Celam: el modelo neoliberal, fábrica de excluidos en AL
José Antonio Román /I Ť La situación de alarmante pobreza e injusticia en América Latina y el Caribe hace del tema de la equidad una de las preocupaciones centrales del siglo XXI. El derrumbe del Estado de bienestar de los años ochenta y la llegada de los gobiernos neoliberales obligan a repensar las políticas sociales y el modelo económico mismo, afirma el Consejo del Episcopado Latinoamericano (Celam) en su informe provisional, en el que analiza los desafíos pastorales que la Iglesia católica enfrenta en los umbrales del tercer milenio.
Redactado con aportaciones de las 22 conferencias episcopales de la región -incluida la mexicana-, el capítulo económico se ñala que la brecha entre los ricos y los pobres se hace más grande en la medida en que las clases medias se pauperizan. La llamada movilidad social parece agotada como proceso social, ya que los pobres no cuentan con las oportunidades educativas, laborales y salariales para superar su condición.
Incluso, el Celam advierte que la creciente privatización seguida por los gobiernos latinoamericanos ha introducido una nueva categoría social: los excluidos. Si antes se distinguían entre los ricos (los que tienen más) y los pobres (los que tienen menos), la privatización significa que aquellos que no participan del sistema (salud, educación, vivienda, información, comunicación, etcétera) quedan fuera porque no pueden obtener ninguno de estos beneficios.
Considera que la calidad humana de una civilización se mide por su capacidad de integrar a todos en su proyecto que se construye sobre los valores humanos, porque el progreso es tal en cuanto se expresa en términos de mejora de la calidad de vida en la auténtica realización de todas las personas. El auténtico desarrollo es incluyente en su alcance y humanizante en su horizonte.
"Pero en este umbral de la civilización del tercer milenio es preciso preguntarse en nombre de la humanidad: ƑEn este horizonte del año 2000 están todos incluidos en el proyecto? ƑDónde van a dormir los pobres en esta naciente civilización? ƑHay cabida para todos? ƑDe qué civilización se habla si produce un éxodo y si se construye tan sólo para algunos?"
Destaca que los países de la región han entrado al escenario del libre comercio con una estructura de mercado no competitiva. Y aunque las estadísticas más recientes revelan para algunos de esos países aspectos positivos en los equilibrios macroeconómicos, no es menos cierto que las estructuras de mercado no competitivas, enfrentadas en el libre comercio internacional, hayan conducido a un debilitamiento de la producción, del volumen y la calidad del empleo y de los términos de intercambio.
"Así, es evidente que los efectos negativos que se derivan de competir con estructuras económicas débiles ha llevado a reconocer que el libre comercio no es necesariamente la política óptima", se dice en el documento del Celam, el cual está por concluirse para ser entregado a la siguiente directiva que deberá ser electa entre el 14 y el 17 de febrero próximo en La Habana, Cuba, con el propósito de elaborar, con base en éste, el Plan Pastoral 1999-2003.
Respecto al terreno político, se menciona que la transición pacífica a través de elecciones competitivas parece irreversible. En la medida en que la mayoría de los movimientos guerrilleros se incorporan a las instituciones cívicas y partidistas legales, y en que la sociedad civil se va organizando en grupos intermedios, el régimen democrático se consolida.
Sin embargo, la dependencia de los sistemas financieros y bancarios supranacionales, que son más poderosos que los Estados, hace vulnerable la estabilidad de los regímenes. Otro riesgo para la democracia es que los partidos políticos se vuelvan cada vez más dependientes del apoyo empresarial (para obtener recursos) y de los medios de comunicación social (para lograr difusión y apoyo electoral). Esta dinámica condiciona fuertemente a los partidos a la economía.
Asimismo, señala que algunas prácticas que incluyen entre otras la corrupción y la privatización de lo público, han llevado a una grave crisis de legitimidad de muchos gobiernos y, en general, al descrédito de la política como un mecanismo para guiar los sueños colectivos y hacerlos realidad. Ante este panorama aparece una fuerte corriente de pensamiento y de acción que busca relegitimar la actividad política a través de la búsqueda de transparencia en las prácticas políticas, para recuperar la confianza de los pueblos en sus gobernantes.
Al abordar el tema de los excluidos, el documento del Celam se refiere a los indígenas y a la población afroamericana. Señala que aun cuando en los discursos gubernamentales existe un creciente respeto por estos sectores sociales, en la realidad prevalece una resistencia a incluirlos en la configuración de la sociedad aceptando su diferencia. Dice que éstos, con una cultura milenaria y una enorme potencialidad de aportes espirituales a la sociedad moderna, han sido condenados a situaciones de marginación y pobreza por querer conservar su propio estilo de vida y respetar sus tradiciones.
Sin embargo, reconoce que la persona indígena y la afroamericana han crecido en la aceptación de su forma de ser, de pensar y de sentir, fortaleciendo y retomando los valores fundamentales de su propia cultura. Esta autoestima ha permitido el ingreso de ellos como tales en las organizaciones sociales, exigiendo mayor participación en la vida política. Es decir, se vive una emergencia indígena y afroamericana.
El documento del Celam subraya que la debilidad de este proceso de revalorización, en particular del indígena, reside en la proliferación de organizaciones que dificultan la posibilidad de un movimiento coordinado y cohesionado, la distancia entre la conciencia de los líderes y la de la propia población indígena, y un trabajo de profundización de la propia cultura financiado por agentes externos que imponen sus prioridades.
El documento analiza, en otro de sus apartados, la situación religiosa y eclesiástica que se vive en la región, la cual se abordará en la siguiente parte.