La Jornada 3 de diciembre de 1998

El carácter redistributivo, eje del proyecto de presupuesto para 1999, explicó a diputados

Juan Antonio Zúñiga M. Ť Con un presupuesto inferior en 5 mil 200 millones de pesos a los intereses que generó el Fondo Bancario de Protección al Ahorro entre febrero y septiembre de este año, el gobierno capitalino no gravará más allá de lo indispensable a la población de la ciudad de México en 1999, afectada críticamente por el impacto inflacionario de las medidas adoptadas por el gobierno federal, afirmó el secretario de Finanzas, Antonio Ortiz Salinas.

El proyecto presupuestario presentado a la Asamblea Legislativa es equivalente a 11.6 por ciento de los recursos amparados en el Fobaproa, y en él se considera elevar mil 200 millones de pesos el monto de los ingresos fiscales de 1999.

Insistió que la política recaudatoria del gobierno se mantendrá sin modificar, en forma porcentual, las tasas impositivas, ni creará nuevos impuestos, a pesar de que el próximo año persistirá la caída en los recursos provenientes de la participación de la ciudad de México en la recaudación fiscal federal, que representa más de 30 por ciento del ingreso total del gobierno capitalino.

Al dar respuesta a las inquietudes y requerimientos, particularmente de las diputaciones de Acción Nacional y PRI, las que se mostraron contrarias a la política económica propuesta por el gobierno cardenista, Ortiz Salinas informó que al término de este año se habrá ejercido 96 por ciento del presupuesto de gastos que le fue autorizado para 1998, y explicó que quedarán sin ejecución alrededor de mil 855 millones de pesos.

Se trata, precisó, de partidas relacionadas con la contratación de deuda mal sustentadas e inquietudes planteadas por ciudadanos.

En este sentido, aportó como ejemplos los retrasos en las obras de construcción de la línea B del Metro, causados por problemas vecinales; la suspensión de licitaciones de adquisición; la cancelación de los contratos para las obras del distribuidor de Zaragoza; la postergación para el año 2000 de la compra de carros para la línea B; la cancelación de las obras para la línea tranviaria que correría por lo que fue el ferrocarril México-Cuernavaca, y la postergación de proyectos insuficientemente sustentados, como el Programa de Saneamiento del Valle de México, actualmente en revisión.

El diputado priísta Luis Miguel Ortiz Haro fue particularmente incisivo al considerar como engaño el aumento de 26 por ciento en los recursos asignados a las delegaciones, el cual es inferior como proporción del gasto total al que le fuera asignado a las demarcaciones políticas en los años 1994 y 1995.

El secretario de Finanzas respondió que las delegaciones constituyen el área presupuestaria de mayor crecimiento para 1999 y justificó que no debe ignorarse que se está al inicio de un cambio de gobierno que intenta canalizar más recursos a la población por medio del fortalecimiento de las demarcaciones políticas del Distrito Federal.

Pero Ortiz Haro no dio cuartel: ``Está usted en un gobierno, no en una escuela''.

De manera contrastante, por su tono amable, pero incluso más firme que su colega priísta, Jesús Galván, de Acción Nacional, pidió precisión al secretario de Finanzas sobre el monto del subejercicio estimado por el gobierno local para este año y los motivos que le llevaron al Ejecutivo a plantear modificaciones al Código Penal capitalino, para considerar a la defraudación fiscal como un delito mayor, cuando la Asamblea Legislativa no tiene facultades para ello.

Estamos conscientes, respondió Antonio Ortiz, que no hay facultades expresas para legislar en la materia. Sin embargo, el Código Financiero contiene artículos en la materia, dijo, y precisó: ``Lo que solicitamos es que lo hagan como ya lo hicieron antes''. A lo que el diputado panista respondió: ``Si así se hizo, estuvo mal hecho. Es anticonstitucional y habrá que corregirlo''.

El perredista Ricardo Martínez Atala señaló: ``Estamos frente a un proyecto de presupuesto austero, descentralizado y redistributivo, pensado en los pobres. Palabras que no figuran en el diccionario de tecnócratas y neoliberales egresados de universidades extranjeras''.