La Jornada 28 de diciembre de 1998

Seis gobernadores cobijaron a Amado Carrillo, según testigos protegidos

Juan Manuel Venegas y Roberto Garduño /II y última Ť Retirado, el ex director de la Policía Judicial Federal (PJF), Adrián Carrera Fuentes, se dedicó a la venta de azulejo y todavía buscó a Amado Carrillo Fuentes para pedirle 500 mil dólares prestados e invertirlos en una fábrica de materiales de decoración de interiores. Eso fue a mediados de 1996; entonces Carrera volvió a entrar en contacto con el Señor de los cielos, quien por esas fechas ``negociaba'' con el Ejército Mexicano un posible acuerdo. Así lo cuenta el ex jefe policiaco:

``Vi a Carrillo Fuentes en una casa de Cuernavaca, Morelos; es una casa grandísima, se entra por una calle empedrada, en el interior la casa tiene varias salas, una alberca muy grande... Allí me encontré a Amado Carrillo, quien luego de escucharme me indicó que estaba negociado con los militares para llegar a un arreglo y poder andar libremente en el país, a cambio de una cantidad determinada de dinero que él les entregaría. Quería que yo estuviera presente en alguna de las pláticas que sostuviera con esos generales con los que negociaba, con el fin de que emitiera opinión sobre el acuerdo al que llegara.

``No acepté la petición de Carrillo... Aquella vez lo vi una media hora. Esa fue la última vez que vi a Amado...''

Los testimonios de los testigos protegidos refieren las andanzas de Amado Carrillo; sus contactos con ``los generales'' del Ejército para negociar su estancia en el país; de la amistad y protección que le brindaron los gobernadores de Sonora, Morelos, Chihuahua, Quintana Roo, Campeche y Yucatán; de sus intentos por comprar el estadio de futbol La Corregidora, de Querétaro, y el amor que le profesaba a la cantante regiomontana Gloria Trevi.

La amistad de los gobernadores

En su testimonio, rendido el 25 de marzo de 1997, el joyero José Tomás Colsa McGregor advierte que en 1982, debido a su actividad en el comercio de joyas, conoció a personas que ``poco a poco'' se enteró que estaban involucradas en el narcotráfico. Todo comenzó cuando hizo contacto con Gabino Uzueta Zamora o Sergio Sánchez Ramos, medio hermano de Manuel Salcido Uzueta, El Cochiloco.

Relató que fue Uzueta Zamora quien lo presentó con personajes como Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca Carrillo, Miguel Angel Félix Gallardo, Rafael Aguilar Guajardo, Héctor Luis El Güero Palma y Joaquín El Chapo Guzmán Loera.

Todo fue a principios de la década de los 80; entonces los principales narcotraficantes radicaban en la ciudad de Guadalajara. ``Me fui percatando de que todos ellos recibían protección de la Judicial Federal y que trataban con comandantes como Guillermo González Calderoni, Adolfo Mondrágón Aguirre, Miguel Silva Caballero -El Chico changote-, Salvador Peralta Pérez y Fernando Ramírez, éste comandante de la Policía Federal de Caminos''.

Fue precisamente este último el que presentó al joyero con Amado Carrillo Fuentes, con quien estableció una amistad y relación de trabajo que se prolongó hasta 1996. Colsa McGregor mencionó, cronológicamente, todas las vivencias que pasó con sus amigos los narcos, que le llegaron a comprar lotes de joyas en precios de entre 300 mil y 3 millones de dólares; de cómo colaboró con ellos en diversas acciones para el traslado de cocaína Colombia-México-Estados Unidos, y cómo fue a parar a prisión a principios de 1994, ``por una trampa'' que le tendieron los comandantes Víctor Manuel Patiño Esquivel, director operativo de la PJF, y Javier Gómez, a disgusto porque no les había dado dinero.

Rencuentro

Tras pasar casi nueve meses en una prisión de Zapopan, Jalisco, en septiembre de 1994 salió y buscó a Carrillo Fuentes. ``Logré contactarlo por medio de su hermana Martha, la cual me indicó que Amado se encontraba en Cuernavaca. Me dio su número telefónico y me puse de acuerdo con él, mandándome su avión particular para que me recogiera en el aeropuerto de Guadalajara y me trasladara a Cuernavaca junto con mi familia.

``En el aeropuerto de Cuernavaca fuimos recogidos por pistoleros de Amado, los cuales nos trasladaron a su rancho La Luz, en el municipio de Tecatitla. Nos recibió la esposa de Amado, Sonia, un niño de aproximadamente un año y una niña de 13, así como el cuñado de Amado, de nombre Javier. Estábamos escoltados por unas 50 personas, entre éstas personal de la PJF... Le pedí ayuda y apoyo económico, pues mi situación era muy grave, y me dio 50 mil dólares, los cuales yo le pagaría con joyas una vez que me recuperara. Allí estaban Patiño Esquivel y el comandante Gómez, colaboradores de Amado con los que ya no quise tener problemas.

