Algunas reacciones en Estados Unidos: Otros de los argumentos que se ha esgrimido según se esté a favor o en contra de la mencionada participación, es la supuesta actitud del servicio de inmigración de Estados Unidos quien estaría preparándose para estacionar camiones en las proximidades de los lugares de votación para deportar a los mexicanos carentes de documentos que autoricen su presencia en Estados Unidos, una vez que éstos hayan emitido su voto.
Este argumento carece de sustento empírico, por el contrario, existen bases para descartar esa actitud del servicio de inmigración. Es sabido que los operativos ``tierra adentro'' del servicio de inmigración responden a otras variables, como por ejemplo, recesión en Estados Unidos o campañas electorales, y no son una respuesta a la presencia mexicana. Como lo hemos venido señalando desde hace años algunos investigadores y que alguien recordó en el coloquio, que si ese fuera el interés del servicio de inmigración, le hubiera bastado con instrumentar operativo en los conciertos-baile de grupos de música como Bronco o los Tigres del Norte o en partidos de fútbol de las chivas del Guadalajara o de la selección nacional. Cualquiera de estos eventos concentra más indocumentados que los que llegarían en una jornada electoral a una casilla o a un consulado. Ciertamente ello no implica, que no exista temor alguno por parte de los posible electores.
En una encuesta que aplicó El Colegio de la Frontera Norte como parte de los trabajos de la comisión de especialistas que nombró el IFE, cerca del 70% de los entrevistados manifestaron temor por posible operativos del servicio de inmigración, y no dudo que ello incremente la tasa de abstencionismo, sin embargo, argumentar en contra de la mencionada participación por las posibles reacciones de los agentes inmigrantes, no es un ejercicio objetivo.
Ha habido algunas otras reacciones en la sociedad norteamericana al respecto, de ellas, me parece relevante retomar aquella que se refiere a la opinión de los mexicanos en Estados Unidos, expresada por algunos organismos que los agrupan, sobre que esta participación sea un ``clamor'' de los migrantes, aclaro que personalmente no comparto dicha opinión. En síntesis, desde mi punto de vista, distingo esencialmente dos posiciones. La primera de ellas corresponde a los organismos que pugnan por ampliar los espacios de participación de los mexicanos en Estados Unidos, y que ven como un riesgo impulsar la participación electoral en elecciones mexicanas, toda vez que ello diminuiría la participación electoral en elecciones mexicanas, toda vez que ello disminuiría la participación en elecciones estadounidenses. Esto, pudiera provocar actitudes antimexicanas bajo el pretexto de que, como lo han sostenido algunos sectores de la sociedad norteamericana: ``los mexicanos no se asimilan a Estados Unidos'', la mejor prueba de ello sería -según ellos- el interés por seguir participando en México. Algunos de estos grupos encuentran una contradicción operativa entre propiciar la multicitada participación y la llamada ley de doble nacionalidad que favorecería la naturalización de mexicanos en Estados Unidos. La segunda posición sostiene que por el contrario, esta participación fortalecería los vínculos con México. De cualquier forma, es importante aclarar que estas posiciones reflejan, desde diferentes perspectivas, una actitud pro-mexicana, y que en estas condiciones podríamos esperar cualquier barbaridad de las posiciones anti-mexicanas, entre ellas se pudiera, incluir una actitud exagerada de una supuesta invasión de la soberanía. Estas posiciones son muy comunes entre nuestros vecinos.