Masiosare, domingo 6 de diciembre de 1998


El encuentro
de dos viejos
Antonios


Luis Hernández Navarro


El zapatismo es ya un factor en la política interna de Italia. El despliegue de actividades en torno de Chiapas es vastísimo: pasa por los gobiernos locales, los partidos, los grupos religiosos y de jóvenes. del tratado comercial entre México y la Unión Europea por el asunto Chiapas. Amplios sectores de legisladores italianos creen que la mejor forma de ayudar a resolver la guerra en el sureste mexicano es firmando el tratado comercial -sin la firma no hayposibilidad de presionar, dicen- pero también hay la convicción de que la cláusula democrática del tratado debe ``tener dientes'', es decir, mecanismos que permitan tanto su verificación como instrumentos de coerción en caso de incumplimiento..

La plaga

El 2 de julio de 1998, a las 21:30, 38 consejeros de la comuna de Palermo, Italia, aprobaron por unanimidad, a mano alzada, una moción sobre Chiapas en la que establecen su apoyo al proceso de paz con justicia y el derecho a la libre determinación de los pueblos indios, se suman a la firma de un manifiesto internacional en solidaridad con las comunidades rebeldes, y apoyan una iniciativa de diplomacia popular para visitar los municipios autónomos zapatistas.

La moción fue acompañada de una larga serie de considerandos en los que condenan la expulsión de sus compatriotas de territorio mexicano en mayo de este año, externan su preocupación por la masacre de Acteal, rechazan la violencia del gobierno mexicano en contra de la población indígena de Chiapas, y llaman al gobierno italiano a que asuma una posición firme, exigiendo al gobierno mexicano el respeto a los derechos humanos y el retiro de las deportaciones de los observadores italianos.

El mismo ayuntamiento de Palermo aprobó a fines de noviembre hermanarse con un municipio autónomo de Chiapas, y promover la iniciativa de que otras 31 comunas italianas hagan lo mismo con el resto de los concejos zapatistas.

Curiosamente, la administración de la ciudad de Palermo está muy lejos de tener una orientación política radical. Su alcalde proviene de las filas de un partido político regional que tiene en Sicilia su base principal y gobierna con una coalición de centro-izquierda. Simultáneamente es eurodiputado. Su éxito político se basa en la lucha contra la mafia, el combate a la corrupción y por la reapropiación ciudadana de las calles y la vida pública. Forma parte de un novedoso movimiento de alcaldes italianos que busca replantear el espacio de la política y del gobierno desde el territorio municipal, y que levanta las banderas del federalismo.

Aunque la solidaridad con la lucha de Chiapas en el sur de Italia no tiene la extensión y el arraigo que posee en el norte o en ciudades como Roma, el mensaje zapatista forma parte de la política local. La preocupación por lo que sucede en México rebasa allí, como acontece también en otros puntos de la geografía italiana, la mera preocupación por los deberes solidarios que las naciones del norte tienen con los países del sur, o el apoyo tradicional que las fuerzas de izquierda han brindado a las luchas de liberación en Latinoamericana. Su interés por el zapatismo está estrechamente vinculado al imaginario popular y la cultura política italiana. Hay, en sectores muy importantes de las asociaciones civiles y la clase política renovada de ese país, una gran simpatía por las propuestas políticas zapatistas, por su apelación a la participación de la sociedad civil, por su reivindicación de la ciudadanización de la política, por su interés en vincularla a la ética, por su lucha en contra de la exclusión, la injusticia y el muro del pensamiento único, por la importancia dada al derecho a la diferencia, por su apuesta a la dignidad, la autoorganización, el autogobierno y la libre determinación, por su apropiación y reordenamiento desde el espacio de lo municipal.

El zapatismo le dio a una franja de la izquierda italiana y a los jóvenes la posibilidad de volver a soñar, de no tener que resignarse, de repensarse en medio de una reflexión compartida. Permitió crear una convergencia y una identidad en actores políticos y sociales tan distintos como los metalúrgicos, las feministas, los jóvenes y los pobres urbanos. En la frase ``Todos somos indios del mundo'', enarbolada por ciudadanos de un país industrializado se resume una plataforma de acción común de los diversos sectores. Con Refundación Comunista, los centros sociales, una parte de los verdes, viejos marxistas leninistas, franjas de los democráticos de izquierda, intelectuales, medios de comunicación, el zapatismo ha entablado un diálogo que ha estimulado la imaginación política. El texto de Marcos sobre el neoliberalismo titulado en italiano La cuarta guerra mundial ha comenzado mereció análisis y debates de autores tan relevantes como Rossana Rossanda, Gianfranco Bettin y Marco Revelli. Se trata de un diálogo que, en el contexto de la masacre de Acteal, puso a comienzos de 1998 a 50 mil italianos en las calles de Roma condenando la matanza y solidarizándose con los insurgentes. El zapatismo es hoy un factor de política interna italiana.

