La Jornada 19 de diciembre de 1998

Teme que las autoridades castrenses hayan ordenado su captura

Jesús Aranda Ť Ante el ``incumplimiento'' de la oferta de la Secretaría de Gobernación de garantizar la salida a Venezuela del teniente coronel Hildegardo Bacilio Gómez, a lo que se sumó la orden de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) de detenerlo, el militar que encabezó la marcha del pasado viernes decidió ``mantenerse bajo resguardo'', debido a la falta de garantías para su integridad física, informó el capitán Alberto Enríquez del Valle.

En entrevista telefónica, el oficial del Ejército aseguró que el dirigente del Comando Patriótico de Concientización del Pueblo (CPCP) ``se encuentra en situación de inseguridad'', debido a que las ofertas hechas por la Secretaría de Gobernación de garantizar la seguridad de su esposa y miembros del citado movimiento que dirige ``no fueron cumplidas''.

Esta declaración terminó con la incertidumbre que prevalecía desde la mañana de ayer, cuando Bacilio Gómez no dio en el aeropuerto internacional de la ciudad de México la conferencia de prensa que había anunciado antes de su presunta partida hacia Caracas, tras lo cual surgieron las dudas sobre su paradero.

El procurador militar, general Rafael Macedo de la Concha, había advertido que el teniente coronel no podía salir de México porque está bajo proceso, lo que entraba en contradicción con el ofrecimiento de la Secretaría de Gobernación de facilitar la salida del país del soldado inconforme.

Enríquez del Valle denunció que desde ayer se presentaron agentes de la Procuraduría General de Justicia Militar en el domicilio de Bacilio Gómez, quienes intimidaron a su familia, tomaron fotos del lugar y mantuvieron bajo vigilancia la zona.

Comentó que Bacilio Gómez tenía previsto viajar ayer por la mañana a Caracas, Venezuela -en donde buscaría entrevistarse con el presidente de aquel país, Hugo Chávez, quien intentó hace unos años un golpe militar-, pero en el aeropuerto detectó un intenso movimiento de agentes federales y judiciales militares, ``lo que contravenía el ofrecimiento de la Secretaría de Gobernación de garantizar su salida''.

Por otra parte, informó que el CPCP cuenta con una página en Internet en la que se expondrán las razones de su movimiento, además de que se exhortó a los medios de comunicación a que se ``conduzcan con la verdad''.

La Secretaría de la Defensa Nacional, por su parte, no dio ninguna información al respecto, pese a la solicitud reiterada de este diario a la Dirección de Comunicación Social y a la Procuraduría General de Justicia Militar.

En tanto, en el Campo Militar número uno se supo que los soldados y oficiales que pasaron revista ayer y que participaron en la marcha del pasado viernes recibieron una fuerte reprimenda por parte de sus superiores, los cuales les advirtieron que esta vez la sanción será leve, aunque se les advirtió que ``si vuelven a cometer una indisciplina'', serían castigados severamente.

Trascendió que como consecuencia de la protesta, el teniente coronel, cuatro capitanes, 17 tenientes, 12 subtenientes, 12 sargentos y cinco cabos podrían ser acusados de incitación a la rebelión, además de que pueden ser procesados por los delitos de uso indebido de insignias, calumnias contra el Ejército y violación al reglamento castrense, que prohíbe a los militares cualquier manifestación de carácter político.

Desde la mañana de ayer, en la oficina y en el domicilio de Bacilio Gómez se guardaba un hermetismo absoluto sobre su persona y se afirmaba que no tenían información alguna sobre el militar.

Lo anterior motivó que circularan versiones encontradas sobre su paradero. Primero trascendió que el teniente coronel estaba escondido ``tratando de desmentir las declaraciones televisivas de altos mandos del Ejército Mexicano en su contra''.

Por otra parte, en círculos castrenses cercanos al CPCP se afirmaba que en cuestión de horas la Procuraduría General de Justicia Militar iniciaría varios procesos penales en su contra, por los presuntos delitos arriba referidos y otros, de modo que la autoridad giraría instrucciones para aprehenderlo.