Iván Restrepo
Al fin, buenas noticias

Como un hecho sin precedente se califica el acuerdo que ayer tomó el gobierno federal en el sentido de no alentar más el turismo internacional en la costa de Quintana Roo. Según dijo el presidente Zedillo, en la reunión convocada para analizar lo que está pasando en esa región del país, es necesario impedir un mayor deterioro y que siga aumentando el distanciamiento social entre grupos de población, pues con ello se pone en peligro la base material de las futuras generaciones. Hoy, agregó, tanto en Cancún como en la Ribera maya (que va desde esa ciudad hasta Tulum) son inocultables los daños al medio, el uso irracional de recursos naturales y la pobreza de miles de compatriotas.

Por su parte, el secretario de Turismo sostuvo que la Ribera maya cuenta ya con 8 mil cuartos de hotel que, sumados a los 23 mil de Cancún, convierten a Quintana Roo en el polo turístico por excelencia, pero en el cual está ausente el aunténtico desarrollo; la proliferación de hoteles y servicios conexos no va acompañada en ningún caso de la infraestructura urbana que permita una vida digna a los miles que migraron a esa región en busca de trabajo. De ahora en adelante, el objetivo gubernamental será lograr el crecimiento sin deterioro y aumentar la calidad de vida de la población.

Otra buena noticia que hoy publican los diarios es el compromiso del gobernador de Veracruz, Miguel Alemán, de limpiar los ríos de la entidad. Anunció en la cena de navidad, que en un año el Coatzacoalcos dejará de ser uno de los ríos más contaminados del planeta debido a los desechos de la industria petrolera y petroquímica y a las aguas negras. En cuanto al río Blanco, Alemán dijo que será hasta el 2000 cuando se concluya su limpieza, prometida desde hace lustros por el sector público.

Nunca se sabrá si el ejemplo veracruzano caló tan hondo en el nuevo gobernador de Oaxaca José Murat, que lo llevó a prometer algo insólito, según los expertos: durante su mandato, la fiesta de la Guelaguetza, que tradicionalmente se celebra los dos últimos lunes de julio, no será más para lucimiento del mandatario en turno ni una sangría para el erario, es decir, para los ciudadanos. A partir del año próximo los recursos se orientarán a limpiar los principales ríos de la entidad: primero, el Atoyac, que cruza la capital y es hoy basurero de industrias y pueblos; luego, el Papaloapan, tanto el ingenio López Mateos como la Papelera Tuxtepec tienen hasta el 21 de marzo próximo para modernizar sus plantas para que ya no tiren sus desechos al citado río. La tarea de supervisar que ya no haya gastos suntuarios ni contratistas sexenales en la recuperación de cuencas, será responsabilidad del patronato y la fundación que presiden los pintores Francisco Toledo y Rodolfo Morales.

Sorprende hoy también otra noticia: dejando a un lado el tratamiento concienzudo de los temas económicos al que nos tiene acostumbrados el titular de la Secretaría de Salud, Juan Ramón de la Fuente, se ocupó el sábado de los asuntos que atañen a la dependencia a su cargo y reveló que, finalmente, las madres yaquis -y sus hijos- no llevan más en su organismo diversos plaguicidas. Como se sabe, en estudios realizados en varias poblaciones de los distritos de riego de Sonora se constató la presencia de hasta nueve compuestos químicos diferentes en el organismo de mujeres indígenas. Sus hijos recién nacidos tenían más. La causa: la aplicación indiscriminada y sin los cuidados mínimos de sustancias químicas para combatir las plagas agrícolas. Se cree que ese problema ya no afecta tampoco a miles de jornaleros golondrinos (los que van de un lado a otro en busca de empleo), gracias a la decidida intervención de varias dependencias gubernamentales.

Y perdida en páginas interiores, hay otra buena nueva: por primera vez en el siglo, México logró contrarrestar la pérdida de áreas forestales. Si se talan cada año 600 mil hectáreas de bosques y selvas, en 1998 se cubrieron con árboles un millón de hectáreas. La reforestación se hizo con la participación de las comunidades rurales, que recibirán recursos suficientes para sus actividades agrícolas de tal forma que ya no se destruirá más el bosque por pobreza. Cabe agregar que la secretaria Carabias logró que la Cámara de Diputados, previo acuerdo con el titular de Hacienda, aumente el presupuesto para la conservación de los recursos naturales y los programas de desarrollo sustentable.

Estará de acuerdo el lector en que las noticias anteriores son alentadoras. Lástima que nos enteremos de ellas este día de los Santos Inocentes.