Firmó contrato con representaciones Apodaca


Bryndis, entre cerros potosinos;

le bajaron a los decibeles

Brindis portada Arturo Cruz Bárcenas, enviado, Cerritos, SLP Ť Miles de foquitos-luciérnagas adornan cientos de casas de esta población. Resaltan la estructura. "Es una costumbre que traen de donde van a trabajar, a Estados Unidos", dicen lugareños. Es la espesa noche de esta parte de la provincia, de este estado donde "algo pasa, porque no se siente el frío de otros años; no ves gente con sus borregotas y sus guantes. šQuién sabe qué pasa!", añaden.

En Cerritos florece la única industria que puede existir aquí: la del dólar... más un poco de comercio... y la de la música. Lo saben los integrantes del grupo Bryndis, oriundos de aquí mismo, quienes año con año, por estos días, se presentan una o más veces ante su gente. Y aprovechan para estar con su familia, a la que dejan por temporadas "porque no hay de otra; hay que trabajar".

Botudos personajes acompañan a las buenas damitas cerritenses que, en manojo, se dejan ver a eso de las nueve de la noche. Bryndis tocará a las 10, anuncian cartelones, y no les importará pagar los 60 pesos de la entrada al baile. "Un jaripeo, allá (en EU), cuesta unos 40 dólares", dice hasta con alegría un sombrerudo que saca de su abultada cartera lo necesario para los boletos de él y sus acompañantes.

El salón de baile está a la salida del pueblote. Una larga fila se deja ver y su longitud se pierde en la oscuridad. Defeños al fin, los que vemos esa procesión que busca alegría estamos sorprendidos por la tranquilidad con que caminan. "Aquí no hay inseguridad; la mayoría se conoce y se saluda", dicen de sí mismos.

El polvo trepa a sus relucientes botas, pero no alcanza a sus chamarras y texanas. Además, eso no importará. En la localidad hay un sitio de "Lavado y planchado de texanas", i'ñor.

La mayoría come en su casa. Hay uno que otro restaurantito, como el de La Posta, donde la especialidad son los mariscos. También hay uno que otro puesto de tacos, para los tacólicos defeños.

Abren el toquín Los Chaimines, también de aquí, de Cerritos, quienes se dicen admiradores, pero no imitadores, de Bryndis. "Muchos los han copiado y por eso han fracasado. Nosotros no esperamos hacer eso. Aún no grabamos nuestro primer CD, pero ya tenemos material para ello y sólo estamos esperando una oportunidad", dicen luego de haber hecho bailar a varias parejas, pocas, la verdad. ƑQué significa chaimines? Ni ellos mismos lo pueden definir, pero la etimología, por decirlo así, es producto del cotorreo callejero, del barrio donde crecieron estos chavos.

Luego de las cumbias norteñas y de varios covers, entró en escena el grupo La Revolución del Norte, de Ricardo Robles, del mero Guadalupe, Nuevo León, quienes, ya maduritos, tienen en su haber 13 discos que les han dado fama en plazas como las de Re ynosa y Zacatecas. Tocan verdaderos exitasos "de aquí para arriba", como el Pau-pau, El mudo (el mismo de La Santanera) y otras dolorosas: "Quiera Dios que esa mujer se vaya". Pues ya ha hecho mucho mal.

In crescendo: llega Bryndis... y la entrada es como de concierto de Michael Jackson, con vaporcito y altavoces que podrían dar el ancho en escenarios ya considerados clásicos. "Tienen invertida una buena lana", dice un colega. La verdad, es que Bryndis ha logrado ubicarse entre los conjuntos más importantes de su tipo y dispone de un equipo que requiere de 25 personas para su montaje.

Dos veces se presentarán ese día en el escenario de Las Peñas. Son considerados los maestros de la cumbia romántica. Varias de sus canciones han permanecido en los primeros lugares de popularidad durante varios meses y han puesto de relieve el nombre de Cerritos en el mapa nacional. Efluvios. Los cadáveres del agua de cebada yacen en el campo de batalla. Miles de latas despanzurradas, cientos de botellas secas, incólumes, sin alma. Aquí juega el agua mineral Aguas de Lourdes y Topo Chico. Pero el desmadre, aquí sí, es leve. A pesar del chupe la gente se divierte en santa paz. Los chavos hacen suya la música y bailan en grupos de seis u ocho. De la pisca a la pista, de la chamba a la pachanga. Hacia las tres de la mañana, Bryndis tocará su tema más largo de la noche: el cover Otro ocupa mi lugar, en una versión hiperpegajosa con base contrapuntística en las percusiones. Más de 10 minutos. šCuál Hey Jude!

Brinda Bryndis por el año que se va y por el que viene. Este, asegura el grupo de discos Disa, será mejor. Sobre todo porque acaban de firmar contrato con producciones Apodaca, empresa de representaciones que ahora los promoverá a la par de Límite y Caballo Dorado. Tienen todo el apoyo de Oscar Flores, quien tuvo mucho que ver con el éxito de Bronco, grupo del que ya se oye que podría regresar en este 1999.