamiento de cooperar con este esfuerzo de los indígenas.
Germán Fernández hace mención a la reciente prohibición del gobierno mexicano para que la alcaldía de Venecia instale en esta comunidad una planta turboeléctrica: ``no tiene razón, esa aportación no afecta la soberanía mexicana. Nosotros tenemos proyectos similares en naciones soberanas como Nicaragua y El Salvador, y nadie considera que seamos intrusos o representemos algún peligro para sus países''.