Aprueban senadores de PRI y PAN aumentar la aportación del país al FMI
Alonso Urrutia y Andrea Becerril Ť Mientras la Cámara de Diputados se encuentra empantanada en la discusión sobre el alza de impuestos y las vías para allegarse recursos, el pleno del Senado de la República autorizó ayer al Ejecutivo federal para que incremente su cuota al Fondo Monetario Internacional (FMI) en una cantidad equivalente a mil 200 millones de dólares, que hará pasar las acciones de México en ese organismo de 1.19 por ciento a 1.21 por ciento y ampliará su línea de crédito hasta 10 mil millones de dólares.
El de hoy fue un debate técnico y político sobre el quehacer del FMI y su relación con México, que a decir del perredista Jorge Calderón sólo ha traído desgracias al país: privatización de empresas públicas; reducción ``draconiana'' en algunos casos del gasto público; privatización de la seguridad social y políticas de contracción de la demanda interna; en síntesis, la necesidad de replantear ``esa relación caracterizada por una doble política, una doble moral''.
La visión gubernamental establecida en los considerandos de la solicitud dan cuenta de otro FMI, definido como un organismo que juega un papel determinante para hacer manejable estas crisis económicas, como la ocurrida en Asia.
Según el Ejecutivo, los desequilibrios económicos recientes han hecho evidente que los mercados presentan múltiples imperfecciones y que si se les deja solos pueden llevar a situaciones económicas imprevisibles, de ahí la justificación de fortalecer al organismo y, por ende, ampliar los recursos con que cuenta para paliar las crisis mundiales.
Eso decía el dictamen. En defensa del mismo y del FMI subió a tribuna el priísta Rodolfo Becerril Straffon, que partió del reconocimiento de algunas imperfecciones, como aquella de no haber logrado resolver ni adecuar el sistema monetario internacional a las condiciones financieras del mundo de hoy.
Después, sus argumentos a favor de ampliar la cuota se volvieron hacia la crisis asiática. Mencionó los problemas en Asia y en los países de la ex Unión Soviética, situación que obligó a la intervención de ese fondo y a quedarse sin recursos.
Para el priísta, la ampliación de la cuota de México es en realidad sólo ``un intercambio de activos. No estamos suponiendo un desgaste presupuestal porque del total de la aportación, un 25 por ciento, será simplemente sacar de caja de las reservas del Banco de México que se van a aportar a la cuota que ya existe, al tramo de reserva que se llama del FMI''.
Minutos después, el perredista Jorge Calderón expuso el otro lado del FMI, el que ha impuesto salvajes políticas de ajuste estructural, a través de los memorándums o convenios de entendimiento, en los que se prioriza el pago de la deuda externa, estrategia que ``ha demostrado agudizar y profundizar los desequilibrios sociales y económicos de las naciones''.
Tuvo un larga intervención sobre los efectos de esas políticas, expresadas en la reducción del empleo y el ingreso de los trabajadores, la disminución sustancial de los estándares sociales y de los niveles de vida, todo en aras del pago puntual de la deuda externa de los países en desarrollo.
Jorge Calderón concluyó advirtiendo que una de las principales distorsiones en la economía mundial es la transferencia sin control del capital especulativo, a cuya condena se han sumado algunas voces del Banco Interamericano de Desarrollo y del Banco Mundial, con las que coincide el Partido de la Revolución Democrática, pero a lo cual se ha opuesto irreductiblemente el FMI.
La solicitud fue aprobada por el Senado con 93 votos del PRI y PAN, cuatro votos en contra y seis abstenciones.