Severos recortes al gasto social y de inversión en el Presupuesto de Egresos
Mireya Cuéllar y Ciro Pérez Silva Ť Cuando a las siete de la mañana con 43 minutos del jueves 31 de diciembre -16 horas con 17 minutos antes de que venciera el plazo legal para aprobar el presupuesto- los diputados se sacudieron el sueño y la modorra, batiendo palmas porque el país ``¡tiene gasto!'', nadie tenía ganas de reparar en el Programa de Austeridad Presupuestaria, que es en realidad el Presupuesto de Egresos para 1999, aprobado por ``la coalición PAN-PRI'' -diría el diputado Pablo Gómez- en San Lázaro.
De un plumazo, a fin de ajustar el recorte de 14 mil 200 millones de pesos al gasto que exigió el PAN al PRI para dar el sí, los diputados no sólo le quitaron 4 mil 833.7 millones a las distintas secretarías de Estado y a la Presidencia, sino 6 mil 674.2 millones a organismos y empresas descentralizadas. Con ello, mil 693 millones 820 mil pesos a ``la reserva'' del régimen de jubilados y pensionados de los trabajadores del IMSS; 2 mil 638 millones 680 mil pesos al programa de inversión de la Comisión Federal de Electricidad; mil 921 millones 720 mil pesos al programa de inversión de Pemex; 97 millones 280 mil pesos al ISSSTE, y 261 millones 200 mil pesos al casi liquidado Ferronales.
-¿Habrá despido de personal en la burocracia?
-Seguramente -responde con parquedad la priísta Laura Alicia Garza Galindo.
``Santiago Levy está trabajando para atemperar el golpe'', dice mientras va y viene por los pasillos a la espera ``del último dictamen'' que en uno de los salones de San Lázaro afinan Santiago Levy, Ismael Gómez Gordillo y un grupo de panistas y priístas.
Las reducciones al gasto social
Es una madrugada muy fría. A las dos de la mañana terminó el debate de la Ley de Ingresos, miscelánea fiscal y Ley de Coordinación Fiscal, pero fue necesario un receso, porque el dictamen de presupuesto ``se atoró de última hora''.
``Se van a compactar algunas delegaciones de la SEP'', confía otro priísta, y recuerda que a la Secretaría de Educación Pública le van a quitar 183 millones 360 mil pesos de ``gastos de administración''.
-¿No que no había recortes al gasto social?
-Eso yo no sé -comenta para no comprometerse.
En relación con la SEP, el dictamen aprobado dice: ``Deberá compactar al máximo todas las delegaciones de los diferentes niveles y modalidades educativas que mantiene en los estados, buscando que las representaciones de la secretaría incorporen esas funciones. Esta acción vendría a liberar recursos para reasignarlos a otras áreas y programas educativos''.
También le obliga a revisar la ``eficiencia'' en los casos particulares de las escuelas normales y de la Universidad Pedagógica Nacional, y a ``impulsar el establecimiento de un solo sistema de educación básica en cada entidad federativa''.
Además de los mil 693 millones 820 mil pesos que se recortan al gasto del IMSS -específicamente al régimen de jubilados- y los 97 millones del ISSSTE, a la Secretaría de Salud también le quitaron 66 millones 67 mil pesos. ``Si sumas todo -dice el perredista Alfonso Ramírez Cuéllar- más de 10 por ciento del ajuste al `gasto primario' del gobierno para este año (10 mil 670.4 millones de pesos) será en el sector salud''.
La reducción del gasto neto total del presupuesto -señala el dictamen- es ``una medida responsable, necesaria y congruente con la caída de los ingresos derivados de los bajos precios internacionales del petróleo''.
El Programa de Austeridad Presupuestaría que el gobierno aplicará por un monto total de 8 mil 209.7 millones de pesos, no sólo incluirá reducción en gastos de gasolina, alimentos, utensilios, asesorías, viáticos y servicios de información y difusión, sino que afectará los programas de inversión en organismos como Pemex y CFE, y se ``comerá'' las reservas de los jubilados del IMSS.
Y como había que recortar más, se le redujo el presupuesto también al Instituto Federal Electoral en 400 millones de pesos; al Poder Judicial en 580 millones; al Poder Legislativo en 60 millones: a la Cámara de Diputados en 40 millones, y 20 al Senado.
Con el IFE el dictamen aprobado es particularmente puntilloso: la estructura administrativa central tendrá que reducir al ``mínimo indispensable'' la contratación de personal por honorarios, tendrá que sujetarse a la plantilla de personal de planta vigente al 30 de noviembre pasado y no podrá crear nuevas plazas.