Las hormigas

Pero más allá del fenómeno de repensar la política y la liberación con un continente de por medio, iniciativas como la de Palermo han sido posibles, también, por la acción de miles de activistas. De personas como Mimma Grillo.

Mimma es una empleada bancaria de Palermo que colabora con la publicación feminista Mezzocielo, la cual es reconocida en distintos círculos culturales. Estuvo por primera ocasión en Chiapas en septiembre de 1997, en el campamento civil por la paz instalado en el Aguascalientes de Oventic. A su regreso a Italia escribió un artículo titulado ``Con Claribel y Karina en la ruta de Zapata'', en el que narraba la marcha de los mil 111 zapatistas a través de la ciudad de México. Un año después, el 1 de mayo de 1998, regresó con el grupo de 134 observadores que sería expulsado del país a los pocos días por el gobierno. Sus integrantes fueron catalogados como ``turistas revolucionarios''. Al llegar a Palermo, Mimma se dedicó a dar a conocer en su comunidad lo que había vivido. Su actividad no se limitó a comunicar la genuina indignación que vivía por la represión que ella y sus compañeros o las comunidades visitadas habían sufrido, sino también a informar sobre las experiencias organizativas de las mujeres zapatistas y su ley revolucionaria de la mujer, que había conocido a través de las conversaciones con milicianas e insurgentes.

Esos 134 ``turistas revolucionarios'' a los que el gobierno mexicano expulsó del país regresaron a sus lugares de origen a hacer lo mismo que Mimma. Había entre ellos profesionistas, trabajadores sociales, periodistas, un cura, representantes de ayuntamientos y -aunque no fueron deportados- también había congresistas. El gobierno mexicano quiso ver en esa delegación a jóvenes radicales desarraigados y faltos de influencia en sus comunidades. La realidad era otra. Los funcionarios mexicanos siguen pagando un altísimo precio por esa torpeza y arrogancia diplomáticas.

La solidaridad

El trabajo que los grupos y asociaciones italianas realizan alrededor de Chiapas es impresionante. Sus integrantes revisan todos los días La Jornada y traducen al italiano los materiales más importantes y los distribuyen en Internet y fotocopias. El diario Il Manifesto informa con regularidad de lo que sucede en México. Todo se realiza con una rapidez asombrosa. La Declaración Política, emitida por los participantes en el encuentro realizado en San Cristóbal de las Casas los días 20, 21 y 22 de noviembre entre la sociedad civil y el EZLN, fue traducido y divulgado por el Consulado Rebelde de México en Brescia casi el mismo día en que fue publicado en México. Artículos de Magdalena Gómez, Gustavo Esteva o Luis Javier Garrido son material de lectura usual de los activistas. Los estatutos del Frente Zapatista de Liberación Nacional están traducidos y circulan profusamente en esos círculos. En marzo de 1994, a sólo tres meses de inicio de la insurrrección, apareció el primer libro sobre el tema escrito por Guillermo Almeyra. Otros le seguirían con rapidez y se convertirían en lecturas compartidas: los comunicados de Marcos y del EZLN, Mujeres de Maíz, de Guiomar Rovira, o El sueño zapatista, de Yvon Le Bot, han circulado ampliamente. Lo mismo sucede con todo tipo de materiales videograbados. La información que se tiene en esos círculos sobre el conflicto es de una precisión y calidad asombrosas, y supera a la de muchos analistas políticos mexicanos.

En este trabajo participan tanto grupos de solidaridad tradicionales, como fracciones parlamentarias y funcionarios públicos. En Italia la sociedad civil a la que alude el discurso zapatista existe, y se expresa en un amplio movimiento asociacionista, en grupos culturales y artísticos y medios de comunicación alternativos. Organizaciones como ¡Ya Basta!, provenientes en parte de la experiencia de los centros sociales y las radios libres combinan su presencia en movimientos e instituciones, y buscan generar iniciativas políticas locales inspirados en el zapatismo. Trenes para protestar en Amsterdam en contra de la exclusión social y caravanas a Albania para mostrar el doble lenguaje de la política migratoria europea son acciones que rebasan el terreno tradicional del apoyo a una causa justa, y que buscan mostrar que la mejor solidaridad es la que se genera luchando en el propio territorio en contra del enemigo común.

