Durante la época tormentosa en que tuvo lugar la matanza de los estudiantes en Tlatelolco, figuraba entre mis valiosos colaboradores del suplemento La Cultura en México Gabriel Zaid, cuyos artículos igualaban a los de Carlos Fuentes.
Alguien me dijo que Gabriel era un nadador notable; a brazadas lentas recorría el estrecho que separa Francia de Inglaterra, en un viaje de ida y vuelta, lo cual me sorprendió mucho. Hombre austero, de pocas palabras, he leído un artículo suyo que dice: ``La crisis ya empezó, y esa anticipación facilita las cosas: el contexto sería peor en el año 2000; la anticipación da más tiempo de actuar, en circunstancias menos difíciles. Así como hay desastres que se cumplen por el hecho de temerse, como los pánicos financieros, hay desastres que se mitigan porque fueron previstos''.
Ya sabemos a qué atenernos. Estos dos años serán todavía muy difíciles, pero en el 2000, ya muy cercano, durante el cambio de gobierno, los problemas serán más fáciles de enfrentar porque ya han sido alertados.