-¿Por qué?
-Por donde lo agarres te espina.
Se llama Joaquín Gamboa Pascoe.
Le gusta ir de cacería al Africa.
En su casa del Pedregal, dice la leyenda, tiene una colección de animales disecados y otra de automóviles de lujo.
Era el jilguerillo de Fidel Velázquez, a quien le gustaba escuchar sus frases engoladas.
Se viste con pretensiones de dandy,
con trajes de seda.
En 1988, cuando fue derrotado en las urnas y no pudo llegar al Senado, los reporteros lo cuestionaron
sobre su vestimenta y sus autos, pues lo veían llegar con uno diferente cada día. Su respuesta lo retrata:
``¿Qué, porque los trabajadores están jodidos yo también debo estarlo?
Hace 24 años, la todopoderosa mano de Fidel Velázquez lo hizo líder de la Federación de Trabajadores del Distrito Federal (FTDF). Y ahí sigue. A pesar del relevo en la CTM, a pesar de su estrepitosa derrota electoral en 1988, a pesar de la ``alternancia'' del poder en la capital. Y a pesar de que sus millonarios negocios en la construcción han decaído.
Su época de oro -cuando su dedo hacía diputados y senadores- quizás ha terminado. El año pasado, por ejemplo, no logró que su hijo llegara a diputado local. Pero el control que ejerce sobre la mayor parte de los trabajadores del DF se mantiene intacto. Entre otras razones por su amistad con Leonardo Rodríguez Alcaine. Un feudo intocado, en el México que ya cambió.
Todo lo relacionado con Gamboa Pascoe se mantiene en la oscuridad. Sus negocios son manejados como una cofradía, igual que su control de la cetemista Federación de Trabajadores del Distrito Federal (FTDF). Nadie sabe quiénes son los líderes de las secciones de la Federación y éstos no se conocen entre sí.
Ni las secretarias del dirigente -que laboran en los pisos cinco, seis y siete de la sede nacional de la CTM- se conocen entre ellas. Todas tienen prohibido dar información sobre la federación o la familia Gamboa.
Los apapachos de La Güera
En la historia reciente, Gamboa Pascoe es más recordado por su derrota electoral frente a Porfirio Muñoz Ledo en la disputa de la senaduría del Distrito Federal en 1988. Luego de ese episodio se volvió más huidizo, más gritón y menos tolerante con la prensa.
Ya desde antes aparecía poco en público.
En la CTM su historia tiene dos rasgos: nunca fue trabajador -llegó, como muchos, por el hecho de ser abogado- y siempre mantuvo una relación directa con Fidel Velázquez.
En algún momento se pensó que a la muerte de Fidel sus bonos se derrumbarían.
Pero con la llegada de Leonardo La Güera Rodríguez Alcaine a la CTM, Gamboa Pascoe no sólo logró ser incluido en la lista de secretarios sustitutos, sino además colocó a sus allegados en puestos claves para el dominio de toda la organización.
Fiel a su estirpe, Rodríguez Alcaine decidió pagar los favores que Gamboa le había hecho en el pasado.
Uno esencial: en la guerra contra la Tendencia Democrática del SUTERM, las huestes de Gamboa hicieron el trabajo sucio. En 1973, cuando el grupo de Rafael Galván resistía con todo, los miembros de la Tendencia chocaron con los golpeadores de la FTDF en la termoeléctrica de Lechería.
En 1974 estalló la huelga de General Electric, en Cerro Gordo, estado de México: ``Ahí llegaron como 200 pistoleros. Salieron todos de la empresa Kelvinator y empezaron a repartir madrazos. Aunque los golpes fueron encabezados por Robles Santibañez, fue la FTDF de Gamboa Pascoe la que defendió al día siguiente la acción contra los trabajadores'', relató un sindicalista que conoce los pasos de Gamboa desde los setenta.
Un documento de la Secretaría de Gobernación, fechado en 1996, daba cuenta de la alianza entre el actual secretario general de la CTM y Gamboa.
Ese dato se confirmó cuando, tras la muerte de Fidel Velázquez, Rodríguez Alcaine le ofreció a Gamboa el primer sitio entre los secretarios generales sustitutos de la CTM (los que tienen ``mano'' en la sucesión'').
Sólo la férrea oposición de Carlos Romero Deschamps, líder de los petroleros, quien quería ese sitio, logró pasar a Gamboa al segundo lugar. Ese es su peso en la CTM de hoy.
Los gamboistas en la CTM
Los favores que La Güera debe a Gamboa Pascoe pesan, dice José Luis Castro, abogado laboral.
Estos se ven reflejados en las seis posiciones que tiene la federación en la central.