El espectro de actividades desarrolladas alrededor de Chiapas es muy amplio, y abarca lo mismo iniciativas desde los gobiernos locales que acciones de grupos religiosos. La alcaldía de Venecia, encabezada por Massimo Cacciari, filósofo destacadísimo y político renovador, le entregó a los zapatistas el León de Oro, y les dio trato de huéspedes honorarios de la ciudad. Cuando el año pasado los zapatistas estuvieron allí fueron recibidos con aplausos y vítores por sus habitantes mientras navegaban por los canales.

El ``Son de la negra''

Estos grupos se han convertido en un permanente dolor de cabeza para el cuerpo diplomático mexicano, que necesita invertir mucho de su tiempo en tratar de contener, infructuosamente, la acción de estos activistas. La diplomacia mexicana, supeditada a la política de la secretaría de Gobernación, carece de una visión consistente para enfrentar un fenómeno tan diverso y arraigado en la cultura política local italiana. Sus informes difícilmente pueden contrarrestar a los que circulan sin restricciones por las autopistas informáticas. Debe concentrar su labor en tratar de influir al gobierno italiano y contener la tentación de la diplomacia italiana de generar una política más activa hacia México. La expulsión de los italianos abrió un herida que está muy lejos de haber cicatrizado.

Lo mismo Rosario Green que el subsecretario Juan Rebolledo -y próximamente Emilio Rabasa- han viajado a Italia para tratar de revertir los efectos de la presión político-diplomática hacia México. La Cámara de Diputados bloqueó la aprobación del tratado comercial entre México y la Unión Europea por el asunto Chiapas. Amplios sectores de legisladores italianos se cree que la mejor forma de ayudar a resolver la guerra en el sureste mexicano es firmando el tratado comercial -sin la firma no hay posibilidad de presionar, dicen- pero también hay la convicción de que la cláusula democrática que acompaña al tratado debe ``tener dientes'', contar con mecanismos que permitan tanto la verificación de sus cláusulas como instrumentos de coerción en caso de incumplimiento. Entre algunos de ellos hay, además, malestar por haber sufrido en carne propia la política mexicana del son de la negra, en la que los diplomáticos mexicanos dicen que sí a todo, pero no les dicen cuándo. Las ofertas diplomáticas mexicanas de mejorar la situación sobre los derechos humanos en el país o de esclarecer el crimen de Acteal se topan con los hechos.

La estrategia gubernamental mexicana poco puede hacer ante la diversidad de solidaridades hacia Chiapas y ante el hecho de que el zapatismo se ha convertido en un elemento de política interna en Italia. En la reciente inauguración de la Muestra Maya en Venecia el cuerpo diplomático mexicano tuvo que hacer buches amargos ante la elegante protesta del gobierno local por la expulsión del país de uno de sus enviados, y ante el despliegue de una copia del mural destruido por la fuerzas de seguridad en Taniperlas y la realización de un acto de apoyo a los mayas vivos justo en frente de la exposición.

La intención del gobierno mexicano de presentar la idea de que los observadores italianos expulsados pretendían robarse el águila y la serpiente de la bandera nacional mexicana, el clima de xenofobia generado en contra de los ojos y las bocas incómodas no es la mejor tarjeta de presentación para impulsar la firma de un tratado comercial.

Dos viejos Antonios

En Italia y en México se han encontrado dos viejos Antonios. Uno, nacido en Europa, de apellido Gramsci. El otro, originario de la Selva Lacandona. Ambos fueron narradores de grandes relatos, ambos -también- hacedores de sueños. El encuentro ha tenido consecuencias en ambas naciones. Por principio de cuentas porque a muchos ciudadanos les ha estimulado a desear más, a desear mejor y a desear distinto. No deja de ser curioso que la patria del tal Gramsci haya dado una acogida tan fructífera a un pensamiento y una práctica política que, como la zapatista, o sea la del viejo Antonio de la Selva, tiene -sabiéndolo o no- una enorme deuda con el viejo Antonio que vivió en el país de la bota. No deja de ser sugerente el que la marca hecho en Italia de una parte de la nueva política de aquel país esté hecha, en parte, con materia prima mexicana.