Aprueban diputados el cambio del Senado a la ley de cine
Raquel Peguero, Andrea Becerril y Alonso Urrutia Ť ``Podemos decir que ya tenemos ley'' de cine, señaló María Rojo, presidenta de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, al informar que la modificación al artículo 19 de ese ordenamiento -hecha en acalorada sesión en el Senado de la República y devuelta a la cámara de origen- fue aprobada en San Lázaro por 372 votos en favor, uno en contra (de Miguel Alcántara Soria, del PAN) y 19 abstenciones.
La iniciativa de ley había sido devuelta por la cámara revisora a los diputados, luego de que con el argumento de que se violaban tratados internacionales, la mayoría priísta en el Senado rechazó el dictamen de la Ley Federal de Cinematografía.
El punto medular de una discusión que se prolongó por casi tres horas, fue el artículo 19, que al final resultó modificado para acotarse la obligación de los exhibidores de destinar 10 por ciento de tiempo de pantalla a películas mexicanas, pese a los argumentos y a la oposición de las fracciones del PAN y el PRD.
``No nos hagamos locos, es una presión de Estados Unidos, por medio del secretario de Comercio'', recalcó en tribuna el panista Mauricio Fernández Garza. A su vez Carlos Payán Velver, del PRD, advirtió que, por principio, no podía aprobar su fracción ese cambio que va en contra de la intención de apoyar el cine nacional frente al embate de la cinematografía estadunidense.
Acotar arbitrio de exhibidores
La ruptura de la unanimidad de las fuerzas políticas, con que venía respaldada la iniciativa de ley desde la Cámara de Diputados, se consumó en el Senado con llamadas desde Los Pinos y la Secretaría de Comercio, sobre supuestas violaciones a tratados internacionales en materia de comercio.
Quizá por ello la estrategia del PRI resultó contradictoria. Por principio, se aprobó en lo general el dictamen con la reserva del artículo 19 que establecía: ``los exhibidores reservarán diez por ciento del tiempo total de exhibición para la proyección de películas nacionales en sus respectivas salas cinematográficas.
``Toda película nacional se estrenará en salas por un periodo no inferior a una semana, dentro de los seis meses siguientes a la fecha en que sea inscrita en el registro público correspondiente, siempre que esté disponible en los términos que establezca el reglamento.''
Fue Amador Rodríguez Lozano a tribuna para proponer una primera modificación, a nombre de varios priístas, entre ellos Beatriz Paredes, presidenta de la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía. Su propuesta fue para sustituir el término ``reservarán'' por el de ``procurarán asignar un diez por ciento del tiempo total de exhibición en las salas para la proyección de películas mexicanas''.
Las fracciones panista y perredista rechazaron de inmediato la ambigua propuesta del PRI, ya que, advirtió Payán Velver, ``deja al arbitrio de los exhibidores el poder o no exhibir películas nacionales'' y ello ``me parece que no tiene sentido; es grave para una industria en crisis''.
Inquieta, como no se le vio siquiera en la controvertida discusión sobre el Fobaproa, María de los Angeles Moreno comenzó un intenso e inútil cabildeo con los otros coordinadores parlamentarios. En dos ocasiones volvió a tribuna Paredes para justificar la postura priísta y sostener que su partido no se opone a la promoción y apoyo de la producción cinematográfica nacional, pero tenía que cuidar el cumplimiento de compromisos de orden jurídico internacional.
La argumentación priísta seguía siendo débil. Molesto, el coordinador panista Gabriel Jiménez Remus reventó: ``¡cómo vamos a aprobarlo si es la voz de Herminio Blanco!''. El senador del PRD, Jorge Calderón, ya había planteado en tribuna el debate sobre ese punto al precisar -con leyes y tratados en la mano- que el PRI quería ir más allá de los compromisos en el Tratado de Libre Comercio (TLC), pues incluso en el texto original México tiene la facultad soberana de fijar un tope de 30 por ciento dentro de los tiempos mínimos de exhibición del cine mexicano, por lo que invalida cualquier argumentación de la Secofi.
Fue hasta entonces cuando el PRI, en voz de Samuel Aguilar, aclaró que la negativa no obedecía al TLC norteamericano, sino a los acuerdos firmados con Chile, Bolivia, Costa Rica y Venezuela en los que no existe ninguna reserva de exhibición.
Priístas, ¿defender el nacionalismo?
``Pareciera que los priístas oficiosamente están viendo cómo no lastimar ni con el pedazo de una película a los intereses de los estadunidenses y de las trasnacionales. Debemos pensar como mexicanos, como patriotas, porque no sólo está en juego el cine mexicano, sino nuestra cultura'', resaltó el senador del PRD, Héctor Sánchez.
En igual tono, el panista Benigno Aladro increpó al priísmo porque ``esa defensa brutal del nacionalismo que hacen a gritos, no se refleja en esta cámara''.
Ante el rechazo de la oposición, Paredes regresó a tribuna para retirar su propuesta y plantear que el dictamen se regresara a comisiones en espera del consenso.
``¡Que se chupen su costo político!'', masculló Jiménez Remus, mientras el PRD rechazaba el cabildeo de Moreno y en tribuna el panista Juan de Dios Castro sostuvo que el PRI no quería pagar el costo de un voto que hubiera permitido una pequeña alternativa de desarrollo al cine mexicano y así contar con la posibilidad de ver películas hechas por productores, artistas y guionistas nacionales.
En su último intento, la bancada priísta presentó una nueva propuesta de modificación al artículo 19, para añadirle tres líneas y precisar que los ``exhibidores reservarán el diez por ciento del tiempo total de exhibición para la proyección depelículas nacionales, en sus respectivas salas cinematográficas, salvo lo dispuesto en los tratados internacionales en los que México no haya hecho reservas de tiempo en pantalla''.
Rodríguez Lozano, quien planteó el cambio, señaló que en la Cámara de Diputados las fuerzas políticas que aprobaron el dictamen ``no tenían conciencia ni conocimiento'' de que hay una serie de tratados internacionales firmados por México y ratificados por el Senado, en los que no se hizo reserva del tiempo en pantalla.
Payán Velver adelantó que su fracción votaría en contra de esta última propuesta por principio, ya que como legisladores su deber es aprobar leyes dignas.
La bancada panista también votó en contra, ante una errática conducción del presidente de la mesa directiva, José Ramírez Gamero, quien primero permitió votar a mano alzada y luego nominalmente en dos ocasiones. Finalmente, por 65 votos a favor y 39 en contra, se aprobó el cambio.