La Jornada 29 de diciembre de 1998

Denuncian abierto hostigamiento de grupos armados priístas contra caficultores en Chenalhó

Hermann Bellinghausen, enviado, Polhó, Chis., 28 de diciembre Ť La actividad de los paramilitares se ha reanudado abiertamente en las comunidades, los cafetales y los caminos de Chenalhó. La finalidad inmediata: impedir que los autónomos, sean Abejas o zapatistas, cosechen estos días su café. La finalidad propiamente dicha: reinstaurar las amenazas y el temor entre los miles de desplazados y no desplazados que pertenecen al municipio autónomo.

Según el vocero de este municipio, que recibe a los periodistas, ``los paramilitares quieren provocar problemas''. Los paramilitares priístas andan atacando y hostigando a los cafeticultores, y esta mañana les mandaron decir que ``iban a hacer otra vez como hicieron en Acteal''.

A la vez, el patrullaje y el tránsito de vehículos del Ejército y la Seguridad Pública, precisamente entre Acteal y Polhó, se han incrementado considerablemente. ``Pasan cada cinco o diez minutos'', nos habían dicho unos jóvenes en las afueras de esta comunidad.

Durante tres horas, este enviado lo pudo constatar. De ida y venida, camiones y vehículos Hummer trasladaban tropas continuamente, a veces gritando obscenidades a las mujeres que resguardan sentadas el acceso a la comunidad. Esta mañana descendió un helicóptero militar aquí al lado, en el barrio de Majomut.

La actividad militar y policiaca se incrementó, según los campesinos, desde el día 22, al cumplirse un año de la matanza de Acteal. Podrá ser coincidencia, pero también estos días los priístas identificados como paramilitares comenzaron una ofensiva, hasta ahora sólo verbal, bajo el pretexto de una disputa por la cosecha del café.

Acompañado por varios campesinos que traen denuncias al respecto, el vocero del municipio autónomo afirma:

``Los paramilitares se están reorganizando porque piensan cortar el café de nosotros y no nos dejan pasar a nuestros terrenos. En Tzanembolom ya empezaron a robarse nuestra cosecha, apoyados por la Seguridad Pública y los soldados del Ejército federal, que les hacen guardia mientras los priístas cortan nuestras matitas.''

La situación se repite en todas las comunidades donde las Abejas y los zapatistas fueron expulsados. ``Nadie puede ir a su terreno'', agrega.

``En Yaxjemel, los paramilitares dicen que no van a dejar cortar sus cafetales a los compañeros desplazados.''

Y en torno a los reporteros, distintos hombres van enumerando las comunidades donde, según los priístas, los desplazados no podrán recoger su cosecha del aromático, que debe efectuarse en estos días en X'cumumal, Chimix, Bajoveltic, Pechiquil, Tzajalcum, Yibeljoj, Los Chorros, La Esperanza, Majomut, Aurora Chica y Canholal. En Yaxjemel, los paramilitares se presentaron armados ayer.

``Quieren provocar otro Acteal''

Esta mañana hubo incluso un incidente aquí mismo, en las afueras de Polhó.

``Salimos a trabajar ocho compañeros desplazados y yo, de temprano'', relata Agustín, un joven campesino de aquí. ``Chaporrié mi cafetal y los otros compañeros bajaron a limpiar nuestra milpa''.

A las 8 de la mañana, agrega, ``estaba yo, con otro compañero nomás, y entraron al cafetal tres priístas y nos empezaron a decir que no quieren que trabajemos allí.

``Estaban vestidos con gorro militar y chunchera de los soldados. Traían sus machetes, y uno, Alejandro Hernández Pérez, me tiró un machetazo y me dijo: Respondé'', dice Agustín.

``Con un palito que yo traía lo quité su machete y sus gorros. Yo traía machete, pero no lo agarré, no quería machetiar al priísta'', prosigue, y muestra dos gorras verde olivo, dos machetes y un bolso militar de los que se llevan al cinto.

Esto sucedió en las inmediaciones del Campamento 2 de desplazados, cerca de la casa del atacante.

``El señor que me machetió me quiere quitar el terreno'', comenta Agustín. ``Allí con él iban sus dos hijos, y a unos 100 metros lo respaldaban seis de sus compañeros'', entre quienes identificó también a Sebastián, Fernando y Javier Pérez Hernández.

Entonces fue que el señor Alejandro le dijo a Agustín ``que quieren hacer otra vez como le hicieron en Acteal''.

Y otro de los campesinos aventura: ``A lo mejor puede haber participado en ese ataque del año pasado''.

Vuelve a intervenir el vocero del municipio autónomo: ``Eso quiere decir que quieren provocar el problema''.

Se acercan otros indígenas y testimonian sus respectivas experiencias, aprovechando que hay quien tome nota. Un hombre más cuenta: ``En la colonia Yaxjemel, los del Campamento 8 quieren ir a ver sus cafetales, y los priístas salieron allá y no los dejaron pasar.

Uno de los desplazados estaba limpiando su café y lo rodearon los priístas y lo acusaron de que estaba robando. Lo tomaron fotos y lo amenazaron''.

También en Yaxjemel, un desplazado de Las Abejas fue interceptado por paramilitares armados, ``y con el pretexto de que le preguntaron si era su café, también le tomaron foto''.

Otro hombre más dice en tzotzil, y nos traducen: ``Andan armados los paramilitares en esas comunidades, y nos están esperando allá''.

Agustín retoma la palabra y cuenta que ya fue hostigado por los paramilitares en tres ocasiones anteriores: el 8 y el 29 de mayo, y el 15 de noviembre pasados, cuando se le presentaron en su cafetal seis priístas ``con 10 federales que nos apuntaban sus armas de fuego''.

Un joven, que hasta el momento guardaba silencio, dice para terminar:

``Los paramilitares siempre andan con los soldados y la Seguridad Pública, que los llevan y los traen del cuartel de Majomut, donde comen y se pasean juntos, y hasta algunos, cuando pasan aquí, dan puteadas y mentadas de madre a las compañeras mujeres del cinturón.''