Considera imposible pedirle ``conducta ética'' a quien saqueó al país
Miguel Angel Velázquez Ť A golpe de reflexiones, el jefe de gobierno del Distrito Federal, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, hace memoria, recuerda que hace 10 años se inició esta etapa de lucha electoral que divide al país en dos proyectos y sostiene, enérgico, que más allá de donde se encuentre Carlos Salinas de Gortari ``en forma material'', su proyecto está vigente y lo aplica el presidente Ernesto Zedillo.
La entrevista se efectúa en una vieja casona de Polanco. Es de noche, pero Cárdenas luce fresco aunque malhumorado por el tiempo perdido en el tráfico de viernes en el Distrito Federal.
-En este año se cumplen 10 de una lucha que dividió al país en dos proyectos y que hoy lo tiene a usted gobernando en la capital y al oponente en autoexilio. ¿Cuál sería el recuento en este tiempo de lucha?
-Bueno, yo no lo veo como un enfrentamiento entre dos personas, entre Carlos Salinas y yo. Creo que el proyecto de Salinas es el que está llevando a la práctica el gobierno federal. El gobierno de Zedillo está haciendo exactamente el proyecto que ha venido impulsando el régimen desde De la Madrid, Salinas y ahora el propio doctor Zedillo. Yo no veo cambio, se siguen aplicando políticas económicas restrictivas, seguimos en una crisis que se agudiza en forma recurrente. No hay expectativas de creación de empleos, no hay expectativas para mejorar en términos generales las condiciones de vida. Al sistema educativo se le reducen los recursos, cuando lo más importante que tiene el país es preparar a su capital humano. Hay un franco deterioro en el sistema educativo, en los ingresos de los maestros; no hay alientos para la inversión productiva, no se le impulsa a quien crea empleos y esto tendría que ser parte de una política de fomento que debiera tener carácter prioritario. En fin, está en práctica el mismo proyecto que se impuso de modo muy destacado en el régimen anterior, o sea que más allá de donde en forma material se encuentre Carlos Salinas, su proyecto sigue vigente.
--¿Y la confrontación, está dentro de los códigos de la ética política?
--Bueno, hay quien no tiene código de ética, si así lo queremos ver, pero aquí lo que habría que preguntarse es quiénes están operando, quiénes están tomando decisiones, a qué intereses políticos y comerciales responden los distintos medios informativos. Yo creo que nosotros no deberíamos perderlo de vista.
--Entonces, ¿quiénes son, dónde están?
--Son los grandes intereses que representó el régimen de Salinas y que representa este régimen actual, porque no hay ninguna diferencia en cuanto a la política que se está aplicando, más allá de algunos cambios de matiz del hacer política de las personas; de hecho, yo no sé si pudiéramos mencionar a un funcionario importante del régimen actual que no haya sido funcionario importante del régimen anterior.
--Por eso hay una guerra declarada.
--Hay un golpeteo; hay quien promueve sus intereses, hay quien no tiene ninguna reserva, ninguna limitación para proceder como quiera que sea, con bajezas, con medidas carentes de ética o de moralidad, con tal de sacar adelante sus intereses.
--Pero estamos de acuerdo en que esta gente ha utilizado los pequeños o grandes errores de su gobierno para hacerlos mayores; la lupa sobre su gestión.
--Sí, puede ser, pero quizá lo que habría que decir es que quien es capaz de saquear al país, quien es capaz de llevarse miles y miles de millones de dólares de México para engrosar sus fortunas personales, quien dispuso del patrimonio del país para fortalecer económica y políticamente a determinadas personas o determinados grupos, pues no tenemos por qué pedirle una conducta de ética, no podemos pedirle que proceda con decencia en cualquier aspecto de la vida.
--¿Estamos hablando de Carlos Salinas?
--Estamos hablando de él y de quienes se beneficiaron de sus políticas, que son más de alguno.
--¿Cómo hacer frente a esto?
--Proponiendo un proyecto político distinto y mostrando que puede hacerse de manera diferente; esto es, que no se requiere de recurrir a bajezas para hacer política y para participar en la vida política del país. Y haciendo una propuesta sobre un modelo diferente al que se viene aplicando. Nosotros en el PRD seguimos pensando que es posible poner en práctica una política económica social con objetivos distintos a los que tiene este gobierno.
Transición, a pesar de los obstáculos
La entrevista está en su punto. Cárdenas ha usado las manos una y otra vez para remarcar sus palabras, para encajarlas en la visión de las grandes diferencias. En el recuento de estos últimos diez años advierte que la primera gran virtud del PRD es haberse mantenido como partido político nacional e ir ganando presencia en el país. Habla de los gobiernos perredistas en Zacatecas, en la capital del país; de los triunfos en Tlaxcala, en Colima, en Jalapa; de los municipios en manos de su partido; de cómo se le ha ido dando la vuelta al tornillo del quehacer político de México.
