La Jornada 3 de diciembre de 1998

El son cubano, verdad difícil de apagar: Eliades Ochoa

Arturo García Hernández Ť Eliades Ochoa es, hoy por hoy, la figura emblemática del actual revival de la música tradicional cubana. A los 52 años, maduro y en plenitud de facultades, con su voz y su guitarra, acompañado del Cuarteto Patria, Ochoa ha puesto nuevamente en oídos y boca del mundo toda la variedad y riqueza de un repertorio que hace décadas dieron a conocer intérpretes como el Trío Matamoros, Beny Moré o Celia Cruz, entre muchos otros. Eclipsado temporalmente por el auge de la salsa y por el boom de la nueva trova cubana, dicho repertorio ha vuelto por sus fueros.

Eliades Ochoa regresa a México, gracias a Discos CoraSon, para ofrecer tres conciertos: 2 y 5 de diciembre, en el Hard Rock Live, y el viernes 4, en el teatro Metropólitan. Proveniente de incontables y exhaustivas giras por Estados Unidos y Europa, aclamado por propios y extraños, cargado de reconocimientos, el músico oriundo de Songo La Maya (comunidad de Santiago de Cuba) esgrime -en entrevista- la sencillez como su carta de presentación: ``sigo siendo el campesino al que le gusta tocar el tres, la serenata, por supuesto el ron, su buen caballo con su buena montura''.

-Después del triunfo de la Revolución, el son tradicional pareció decaer al tiempo que se iniciaba el auge de la nueva trova, ¿cómo vivió esos años?

-Al triunfo de la Revolución yo me encontraba tocando guitarra por los bares de Santiago de Cuba y pasando el sombrero para que me echaran mi propina. En el año 63 empecé a trabajar en el programa campesino, se cantaba la guajira, el son motuno y las décimas. Cuando aquello, empezaba a sentirme artista y el Consejo Nacional de Cultura había organizado a los músicos, el Estado les asignó un salario y yo dejé de pasar el sombrero por los bares. Pero el son cubano siempre ha tenido un lugar en la historia de Cuba y me atrevería a decir que en la historia del mundo.

``Claro, no es menos cierto que hubo un momento en que el son estuvo muy opacado por cierta influencia ya sea del rock o de otro tipo de géneros que venían de fuera, pero no murió nunca porque se mantenían muchos grupos trabajando. Todo tiene su alta y su baja y no me atreveria a culpar ni a los productores de los programas de radio ni a la música que entraba de fuera. Vamos a pensar que fue sólo un momento en la historia.''

La música es una

-César Portillo de la Luz ha dicho que al apoyar el Estado revolucionario al movimiento musical que encabezaban Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, quedaron relegados los géneros tradicionales ¿Comparte usted esa opinión?

-¡Chico, son momentos que atraviesa la historia! Yo no me atrevería a abundar en eso. La nueva trova surgió, pero había a quien no le gustaba y había a quien no le importaba la música tradicional cubana. Así que yo no creo que el Estado cubano tiene o tuvo la culpa de que en algún momento el son tuviera menos auditorio. De cualquier manera, repito, todo tiene altas y bajas. Pero lo que hace falta saber, ya se sabe: el son cubano es el son cubano, el himno de la música en Cuba.

-Los medios de comunicación todo lo convierten en moda, ¿no le preocupa que esta explosión sonera sea sólo eso, un capricho de la industria?

-A mí no me preocupa porque en Santiago (de Cuba) tenemos la Casa de la Trova, donde siempre habrá música tradicional cubana. Esa es la casa matriz, la madre, la raíz, donde vamos a permanecer haciendo nuestra música tradicional. Además, no creo que esta explosión se apague tan pronto. Lo que pasa es que se ha descubierto una verdad y si esto ocurre se entera todo mundo. Es difícil apagar una verdad. Y una verdad es que el son cubano es un árbol que tiene raíces muy profundas. Ese árbol no muere. Además, han venido muchas, muchas agrupaciones a buscar sombra bajo ese árbol que es la música tradicional cubana.

-¿El sonero nace o se hace?

-El sonero nace sonero. El que no traiga en la sangre el son, el que no traiga la facilidad de improvisación, el que no traiga la posibilidad de sentirlo, no puede ser sonero.

-¿Quiénes han sido sus maestros o sus modelos a seguir?

-Bueno, yo no he imitado a ningún sonero ni con la voz ni con mi guitarra; lo que hago lo hago muy como Eliades Ochoa, el campesino de Songo La Maya. Pero sí tengo predilección por algunos soneros cubanos.

``No se puede hablar de son cubano sin mentar a Beny Moré que es uno de los predilectos míos; el Trío Matamoros, Celia Cruz. Pero yo sé oír cualquier tipo de música y también soy amante de la música de Pablo Milanés, de Silvio, amo muchos números de Amaury Pérez. Sin embargo, a la hora de buscar un número para mi cuarteto, para mi repertorio, me voy a la raíz, a lo profundo. Pero, bueno, para gustos se han hecho los colores.''

CoraSon ha producido en México tres de los discos que tienen a Ochoa y el Cuarteto Patria en los cuernos de la luna: A una coqueta (1994), Se soltó un león (1996) y, el más reciente, Cubáfrica, con la participación del saxofonista camerunés Manu Dibango, uno de los músicos africanos con mayor reputación mundial, y acaba de grabar uno más, aún inédito, con el blusista Charlie Musserwhite: ``Estamos uniendo tradiciones, los himnos africanos con los cubanos, el rock con el son montuno. Estoy buscando abrir las puertas a ambas culturas. Me gustaría que otros lo hicieran, que un mexicano viniera a cantar con el Cuarteto Patria y a mí me gustaría tocar con un grupo mexicano. Finalmente, la música es una''.

Ahora, el cantante cubano inicia otra aventura discográfica: acaba de firmar contrato para integarse al exclusivo catálogo del sello británico Virgin: ``Espero que esa disquera sepa que ha hecho un compromiso con la música tradicional cubana; hacer un compromiso así es una cosa seria''.

Al plantearle si el son tradicional compite con propuestas innovadoras como las de la charanga habanera o van van, Ochoa remata: ``No creo que tengamos que competir, pero si había una competencia, ya nosotros hemos dado señales de ganar el juego porque dimos home run con las bases llenas y en la novena entrada''.