``Me pude percatar que en esa ocasión el gobernador de Morelos, Jorge Carrillo Olea, iba llegando por la puerta principal, en un Grand Marquis negro, de modelo reciente, acompañado por cuatro patrullas del estado; se bajó de su vehículo y le dio un saludo afectuoso y un abrazo a Carrillo Fuentes. Cuando el gobernador llegó, Amado ordenó que me retirara inmediatamente... De regreso a Guadalajara, otra vez en el avión de Amado, mis acompañantes me informaron del atentado de que había sido víctima Amado Carrillo el 24 de diciembre de 1993 en el restaurante Bali-Hai, y me enteré también de que para salir de ese problema los amigos de Amado recurrieron a Pablo Chapa Bezanilla (en ese año el ex fiscal de los casos Colosio y Ruiz Massieu se desempeñaba como funcionario de la Procuraduría capitalina)''.

Tras su rencuentro con el Señor de los cielos, Colsa McGregor ya no se le separó, acompañándolo -siempre según su declaración ante el Ministerio Público federal- ``en diversas reuniones que tuvo Amado con el señor Javier García Morales, hijo de Javier García Paniagua, al que yo conocí muy bien por mi actividad de joyero, pues él también me llegó a comprar importantes lotes de joyas. En algunas reuniones también estuvieron con Amado Carrillo Fuentes el general (Arturo) Acosta Chaparro, el general Quiroz Hermosillo y otras personas. En todas esas reuniones el fin era tocar puntos de actividades del narcotráfico, tales como la bajada de aviones y entrega de cocaína...''

Luego el joyero explica el organigrama de la organización que dirigió el Señor de los cielos hasta su muerte, y del papel de administrador y prestanombres que realiza Eduardo González Quirarte, quien también se encarga de las relaciones públicas y de establecer contacto con los empresarios locales. Dice que la familia de Amado intercambia su residencia en los estados de Jalisco, Sinaloa, Sonora, Coahuila y Chihuahua.

Aseguró ante el Ministerio Público que le consta que Amado Carrillo tenía amistad ``con varios gobernadores que también le brindaban protección; además de Jorge Carrillo Olea, que como lo manifesté anteriormente lo vi en el rancho de Morelos denominado La Luz; además me encuentro enterado por comentarios de gente que está en el medio del narcotráfico, así como por el mismo Amado Carrillo Fuentes, que tiene relaciones y le brindan protección los gobernadores actuales -el testimonio fue rendido el 25 de marzo de 1997- de Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Sonora y Chihuahua''.

Incluso el declarante aseguró que el Señor de los cielos le llegó a comentar que ``el gobernador panista de apellido Barrio -Francisco Barrio, ex gobernador panista de Chihuahua- ya había abusado en pedirle fuertes cantidades de dinero, por lo que Amado ya estaba molesto...''

Su amor por Gloria Trevi

Colsa McGregor relató también que el 14 de febrero de 1996 se encontró con Carrillo Fuentes en la ciudad de Monterrey. El Señor de los cielos estaba aquel día hospedado en la suite presidencial del hotel Crown Plaza. Permaneció con él pocos minutos, pues estaba recibiendo a muchísimas personas.

También se enteró de que Carrillo no tenía tiempo, pues ese día ``iba a entrevistarse con la artista Gloria Trevi, y como Amado ya me había comentado que se encontraba sumamente enamorado de ella, me retiré del lugar''.

Quiso tener su estadio de futbol

Carrillo Fuentes también estuvo tentado a comprar el estadio de futbol La Corregidora, de Querétaro -subsede del mundial México 86-. Y fue tanto su interés que mandó a su tío Donaciano Carrillo para conocer las condiciones en que el gobierno del estado pretendía vender el inmueble deportivo.

La familia Carrillo Fuentes hizo contacto con Gerardo Fernández, de la empresa Concretos Presurizados, para que éste sirviera como prestanombre en la operación de compra-venta de La Corregidora. Este (el prestanombre) serviría también para invertir en otros inmuebles en esa entidad. El testigo protegido refirió entonces que el jefe del cártel de Juárez veía como una gran oportunidad ese estadio, pues ``el tío Donaciano me informó que Amado era muy amigo del candidato a la gubernatura de Querétaro, de nombre Fernando Ortiz Arana, y que había muchas posibilidades de que fuera gobernador''.

La compra de La Corregidora se cayó, sin embargo, una vez que se desató el escándalo por la detención del general Jesús Gutiérrez Rebollo, declaró Colsa McGregor.