Ello, según para no gravar el teléfono y entregarle 3 mil 138.2 millones de pesos netos más a los municipios del país, vía el Fondo de Fortalecimiento Municipal. Este fue un punto de conflicto entre PRI y PAN. El año pasado el tricolor se comprometió a que la recaudación participable a los municipios aumentaría de 1.5 a 2.5 este año. Fue de los aspectos por el cual logró entonces el sí del PAN al programa económico en turno. Como los ingresos petroleros cayeron, el PRI pretendió olvidar su palabra. Pero el blanquiazul no lo dejó, si bien no se les entregará a los municipios el 2.5 por ciento que pretendía el PAN, si 2.35 por ciento de lo recaudado.
Fue precisamente de este fondo del cual se excluyó al Distrito Federal, que siempre recibió recursos. De paso, también se le ajustaron los ingresos que tendría, vía los siguientes fondos: de Aportaciones para Infraestructura Social, de Aportaciones Múltiples y de Aportaciones para la Seguridad Pública. Todos ellos se vieron afectados al acotarse la capacidad impositiva del Ejecutivo (se reparten en función de lo recaudado por la Federación). Así, del único fondo que pudo recibir más recursos, la ciudad de México fue excluida.
Aunque en la tribuna lo negaron, PRI y PAN no tuvieron empacho en manifestar por los pasillos que los recortes al Distrito Federal fueron para ``detener la campaña'' de Cuauhtémoc Cárdenas a la Presidencia de la República.
El enfado de Jiménez Remus
La disminución al presupuesto de los senadores fue precisamente el detalle que frenó de tajo el galope de los diputados hacia la aprobación del paquete económico del año. La negociación ingresos y egresos es por necesidad paralela, así que cuando los diputados aprobaron en unas cuantas horas la primera parte del paquete todos creían que la segunda saldría de inmediato.
Pero no. Gabriel Jiménez Remus, el coordinador de los senadores panistas, se enteró ya muy entrada la noche del miércoles que al Legislativo le quitarían 220 mil millones de pesos -mitad al Senado y otro tanto a los diputados- y casi se levanta en armas. Detuvo los trabajos, presionó a Carlos Medina Plascencia y obligó a la Comisión de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública a permanecer en vigilia -en el salón Protocolo daban casi las 4:30 de la madrugada cuando se le encontró nuevamente la cuadratura al círculo-, mientras en la oficina de al lado los funcionarios de Hacienda rehacían las cuentas.
Eran ya tantas horas esperando el dictamen -el receso para resolver el último encuentro se había decretado a la 1:30 de la madrugada- que algunos diputados contaban chistes, otros dormitaban y los más pasaban, uno tras otro, sorbos de café para ausentar el sueño. Pablo Gómez se quejaba -con ironía- de que Ismael Gómez Gordillo, el procurador fiscal de la Federación que ha negociado con los diputados, desde el Fobaproa hasta el paquete económico, presidió todas las sesiones de la Comisión de Hacienda junto al priísta Angel Aceves Saucedo.
-¿Donde está tu botón de diputado (un distintivo que entrega cada Legislatura)? -le preguntó Gómez en tono provocador una de tantas ocasiones.
-Estoy esperando que me lo den honoris causa -fue la respuesta.
¿Qué, el diputado Levy no está funcionando?
Cuando a las 4:30 de la madrugada entró Fidel Herrera -que este periodo fue ajonjolí de todos los moles- al salón Protocolo con el dictamen bajo el brazo, se topó en la puerta con los perredistas, quienes burlones le soltaron: ``Es la coalición más inoperante que conocemos. ¿Mira nada más qué hora es? ¡Y no tienen acuerdo! ¿qué, el diputado Levy no está funcionando?
Pero ya había acuerdo. Lástima por el Fondo de Desastres Naturales (el cual en adelante se le podría agregar a su nombre y políticos de última hora). En cuatro horas perdió 160 millones de pesos. Y es que como había que complacer a don Gabriel Jiménez Remus, el recorte original para el fondo, que era de 200 millones, se tuvo que volver de 360 para dar la diferencia al Poder Legislativo, y en lugar de ajustar a este último en 220 millones -como se previó- quitarle tan sólo 60.
La historia misma del presupuesto: quitarle a unos para satisfacer a otros.
Los integrantes de la Comisión de Programación lo único que querían es que ya todo terminara, por eso muchos aceptaron que la reunión se desarrollara sin que se les entregara una copia del dictamen que habían elaborado PAN y PRI.
-¡No dan (copia), porque nos podemos enterar! -se burlaba Dolores Padierna.
El dictamen del PRD -al que se sumaron los partidos Verde Ecologista de México y del Trabajo- circulaba profusamente y eso generó confusión, porque algunos priístas se sorprendieron al conocerlo. ``¿Dónde está el bueno?'', preguntaban.