Del otro lado, asegura, durante estos últimos diez años, lo que hay es un franco deterioro de los niveles de vida de la población. ``Seguimos teniendo una muy grande corriente migratoria de trabajadores hacia Estados Unidos, seguimos dentro de una crisis económica y política que golpea severamente los niveles de vida de la población.
--Y esto a lo que se ha llamado transición, ¿cómo va, cómo se está dando?
--Se está dando a pesar de las resistencias que el régimen le pone. La muestra son las posiciones ganadas por el PRD, que no son concesiones graciosas, son logros conquistados con mucho esfuerzo, incluso con mucha sangre derramada por gente del PRD. Y yo diría que la apertura política no es obra nada más del partido, sino de mucha gente y de muchos grupos sin partido que están empujando para que podamos tener vida democrática en el país, no sólo en cuestiones electorales, sino para que haya equidad en muchos aspectos de la vida, tomando en cuenta que la equidad o la igualdad es uno de los grandes valores de la democracia. Que haya educación para todos, que pudiera haber trabajo para todos, que pudiera haber buenos ingresos para que todo el mundo pueda tener una vida digna.
--La resistencia de esa gente, ¿está empezando, sube de tono?
--Yo creo que no ha dejado de estar. Esto es, dentro del grupo gobernante como dentro de cualquier organismo político hay posiciones distintas y se mueven intereses de grupo. Es decir, yo puedo pensar que los intereses muy concretos de Carlos Salinas no necesariamente coinciden, al ciento por ciento, con los de Ernesto Zedillo; hay una franja de coincidencias, que es muy amplia, y hay otra de discrepancias.
--¿Y es en esa porción, en la de las discrepancias, en la que se ha permitido acercamientos con el gobierno de Cárdenas?
--No, yo creo que nosotros lo que hemos logrado es a base de los avances que ha tenido el PRD. No es que nos estén haciendo concesión alguna ni que estemos aprovechando las diferencias que hay; no estamos jugando a favor de Zedillo ni de Salinas, nosotros estamos impulsando un proyecto político distinto.
--Hoy le ha tocado estar del otro lado de la mesa, ¿siente usted algún desgaste?
--Eso es muy difícil de medir. Yo no sé si me haya desgastado o nos hayamos desgastado o quién se haya desgastado. Yo me siento bien, me siento con toda la fuerza y todo el ánimo para trabajar; si el desgaste se midiera por falta de ganas de trabajar no hay desgaste, si el desgaste se midiera por falta de contacto con la gente, puedo decirle que no hay desgaste.
--¿Y en lo político?
--En lo político lo que hay es una confrontación permanente con los otros proyectos políticos, con los proyectos del PRI y del PAN que también tienen franjas muy anchas de coincidencia. Pero es normal en una sociedad que ha ido conquistando espacios de democracia que no tenía, que se den grandes debates, grandes confrontaciones de quienes han perdido esos espacios y que los enoja, los molesta; nosotros los vemos todos los días en la Asamblea Legislativa, vemos cómo cualquier éxito del gobierno, por pequeño que sea, saca de quicio a los dirigentes oficiales.
El proyecto para el 2000
--¿Nacionalismo sería la palabra para describir su forma de gobierno?
--No, yo creo que es simplemente responsabilidad con la gente, con el compromiso político que uno mismo tiene.
--¿Le da miedo hablar de la izquierda?
--A mí no me da miedo hablar de la izquierda. Aunque mi partido decidió en una convención que ahora éramos de izquierda, yo creo que las definiciones en esta época hay que darlas por contenidos y no por lo que marca la geometría política. Yo no veo que el PRD haya cambiado de orientación porque antes no se dijera de izquierda y ahora se dice de izquierda, ni veo que esa postura aclare las cosas frente a otros partidos que se definen como de izquierda y uno los ve como muy de derecha y a otros quién sabe dónde, que son partidos en formación sometidos a la voluntad del gobierno, que no están poniendo en práctica un proyecto político y que en nada se identifican ni con la derecha ni con la izquierda sino con la corrupción, con el retraso, con la crisis económica.
``Yo al gobierno actual no lo definiría ni de derecha ni de izquierda ni del centro; yo diría que es un gobierno que ha alentado la corrupción, que no ha tenido capacidad para profundizar en una reforma política, que ha procedido con mucha timidez cuando ha dado algunos pasos hacia delante, que nos ha sometido a voluntades externas. ¿Dónde quieren ubicar a ese gobierno? Ubíquenlo donde quieran, pero finalmente el contenido es lo importante. Si en alguna parte podemos colocar el proyecto de gobierno actual sería en el del permanente retroceso''.
--¿Este régimen está dejando sin armas a la población?
--Bueno, es parte del proyecto, dejar a un país indefenso en todos los sentidos para que sean otros los que nos gobiernen, como lo que está sucediendo desde hace ya varios regímenes.
--Señor, ¿y los futuros?
--Bueno, en el futuro yo espero que en el 2000 el PRD gane el gobierno y que empecemos a darle vuelta a este proyecto de empobrecimiento, a este proyecto de sometimiento en el que han tenido al país en estos últimos 15 o 16 años.