El gamboista Carlos Aceves del Olmo es secretario de Previsión Social y Ecología de la CTM y responsable político-electoral de la FTDF. Dirige además la sección 15, una de las más importantes, donde se encuentra el Sindicato Nacional de Transportistas.
En la Secretaría de Organización, Estadística y Promoción Sindical de la central, Gamboa Pascoe logró colocar a Arnulfo García Pichardo.
En la misma secretaría ubicó a Claudia Esqueda Llanes, de la sección cinco de la FTDF.
En la Comisión Nacional de Contraloría y Justicia de la CTM, Gamboa Pascoe negoció una posición para Abraham Martínez Rivero, dirigente de la sección cuatro de la FTDF y hombre de su confianza.
Gamboa Pascoe no deja pasar ni una. Hasta en la Secretaría de Acción Juvenil tiene un allegado: Fernando Salgado Delgado. Igual sucede en la Secretaría de Acción Femenil con la ex diputada federal, Gloria Carrillo Salinas.
Todos, gracias a Gamboa Pascoe, han ocupado puestos de elección popular.
De cargaportafolio a dirigente
La fuerza de Gamboa Pascoe se remonta tres décadas.
Cuando aún estudiaba derecho en la UNAM, empezó a conocer el mundo sindical. Según un miembro de la federación, la actividad sindical de Gamboa Pascoe inició cuando gente ligada al entonces presidente Luis Echeverría lo conoció y presentó con Francisco Márquez, dirigente del Sindicato Textil.
De ahí pasó a la FTDF cuando la dirigía Jesús Yurén Aguilar, uno de los cinco lobitos. Empezó cargándole el portafolio y terminó quedándose con la federación.
Cinco años más tarde, con la muerte de Yurén, Gamboa se posicionó en la secretaría general, usurpando el lugar que le correspondía, según los estatutos, a Carlos L. Díaz.
La llegada de Gamboa provocó una escisión importante. Siete directores de secciones salieron de la federación: Carlos L. Díaz, Leopoldo Cerón, Leopoldo López, Catarino Rivas, Mario Galán, Luis Díaz y Pedro Rosas. Todos están muertos.
``Gamboa Pascoe es un advenedizo de la FTDF, sin arraigo entre los trabajadores, reconocido enemigo de la clase trabajadora, abogado millonario que tiene su residencia en El Pedregal de San Angel, y que está al servicio de los patrones'', declararon aquellos disidentes de la FTDF el 22 de enero de 1974.
A 24 años de distancia los señalamientos continúan. A los enemigos de Gamboa se unen los mismos integrantes de la federación.
Sobreviviente de aquella oleada disidente, Rafael García Tellez -hoy dirigente de la Federación del Liberalismo Sindical- reconstruye la historia de ``traiciones'' que, dice, es la base del poder de Gamboa.
``A Daniel Mejía -que utilizó para meter a la cárcel a Leopoldo López- lo tiene hoy en el comité. A los de la sección dos, Raymundo Baldami y Arturo Contreras, los hizo diputados una y otra vez. Al de la cuarta, Abraham Martínez, le dio una senaduría. A Rubelio Esqueda, de la sección cinco, lo hizo diputado federal varias veces, igual que a su hija Claudia Esqueda. Incluso Rubelio me ha dicho: `me cae gordo Joaquín, me cae mal, pero qué quieres, me está dando'''.
El recuento sigue:
``A Leobardo Salgado, de la siete, lo hizo diputado a cambio de que nos traicionara. A José Herrera Arango le dio la sección nueve por abandonar a Carlos L. Díaz. A Aurelio Camacho, de la sección ocho, lo mantuvo con la condición de que nos ignorara. Cuando murió le entregó la sección a su hijo Joaquín Gamboa Enríquez.
``Otra traición célebre fue la de Luis Manuel Cuadros, hijo adoptivo de Mario Galán. Al inicio se fue con nosotros y por una diputación regresó con Gamboa''.
Hoy, pese a que ya no puede asegurar los puestos de elección popular, Gamboa sigue manteniendo el control gracias a esa extensa red de favores que creó durante décadas.
``No hay nadie que no le deba un favor'', remata García Téllez.
El poder en el PRI
Un ex presidente del Partido Revolucionario Institucional en el DF considera lógico que la FTDF tuviera muchos candidatos, por ser una agrupación ``tan grande y poderosa económicamente''.
En el ámbito federal han sido muchos los que han ocupado una diputación, están por ejemplo Genaro Martínez, de la 5; Rubelio Esqueda, Carlos Aceves del Olmo, el mismo Gamboa Pascoe, Fernando Salgado, de la ocho; Armando Gamboa Enríquez, su hijo, Laura Esqueda, y en el Senado estuvieron Abraham Martínez y Gamboa Pascoe.
