La Jornada 10 de diciembre de 1998

Mario Conde es un ser escéptico,pero no frustrado: Padura

Renato Ravelo Ť Mario Conde y Diego son el emblema de las letras en Cuba, en la década de los noventa, para muchos especialistas. El primero es el detective de las novelas policiacas de Leonardo Padura, el segundo es el personaje gay que Jorge Perogurría plasmara en la cinta Fresa y chocolate. El escritor y periodista cubano opina: ``el Conde logró insertarse en historias interesantes para las personas, reflexionar sobre ciertos vicios de la realidad cubana y establecer un vínculo independiente con sus lectores''.

El detective de la saga de las novelas de Padura y el personaje de la obra de El lobo, el hombre y el bosque, de Senel Paz, que luego Tomás Gutiérrez Alea filmara, se asemejan en que ambos representan en algo esa Cuba marginal, que lamenta la isla pero la asume como destino inevitable.

Paisaje de otoño, la cuarta novela de la serie que Tusquets adquirió, cierra un ciclo de Mario Conde. ``En esta novela los personajes centrales son la amistad y la corrupción en la isla''.

Escribir otras historias

Una novela por cada estación del año incierto de 1989 componen la oferta de Mario Conde: Pasado perfecto fue invierno, Vientos de cuaresma, primavera, y Máscaras, verano. Desde que Máscaras obtuviera el premio Café Gijón el año pasado, la editorial Tusquets se interesó en Leonardo Padura (La Habana, 1955). Los reconocimientos literarios obtenidos en la isla incluyen el galardón de la crítica para Pasado perfecto, el premio nacional de novela para Vientos de cuaresma. Máscaras además, logró este año el Hamett a la mejor novela publicada en 1997.

Los escritos recientes de Padura, en esta última temporada, han estado dirigidos al ministerio encargado de autorizarle la construcción de otro cuarto en su casa, bromea, y también lo hace con la personalidad independiente de Mario Conde:

``Me pasa cada rato que mujeres muy hermosas están absolutamente enamoradas del Conde y me digo: `mira este hijo de puta la suerte que tiene.'''

-¿El Conde pasará por fin al año de 1990?

-Ya con Paisaje de otoño terminé la serie de las cuatro novelas del Conde. Lo último que he escrito de este personaje es un relato que escribí en una primera versión en 1991, una breve historia de unas 70 páginas para Italia, en un libro con (Paco Ignacio) Taibo II, con Rolo Diez y con Daniel Chavarría.

-¿Y ya te despides?

-Por ahora sí. No creo que definitivamente. Necesito escribir otras historias, de otra manera ya distinta. Han sido, además, ocho años con estas cuatro novelas.

``El Conde consiguió sintetizar varias condiciones: logró ser un personaje que funcionara en historias donde ocurrieran acontecimientos que le interesaran a las personas, logró ser un personaje que reflexionó sobre la realidad cubana de una manera que le interesó a muchos, y logró establecer por su riesgo y cuenta una comunicación con los lectores en la cual -a veces- me deja a mí al margen.''

Comprar cemento, ladrillo y arena

``Cuando terminé, en enero de este año, la versión definitiva de Paisaje de otoño iba a empezar otra novela y me di cuenta que estaba escribiendo la quinta novela del Conde.''

-¿Qué te lo impidió?

-Afortunadamente, apareció la oportunidad de escribir un guión de cine con Daniel Chavarría; luego terminé un libro que es un híbrido entre periodismo y ensayo que ya se publicó en Italia, debe estar por publicarse en España y Francia, que es sobre Cuba y su cultura en las más diversas manifestaciones: la religión, la antropología, las costumbres, la sexualidad del cubano, pero sobre todo de música. Después de eso comencé a tratar de comprar cemento, ladrillo y arena.

-¿Tiene que ver con tu trabajo en Juventud Rebelde?

