La Jornada 19 de diciembre de 1998

Acteal, protesta vigente contra la miseria humana: Samuel Ruiz

Blanche Petrich Ť El obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz García, escribe que Acteal, a un año de la masacre en agravio de 45 personas en esa región de los Altos de Chiapas, ``es una protesta vigente contra la perpetración de la injusticia, contra el incumplimiento de compromisos, contra la mentira cínica, contra la miseria humana''.

Es uno de los textos del libro bilingüe recién impreso: Acteal, una herida abierta o Ipuc sc«oplal milel ta. Agrega el obispo: ``Mientras los hechos tocaron hondamente las fibras de la solidaridad nacional e internacional, Acteal se ha convertido en un Evangelio vivo anunciado a los cuatro puntos cardinales''.

Por su parte, el representante de la organización civil Las Abejas Antonio Gutiérrez Pérez expresa: ``Fue muy difícil quedar en actitud pacífica cuando masacraron a 45 de los nuestros''.

En su testimonio relata el estado de ánimo dominante en Acteal en los instantes posteriores a la matanza: ``Todos estaban fuera de sí, de tristeza y de coraje. Ya no querían ser miembros de las abejas porque ya no vieron razón en buscar la paz. También me sentí así, pero me di cuenta que pagar un acto malo con otro no iba a solucionar la situación. El que se levanta en armas va a ganar o a perder. En lugar de las armas necesitamos poner una mesa y sillas. Nuestras demandas son las mismas que el EZLN pero a través de nuestra organización, como sociedad civil''.

Dedicado al antiguo párroco de San Pedro Chenalhó Michel Chanteau, ``expulsado cobardemente de México por decir la verdad'', este nuevo libro es ``eco y clamor de las demandas de los desplazados en Chenalhó''. Los editores recuerdan cuales son estas demandas, reiteradas mes tras mes en las celebraciones religiosas que en Acteal se realizan para honrar la memoria de los niños, mujeres y hombres masacrados:

-Aplicación de la justicia a los autores materiales e intelectuales de la masacre.

-Indemnización a los desplazados que sufrieron el robo de sus pertenencias y sus cosechas y la quema de sus casas.

-Que el gobierno federal cumpla con los acuerdos firmados con el EZLN (San Andrés Larráinzar).

-La desmilitarización de las zonas rurales de Chiapas y todo el país.

Antecedentes ``trágicamente surrealistas''

Otro capítulo reúne la historia reciente del municipio y la forma como se preparó la pinza que finalmente terminó por cerrarse en torno a la ermita de Acteal el 22 de diciembre.

``Los antecedentes de Acteal son tan trágicamente surrealistas que serían difíciles de creer si no estuvieran respaldados por una incuestionable documentación. En el municipio de Chenalhó, los poderes (y ahora el Ejército con la policía, asistidos por paramilitares) defienden un Estado de derecho que es la preocupante inversión de un pretendido derecho de Estado'', se señala.

Después de la creación del municipio autónomo de Polhó (en rebelión por el fraude electoral en el municipio) y de la represalia oficial que asesinó a 6 jóvenes hijos de catequistas abejas, el presidente municipal, por todo castigo, fue removido y sustituido por Jacinto Arias, hoy preso como uno de los principales responsables de la matanza.

A partir de ese momento, por las acciones intimidatorias de los policías de Seguridad Pública del municipio, se produjeron las primeras oleadas de desplazados. ``La secuencia de los hechos (inducción del conflicto y ocupación del pueblo por las fuerzas armadas) anunciaba un fenómeno preocupante: la introducción a Chenalhó de los métodos paramilitares de la zona norte del Estado (la zona chol). A partir de entonces se inició un comercio de armas y por la noche de oían tiroteos, señal clara de entrenamiento paramilitar''.

Se recuerda que en septiembre de 1997 fue nombrado el hoy prófugo Antonio Pérez Hernández, director de la Secretaría para la Atención de los Pueblos Indígenas del estado, desde donde, a su vez, se impulsaron los consejos municipales de Seguridad Pública, con agencias en todos los parajes. Nuevas autoridades desplazaron a las tradicionales --``el bastón de mando fue sustituido por el cuerno de chivo'', dicen los autores-- y se organizó la red de delaciones, espionaje y restricciones propias de un estado de sitio.

Toda esta preparación desembocó en la matanza. ``A los 60 y tantos asesinos se les explicó que quien está en contra de las armas, de las quemas de casas o de los escarmientos con sangre, aun sin ser zapatista, está en contra de la comunidad, peligrosamente infestada de tanto diablo y gusano''. Un joven tzeltal de Los Chorros, ahora preso en Cerro Hueco, con lágrimas por tanto niño muerto, concluyó, el día 22 en su pueblo, al dar parte de lo ocurrido a su jefe Tomás, también en la cárcel: ``Pero no fallé, cumplí''.