La Jornada 28 de diciembre de 1998

Este lunes serían consignados los dos huicholes acusados del crimen

De Público, especial para La Jornada Ť Los huicholes Juan Chivarra de la Cruz y Miguel Hernández de la Cruz, confesos del asesinato del periodista estadunidense Philip True, podrían ser consignados hoy, informaron fuentes de la fiscalía de homicidios intencionales de la Procuraduría de Justicia de Jalisco.

Ambos serían puestos a disposición del juez de lo criminal en turno, acusados de homicidio y robo calificados, pues existen los elementos para la tipificación de ambos delitos.

La fiscalía confirmó también que existe coincidencia de los inculpados en admitir su participación en el crimen, luego de que robaron algunas pertenencias al periodista, y envió un oficio al Instituto Nacional Indigenista para que tome conocimiento del hecho. La procuraduría invitó al instituto a designar un abogado para los acusados. Hasta el cierre de esta edición el oficio no había sido respondido.

Según la investigación de la procuraduría de Jalisco, los acusados aceptaron haber estrangulado al reportero para robarlo y ``vengarse'' porque les tomó fotografías sin su consentimiento.

En la detención participaron elementos del Ejército Mexicano y de la Procuraduría General de la República, quienes recuperaron equipo fotográfico, ropa y otros artículos de True.

Los detenidos son originarios y vecinos de Amoltita de San Juan Sebastián Tepenahuaxtlán, en Mezquitic. Su captura se concretó el viernes y a partir de ese momento fueron sometidos a largos interrogatorios en la sierra, y señalaron el lugar donde habían ocultado el resultado del robo.

Agentes investigadores fueron a Amoltita en helicópteros del Ejército y regresaron la mañana del domingo con los detenidos una vez que tuvieron en su poder los objetos robados al periodista. Los agentes judiciales dijeron que los acusados tenían dos pasaportes del reportero.

Después del homicidio los huicholes habrían arrastrado el cuerpo de True hasta un río donde lo enterraron, tarea que les habría llevado más de ocho horas, según la confesión que dicen tener en sus manos los investigadores.