Vinieron los cuestionamientos al documento elaborado fuera de San lázaro. El priísta Guillermo Barnes hizo la defensa del documento que no fue elaborado ``viviendo en la fantasía'' de que no existe Fobaproa. ``No es hora de bromas'', se escuchó en el salón.
No era broma. Se hicieron muchos malabarismos para tapar los ``hoyos'' del presupuesto que en momentos parecieron ``cavernas'', pero nunca se pensó siquiera en reducir lo destinado al costo financiero de la deuda. Los 18 mil millones de pesos programados para el Fondo Bancario de Protección al Ahorro no se movieron, más que de rubro. En otros años los recursos del Fobaproa salieron del ramo general 29, Erogaciones para las Operaciones y Programas de Saneamiento Financiero, y ahora fueron reasignados para crear un ramo general 34 que se denomina Erogaciones para los Programas de Apoyo a Ahorradores y Deudores de la Banca.
Los ramos generales 24 -Deuda Pública- y 29 -Erogaciones para las Operaciones y Programas de Saneamiento Financiero- corresponden a las erogaciones previstas para los pagos correspondientes al costo financiero de la deuda del gobierno federal y las derivadas de operaciones y programas de saneamiento financiero, respectivamente, las cuales en el año de 1999 suman 140 mil 309 millones 142 mil 661 pesos pesos, informa el dictamen.
Al Programa de Apoyo a Deudores, que el gobierno anunció recientemente, se le destinan 4 mil 195 millones 103 mil 990 pesos.
El dictamen contiene también muchos candados para que los mandos altos de las dependencias gubernamentales no puedan aumentarse salarios o contratar asesorías, y restringe la creación de nuevas plazas, dice orgulloso el panista Gerardo Buganza. Textualmente establece que ``el titular del Poder Ejecutivo -el Presidente de la República- no podrá recibir ningún tipo de estímulos económicos''.
En la Comisión de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública el dictamen del binomio PRI-PAN se aprobó por 20 votos a favor y nueve en contra. Se corrió el trámite de votar también el dictamen del PRD, desechado por los mismos 20 votos.
Ciro Pérez y Mireya Cuéllar Ť Con el voto mayoritario del PRI y del PAN la Cámara de Diputados aprobó el Presupuesto de Egresos para 1999 en medio de severas críticas de perredistas, petistas y pevemistas que cuestionaron la mala distribución de los recortes para justificar la falta de ingresos del gobierno que afectará el gasto social, y que no evita que México continúe en el camino de la recesión propiciada por las malas administraciones de gobiernos priístas.
``La coalición del PRI y el PAN y el liderazgo que sobre ellos ejerce el Presidente de la República, serán los responsables de las consecuencias económicas y sociales que tengan lugar el próximo año'', acusaron.
La horas sin sueño
La larga sesión, que inició la tarde del miércoles, tuvo en su primer momento la aprobación del paquete fiscal que fue enviado al Senado para los trámites constitucionales, a la que siguió un largo receso para que la madrugada del miércoles se presentara al pleno el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal de 1999, ante diputados somnolientos que con dificultad siguieron un debate de mero trámite, toda vez que se había hecho público ya el acuerdo PRI-PAN para aprobar este documento.
A las 5:28 horas de la mañana, el primero en fijar su posición fue el coordinador del Partido Verde, Jorge Emilio González Martínez, quien sostuvo que 1998 será una referencia negativa en la historia económica del país, no sólo por el Fobaproa sino también por el presupuesto que se aprobaría.
Consideró que votar a favor del proyecto significa asegurar una mayor desigualdad para los siguientes doce meses debido a la ineficiencia del gobierno, ``que se dedicó todo un año a poner a salvo a los banqueros y al Fobaproa y no realizó el menor esfuerzo para mejorar nuestro sistema fiscal pretendiendo recurrir al alza de impuestos''.
Por el lado del partido del Trabajo, Mercedes Maciel Ortiz, aseveró que ``la alianza espuria entre el PRI y el PAN'' dio como resultado, primero, una magra Ley de Ingresos, las más austera de los últimos 20 años, y su contrapartida expresada en el Presupuesto de Egresos, que no permite al Ejecutivo satisfacer los requerimientos más elementales a que está obligado a garantizar por mandato de ley.
``El Partido del Trabajo denuncia públicamente al gobierno, al PRI y al PAN por no considerar otras propuestas que las suyas propias, porque les interesaba más sacar adelante la misma línea de alianzas que han mostrado en torno al Fobaproa y con ello fortalecer su alianza para arribar al año 2000, y lograr su más cara ambición, que es la de seguir manteniendo el poder y los privilegios que beneficien a su base social hegemónica, que es la oligarquía en alianza con el capital financiero''.