En el ámbito local, explica el ex presidente del PRI capitalino, tiene los distritos de Azcapotzalco, Gustavo A. Madero, Miguel Hidalgo e Iztacalco. En 1988 contendieron por diputaciones en la Venustiano Carranza y perdieron.
Gamboa y el Infonavit
Gamboa Pascoe es querido y odiado, dice el ex funcionario federal que trató con él más de 20 años.
``Don Joaquín es un gritón, un déspota, un grosero. Los que lo oyen se asustan, pero en el fondo es bueno. Grita porque es muy inseguro, pero a solas es un pan'', comenta.
Los disidentes de la FTDF, como Margarito Hernández González, no piensan lo mismo: ``Es un corrupto, un soberbio''.
-¿Y cómo hizo su fortuna, Margarito? ¿Es cierto que con las casas del Infonavit?
-De eso no sé, pero sí de los contratos colectivos de protección. Hay incluso una anécdota que cuenta Miguel Novoa Ortiz, abogado laboral y muy cercano a Gamboa Pascoe. El me decía: `¿sabes por qué tú nunca vas a poder tener dinero? porque no haces lo que Joaquín Gamboa. Mira, él pone 50 cláusulas en prestaciones y cuando se sienta a revisar con el patrón le dice: oye, cómo que no estás de acuerdo con las jornadas de 30 horas, pónle precio y no hay problema'.
Cuando la Ley del Infonavit se modificó en 1980, Gamboa Pascoe tuvo manga ancha para hacer negocios en forma legal, pues como líder obrero tenía la facultad de formular proyectos, hacer presupuestos, comprar terrenos, contratar constructores y conseguir licencias.
Así, Gamboa Pascoe -quien desde entonces era el presidente del Consejo Consultivo- favoreció al grupo constructor Araña, encabezado por Jesús Yurén Guerrero, hijo de su antecesor en la FTDF.
Un rumor dice que por cada contrato entregado al Grupo Araña, Gamboa Pascoe llevaba un porcentaje.
``Lo que se dio entre las sábanas ya no es asunto mio, aquí en el Infonavit lo que siempre hicimos fue verificar que todo fuera legal y así fue''.
El Grupo Araña estaba conformado por seis empresas que llegaron a construir, entre 1974 y 1988, 60 mil casas. Después de ese año Gamboa Pascoe los hizo a un lado y optó por la constructora Capra de Yamil Karam.
Desde la fundación de Infonavit, Gamboa Pascoe fue presidente del Consejo Consultivo y a sus hijos los colocó en dos puestos claves.
Joaquín Gamboa Enríquez es miembro de la Comisión Consultiva Regional del Distrito Federal, encargada de ubicar los terrenos. Su hijo Héctor fungió un tiempo como gerente de Fiscalización y Cobranza.
Pero en 1992 las cosas cambiaron para Gamboa Pascoe. La disminución de recursos y funciones del Infonavit coincidió con la llegada de Emilio Gamboa Patrón a la institución.
Ese mismo año la Ley se modificó. Los sindicatos dejaron de tener la promoción y construcción en sus manos. Encolerizado, Gamboa Pascoe renunció a la presidencia del Consejo Consultivo, pero no lo abandonó.
Vallarta 8. Piso siete.
-¿Está don Joaquín?
-No. Está de viaje.
-¿Podría hablar con algún miembro del comité?
-No sé quienes son, aquí no hay nadie.
Y es cierto. En la enorme oficina que Gamboa Pascoe ocupa en el séptimo piso de la CTM es como si no hubiera nadie. Las tres secretarias tienen prohibido dar información.
Piso seis. Tras una puerta de cristal.
-¿Está Joaquín Gamboa Enríquez?
-Quién es usted, para qué lo quiere. No creo que la reciba.
-Disculpe, ¿qué cargo tiene en el comité de la FTDF?
-No sé, no puedo decirle nada.
-¿Tiene miedo?
-Pues temor, si digo algo me corren.
Piso cinco.
-¿Esta Armando Gamboa Enríquez?
-No. Anda en Saltillo.
-¿Podría decirme los nombres de los miembros del Comité?
-No puedo.
Y después de varios intentos:
-Bueno, aquí está.
-Oiga, pero no está actualizada, aquí hay varios que ya están muertos. Es de 1971.
-Esa es la que tengo. No sé quiénes sean.
Otro día, por teléfono.
-¿Don Joaquín Gamboa Pascoe?.
-Sí. Qué deseaba.
Larga explicación en tono mesurado:
-Una entrevista... su federación es muy importante...
-¡No me interesa una entrevista!, ¡que no me interesa!
Clic.