La Jornada miércoles 23 de diciembre de 1998

ASTILLERO Ť Julio Hernández López

El tribunal federal encargado de dictaminar sobre asuntos electorales está por pronunciarse respecto a la viabilidad que tiene el instituto del ramo (el IFE), para analizar la denuncia perredista de que la campaña presidencial priísta de 1994 fue beneficiada con dinero cuyos donantes luego fueron resarcidos con el Fobaproa.

La decisión de los magistrados será trascendente, pues trazará el camino jurídico a seguir en ese tema que ha resultado especialmente espinoso para los priístas.

Pero, en todo caso, este episodio no es sino uno más de la larga marcha que el PRI ha iniciado para deslegitimar al órgano que en el 2000 será el responsable de legitimar los resultados de los comicios en los que se elegirán Presidente de la República, senadores y diputados federales.

El IFE está dotado de un cuantioso presupuesto (tan alto como son las perspectivas de defraudación electoral; tan oneroso como el tamaño de la desconfianza popular en sus instituciones organizadoras de comicios) y ha sido ciudadanizado al extremo de que en su seno se enfrentan con mayor frecuencia y virulencia dos alas, la de un oficialismo institucional (en la que participa el consejero presidente, José Woldenberg) y la de una oposición oficiosa (que casi siempre hace mayoría y que mete seguido en verdaderos aprietos al citado Woldenberg).

En ese esquema, con tal correlación de fuerzas, el priísmo sabe que tiene pocas posibilidades de hacer valer sus puntos de vista y posturas. En la directiva priísta se estima, inclusive, que en la franja de los consejeros que suelen hacer mayoría hay un antipriísmo enfermizo.

Por ello, el PRI decidió tomar la iniciativa en esa batalla. Valiéndose de un alegato menor (que no estaba en el orden del día la revisión del tema del financiamiento de las campañas priístas en 1994), se ha retirado de la mesa del IFE y ahora se apresta a entablar demandas de enjuiciamiento y sanción contra cuando menos tres de los consejeros electorales.

En el fondo, el objetivo es desgastar y deslegitimar esta instancia electoral. Al estilo de lo hecho con la Conai y la Cocopa, el ala dura del gobierno busca destrozar los márgenes de credibilidad que tuviese el citado IFE. Para tales propósitos todo es bueno, desde las campañas de lodo a propósito de gastos hechos por consejeros en materia de bebidas alcohólicas en alguna reunión realizada fuera del Distrito Federal, hasta la descalificación política y el enjuiciamiento formal.

La Quina, lo que queda de aquel cacicazgo

Luego de ocho años de ausencia ha regresado a su terruño Joaquín Hernández Galicia, conocido como La Quina.

Enfermo, y condicionada su libertad a no hacer ruido político, el ex líder petrolero ha vuelto a poner pie en Ciudad Madero, de donde fue sustraído con gran violencia en uno de los momentos más tensos del sexenio de Carlos Salinas de Gortari.

Aplastado por el salinismo, La Quina fue mantenido en prisión de manera tramposa, merced a las argucias legaloides con las que las autoridades de Gobernación le cancelaron, en los hechos, el derecho a la libertad condicionada.

Finalmente pudo dejar la cárcel, luego de una negociación en la que participó su hijo, el hoy diputado federal perredista Joaquín Hernández Correa.

Una de las condiciones impuestas fue su confinamiento en la ciudad de Cuernavaca, argumentando que su estado de salud requería climas como el de dicha población morelense.

La Quina mantiene una presencia importante en el sur de Tamaulipas, en algunas de cuyas zonas repartió con amplitud de paisanaje favores durante su gestión como líder máximo del sindicato petrolero.

Una muestra indudable de esa corriente a su favor es el cambio político dado en Ciudad Madero de ocho años a la fecha, pues en ese lapso ha disminuido de forma clara el voto priísta, hasta dejarlo en minoría y dar paso a la hegemonía del PRD, que ha ganado elecciones de presidente municipal y de diputados locales y federales.

Víctima del salinismo, La Quina no construyó, sin embargo, una historia como para convertirlo en santo del calendario cívico y democrático mexicano.

Una de las peores plagas de las transiciones democráticas es la falta de memoria, a cuyo amparo suelen colarse a las franjas luminosas personajes que antaño fueron feroces productores de oscuridad.

Don Joaquín, La Quina, sintetizó los vicios de autoritarismo, manipulación, corrupción y perversión del sindicalismo. Prohijó una camada de liderzuelos como Salvador Barragán Camacho, que dilapidaron la riqueza nacional. Los despilfarros, la prepotencia, el guarurismo, el desdén por los trabajadores de base, el alineamiento claro con el priísmo, fueron distintivos de la gestión de don Joaquín.

Es bueno que sus paisanos, antaño favorecidos con especial aplicación, festejen el retorno (provisional, sólo navideño, pues después de este periodo deberá regresar a Cuernavaca) de La Quina.

Pero también es bueno no perder la memoria, y tener presentes a los personajes del caciquismo sindical que frustraron y lastraron a generaciones enteras de trabajadores.

Astillas: El secretario de Salud, Juan Ramón de la Fuente, se puso la camiseta zedillista en su visita de ayer a Ecatepec, donde presidió la ceremonia federal conmemorativa de la muerte de José María Morelos y Pavón. Más que opiniones, dijo el presidenciable secretario, en relación con el asunto de la aprobación legislativa de la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos para el año venidero, los mexicanos lo que necesitan son ``contribuciones, es decir, proposiciones viables y decisiones''. También dijo el mencionado doctor que ``no puede haber justicia social sin crecimiento económico; afirmar lo contrario es demagogia''... Un dato más en el enrarecido ambiente de fin de año, acaso presagio de los pesados días que vienen: la aparición del Ejército Villista de Liberación Nacional, que dice tener su cuartel general en Cañada Honda, a 30 kilómetros de la ciudad de Aguascalientes... Justo Mullor asegura que no hay ningún malestar físico que impida al papa Juan Pablo II venir a México. Las palabras del nuncio apostólico se dieron en respuesta a las versiones en el sentido de que la salud de su Santidad es delicada... En estos días navideños, algunos habitantes del Distrito Federal han recibido un regalo visual que les ha permitido deleitarse a distancia con las maravillas del primer mundo. Un costosísimo auto, sin placas, color rojo, manejado por un joven alegre, cruza las avenidas seguido de una camioneta Cherokee, con seis guardaespaldas a bordo, y protegido al frente por un automóvil blanco, con tumbaburros negro y otros cuatro vigilantes armados. Dicen que el apellido del joven empieza con la letra Z... Don Alex Aguinaga, el capitán del Necaxa, y seguramente uno de los mejores jugadores extranjeros que han participado en el futbol mexicano, es ecuatoriano y no argentino, aclara este columnista, que ha comenzado a ensayar los remates de cabeza, pero contra la pared... Afortunadamente, del 28 de diciembre al 10 de enero habrá de descansar esta sección que, a estas alturas, se siente ya como guajolote de Magú...

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