Crece más de $12 mil millones al mes la deuda generada por el fondo
Roberto González Amador y César Martínez Ť La deuda generada por el rescate bancario creció de febrero a la fecha a un ritmo de 12 mil 200 millones de pesos mensuales, mientras el valor de los activos en poder del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) se mantuvo estancada e incluso se deprecia día a día, en una dinámica que reduce las posibilidades de disminuir el costo fiscal de los programas de saneamiento financiero instrumentados por el gobierno desde septiembre de 1994.
El nuevo Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), que sustituirá al Fobaproa, asumirá las obligaciones contraídas por ese fideicomiso en las condiciones pactadas originalmente, hasta que canjee los pagarés que entregó a los bancos por nuevos instrumentos, que también devengarán una tasa de interés equivalente a la de los Certificados de la Tesorería de la Federación (cetes).
El saldo acumulado a diciembre de 1998 de los pagarés emitidos por el Fobaproa asciende a 674 mil millones de pesos, si al monto de febrero pasado informado oficialmente (552 mil millones) se agregan los intereses a la tasa promedio de los cetes en el periodo, que fue superior a 22 por ciento anual.
Los activos, en cambio, ascendían a 218 mil 700 millones de pesos al cierre de febrero de 1998, pero esa cantidad no ha aumentado y además se deprecia conforme pasa el tiempo sin que sean vendidos.
Préstamos vencidos, sin intereses
Según el Fobaproa, una de las causas que explican la diferencia entre los pasivos y los activos asumidos por ese fondo es que los préstamos vencidos no generan intereses, y la cartera de crédito vigente de los bancos intervenidos tampoco acumula réditos cuando fueron resueltos mediante daciones y adjudicaciones de activos.
De acuerdo con el balance del Fobaproa, la composición de los activos en poder de ese fideicomiso y del Fondo de Apoyo al Mercado de Valores (Fameval) es la siguiente: los activos líquidos tienen un valor contable de 19 mil 800 millones de pesos; acciones y valores por 8 mil 200 millones; créditos a bancos intervenidos, 3 mil millones; también se incluye cartera obtenida a través de los programas de capitalización por 47 mil 200 millones.
El Fobaproa contabiliza además entre sus activos recursos por recibir de participación de pérdidas un monto de 34 mil 100 millones de pesos; activos de las operaciones de saneamiento de bancos de 46 mil 700 millones; recursos por recibir de venta de instituciones, 5 mil 200 millones; programa de daciones en pago, 12 mil 900 millones, y ``otros activos'' equivalentes a 7 mil 200 millones.
En la contabilidad aparecen también activos de instituciones apoyadas y/o intervenidas por el gobierno que se distribuyen en 26 mil 100 millones de pesos de cartera de crédito; 5 mil millones de activos; y ``otros activos'' por 3 mil 300 millones.
La ley que creó el IPAB indica que el costo fiscal derivado del rescate bancario disminuirá por la venta de los activos que posee el Fobaproa y de los créditos que la auditoría demuestre fueron operaciones irregulares o fraudulentas.
Sin embargo, sobre este último rubro, que podría contribuir a reducir el costo fiscal, Carlos Gómez y Gómez, presidente de la Asociación de Banqueros de México (ABM), aseguró el lunes pasado que no deben crearse ``falsas expectativas'' en este sentido, ya que las auditorías no encontra- rían una cantidad relevante de créditos de ese tipo.
Los bancos, que mantienen la administración de los créditos en poder del Fobaproa con el fin de gestionar su cobro, han recuperado una parte mínima de esas carteras pero los recursos obtenidos no se han descontado de los pagarés, sino que han sido canjeados por nuevos créditos, según la subcomisión de la Cámara de Diputados que investiga el rescate bancario. Este mecanismo se mantiene en la nueva ley, porque permite a los bancos -si escogen esa opción- entregar al Fobaproa (o al nuevo IPAB) otro crédito moroso a cambio del recuperado.