El paro para los panistas
Estas primeras intervenciones no lograron sacar de su letargo a los diputados. Quienes estaban en mejores condiciones, por haber conseguido dormir un poco antes de reiniciarse la sesión en la madrugada del jueves, se deseaban parabienes y festejaban ya, aunque sin mucho entusiasmo, la aprobación del documento a debate.
No fue sino hasta que el panista Roberto Ramírez Villarreal ocupó la tribuna y demandó congruencia de petistas y perredistas. ``Seguimos esperando que se les quiten esas telarañas de la cabeza, que entiendan que el Fobaproa ya se rechazó, seguiremos esperando a que se quiten esa máscara, es muy fácil venir y decir aquí: ¡estamos en contra del proyecto neoliberal!, pero ¿qué proyecto tienen ustedes señores?, si son socialistas, si son comunistas, ¿qué son? No tienen identidad, están totalmente perdidos'', les gritaba el panista mientras los coros de ``¡gallinas!'', ``¡traidores!'', ``¡vendepatrias!'', saltaban como proyectiles de la bancada perredista hacia las curules panistas, cada vez con más huecos.
Al bajar de la tribuna, el panista fue obsequiado con una fotografía enmarcada del ex presidente Salinas de Gortari, misma que arrojó en una de las muchas curules vacías del recinto legislativo de San Lázaro.
El último esfuerzo perredista
Los ánimos empezaban a encenderse, los priístas salieron en defensa de los panistas, y cuando el presidente en turno de la mesa directiva dio la palabra al vicecoordinador perredista, Pablo Gómez Alvarez, para que fijara la posición de su partido, las puyas del Bronx acompañaron al legislador en su camino hacia la tribuna.
Gómez Alvarez empezó por recordarles que hace exactamente un año, cuando se aprobó el presupuesto del ejercicio que concluyó, muchos diputados de distintos partidos coincidieron en la situación ``tan peligrosa'' en que se encontraban las finanzas públicas por la petrolización del presupuesto, la pérdida sistemática durante muchos años de ingresos públicos y la reorientación del gasto hacia proyectos que no correspondían con las obligaciones sociales del Estado.
Les dijo, sin lograr del todo que se acallaran los gritos de los priístas que ocupan el fondo del salón de sesiones, que ese presupuesto no alcanzó a corregir la concentración del ingreso y los desequilibrios sociales, y sostuvo que el presupuesto para 1999 tampoco se encamina a rectificar esas irregularidades.
``La cobertura política para la continuidad de este proyecto económico, que va a llevar al país a una situación económica mucho más difícil en 1999, es una coalición legislativa que nos presenta hoy este proyecto de presupuesto. Esta coalición legislativa asume una responsabilidad política, esa coalición será la responsable del curso que tomará la economía y de los resultados de la gestión estatal en materia económica''.
Cuando los priístas parecían cansarse de gritar consignas en contra de Gómez Alvarez, encontraron un nuevo pretexto para gritar aún más fuerte, cuando el perredista acusó al PRI de haber intentado chantajear a su partido ofreciéndoles aprobar el endeudamiento por 7 mil 500 millones de pesos, que finalmente le fueron negados al gobierno del Distrito Federal, a cambio de aprobar el impuesto telefónico con los priístas.
Dijo que el PAN intentó la misma maniobra pero sin éxito. ``El único partido que ha venido aquí a defender una política de principios y a mantenerse firme rechazando el chantaje político es el PRD, y no ha sido fácil, pero todos en este partido supieron mantenerse firmes dando un ejemplo de lo que es la defensa de los principios y de la rectitud política'', afirmó Gómez Alvarez ayudándose con los micrófonos para hacerse escuchar por encima de una mezcla de aplausos y gritos de enojo que volvieron a llenar el salón de plenos.
Se esperaba una respuesta firme de los priístas, pero Guillermo Barnes se limitó a justificar el voto de su partido al señalar que en el presupuesto, a pesar de las severas restricciones, no afecta los programas sustantivos del gobierno federal.
Los perredistas Miguel Alonso Raya, Armando López, Alfonso Ramírez Cuéllar y el independiente Marcelo Ebrard pusieron en la mesa la necesidad de incrementar recursos a las universidades, de reorientarlos y de no dejar al campo en una situación ``tan desventajosa'' por los limitados recursos, pero no encontraron eco ni en la bancada del PRI ni en la del PAN, quienes se mostraban cada vez más inquietos y deseaban que el debate finalizara. Lo que sucedió a las 8:04 horas de la mañana, 15 horas después, una tarde, una noche y una madrugada en las que se decidió el futuro económico de México para el próximo año.