-En parte. Lo escribí con un poeta cubano que se llama Alex Fleites, con capítulos dedicados al cine, a las artes plásticas. Tú sabes, además, que a mí me interesan mucho los personajes de la música cubana, porque creo que es la gran manifestación cultural de la isla. Si Cuba tiene varios escritores de importancia, también ha dado centenares de grandes músicos.

-El libro que escribiste de entrevistas con salseros, ¿se va a publicar en México?

-Los rostros de la salsa, se llama. Se va a publicar en México a principios de año. El otro, el de cultura cubana, está en espera en Tusquets. Creo que es un libro que puede ser interesante para países como España y México, donde Cuba es un tema de interés cotidiano. Además, cuando hablo del mambo y el bolero me refiero a algo que ustedes quieren arrebatarnos, porque ustedes son un poco ladrones...

-Yo diría que más bien plagiarios, pero ha sido para mejorarlos...

-Ya en serio, el libro es accesible y aborda temas de los que existe poca literatura. Además, hay una serie de historias como la del barrio chino de La Habana, la historia de la virgen de la Caridad del Cobre, la presencia de los franceses en la zona oriente de la isla cuando hicieron el gran imperio cafetalero, la historia del tabaco en Pinar del Río, la historia del ron Bacardí.

El Conde

Mario Conde es policía porque no se atrevió a ser escritor, pero constantemente arma párrafos literarios en su mente, en sus descripciones. Fumar y respirar son casi la misma cosa para el policía.

``Su ética es extraña, con algo de esa cursilería que implica el antiheroísmo de la novela policiaca, hay quien afirma incluso que Mario salió de la novela Fiebre de caballos, que publicara en 1987, que estaba llena de personajes marginales.

``Un asesinato ocurre en La Habana. Se trata de un antiguo funcionario del gobierno que se exilió del país, sin armar aspavientos ni grandes discursos sobre su condición de preso político.

``Se trataba sin embargo del funcionario que oficialmente dirigía las expropiaciones de la Revolución, tanto de casas como de objetos artísticos. A su regreso, por causas poco claras para una lógica normal, el funcionario logra evadir la vigilancia de la policía local, solamente para encontrar una muerte violenta, al extremo de la saña.

``Mario Conde acaba de renunciar a la policía, donde se ha desatado un escándalo. El nuevo jefe, que es en realidad un antiguo espía, lo obliga prácticamente a resolver el caso.''

-¿En tus palabras, qué significa Pasaje de otoño?

-Esta es una historia en la que el tema fundamental es la amistad. Mario Conde y su grupo de amigos pasan por un momento en que está ocurriendo algo que puede romper esa unidad, que es tan importante para Mario, como es la amistad.

``Es una novela que otra vez fustiga el oportunismo, la corrupción, desde ciertos niveles del Estado, que siempre es un tema que a mí me interesa.''

-¿Por qué?

-En un país como Cuba la corrupción tiene connotaciones especiales. Esa corrupción del Estado. Se supone que uno de los males intrínsecos del capitalismo es la corrupción, y se supone que en el socialismo se ha eliminado, pero eso no es cierto.

Encontrar la salvación

-¿Es la primera vez que abordas el tema del exiliado que regresa?

-En Máscaras el tema central es la represión contra los intelectuales en los años setenta, y aquí sí es más la corrupción. En Pasado perfecto (que se publicó por primera vez en Guadalajara en 1991) el Conde busca a un alto funcionario que se perdió. El policía lo conoció en su época de estudiante en el preuniversitario, por lo que Mario Conde sabía que había llegado a ese alto cargo por mecanismos poco limpios.

-¿Mario Conde es un hombre frustrado?

-Es un hombre escéptico, no frustrado. Se ha frustrado como escritor, aunque al final de Paisaje de otoño tal vez haya encontrado la salvación.

-¿Qué tan popular es Mario Conde?

-Según han escrito varias personas, las figuras de Mario Conde y de Diego, del filme Fresa y chocolate, son los personajes emblemáticos de la literatura cubana de los años noventa.