La Jornada 4 de enero de 1999

México, ejemplo en la política de financiamiento educativo del BM

Claudia Herrera Beltrán /I Ť México aparece como país ``ejemplar'' en la aplicación de las políticas de financiamiento educativo impulsadas por el Banco Mundial (BM), organismo que, en un análisis, justifica la utilización de su estrategia en este país, donde el progreso está limitado por el nivel relativamente bajo del capital humano y la pobreza generalizada concentrada en la población indígena.

Un análisis de los proyectos educativos financiados por el BM menciona a México entre los países que han seguido su estrategia de ``financiamiento basado en la demanda'', que consiste en canalizar fondos públicos directamente a personas, instituciones y comunidades en vez de continuar con la política basada en la oferta, a través de la construcción de escuelas y pago a docentes.

La política de ``el dinero sigue a los alumnos'' tiene su ejemplo extremo en el ``polémico'' sistema de vales para estudiantes, que en México se traduce en los programas compensatorios que manejan el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) y recientemente el Programa de Salud, Educación y Alimentación (Progresa).

Aunque el Banco Mundial aclara en un estudio de su Departamento de Desarrollo Humano que no dispone de evaluaciones formales, menciona el caso de Bangladesh, donde gracias a un programa de becas para alumnas --dice-- se duplicó la inscripción de mujeres y las tasas de asistencia estuvieron cercanas a 80 por ciento.

Sin embargo, admite que el sistema basado en la demanda tiene fuertes opositores, que alegan que los pobres ``no están en condiciones de elegir lo que más les conviene y que los sistemas de financiamiento educativo basados en vales acentúan la estratificación social. Alegan también que en los países pobres y las zonas rurales el debate sobre la elección no es pertinente; señalan que como en una aldea nunca podrá haber más que unas pocas escuelas, no tiene sentido establecer sistemas de vales''.

El estudio, titulado Descentralización de la educación. Financiamiento basado en la demanda, fue elaborado por Harry Anthony Patrinos, economista del Departamento de Desarrollo Humano del BM, y por David Lakshmanan Ariasingam, consultor del Departamento del Medio Ambiente de ese organismo. En noviembre, el primero de ellos impartió una conferencia en la ciudad de México para informar de las ventajas del financiamiento basado en la demanda.

Las otras naciones mencionadas como seguidoras de los planes del BM son Bangladesh, China, Colombia, Jamaica, Pakistán y República Dominicana. Además, aparece un breve apartado de los sistemas de Estados Unidos, Australia, Dinamarca, Holanda, Bélgica, Canadá, España, Francia, Irlanda y Japón, donde los colegios privados reciben financiamiento público.

Los autores ponen a México como muestra de la aplicación de programas de becas orientados a objetivos específicos. Señalan que en 1994 se puso en marcha un proyecto de becas para los niños de municipios más pobres, que costó 617 millones de dólares, de los cuales 412 millones de dólares provinieron de un préstamo del BM, el más elevado que se ha otorgado en los últimos cuatro años para ese fin.

Para Patrinos y Lakshmanan, esta estrategia era viable porque en México 18 por ciento de la población vive por debajo del umbral de la pobreza y más de dos tercios habitan en zonas rurales. Este segmento de la población, agrega, tiene familias numerosas y presenta los mayores coeficientes de dependencia y los niveles de educación más bajos.

El otro problema, según el estudio, es que México es el país de América Latina que tiene la mayor población indígena, con aproximadamente 9 millones de personas, equivalentes a 8 por ciento de la población total del país. Este segmento de los mexicanos tiene menos capacidad para complementar el financiamiento federal y en sus estados hay una grave escasez de insumos, incluidos libros para los niños indígenas.

Para solucionar esta situación se otorgaron becas a los niños de los 511 municipios más pobres (de un total de 934), se promovió la educación de niños indígenas a través de servicios de capacitación, se otorgaron incentivos para 43 por ciento de sus docentes, así como libros de texto, material didáctico y rincones de lectura; asimismo, se construyeron y rehabilitaron escuelas.

Financiamiento basado en la demanda, alternativa del BM

Para el BM, la política de expansión de los sistemas educativos nacionales, basada en construir escuelas y pagar a los docentes tiene desventajas: no ha beneficiado por igual a todos los miembros de la sociedad y ha generado diferencias entre niños y niñas, grupos indígenas y no indígenas y niños de zonas urbanas y rurales, además de que el gasto público en educación es ineficiente.

La disparidad entre niñas y niños en lo que respecta a las tasas de matrícula y de terminación del ciclo primario es enorme, señala. En 1990 una niña promedio de seis años de edad de un país de ingreso bajo o mediano podía esperar acudir a la escuela 7.7 años, en comparación con 6.7 años en 1980, mientras que para el varón promedio de seis años de edad esa expectativa era de 9.3 años.

También, añade, existe una amplia brecha en cuanto a los servicios educativos proporcionados a la población urbana y a la rural y muchos integrantes de minorías lingüísticas y pueblos indígenas no obtienen servicios educativos suficientes.

Además, explica el análisis, el gasto público en educación a menudo es ineficiente debido a su inadecuada asignación. Los autores insisten en la política del BM de dar prioridad a la primaria y la secundaria sobre la educación superior.

La otra crítica a la expansión basada en la oferta es que para los gobiernos resulta cada vez más difícil hacer frente al creciente costo de la expansión de los sistemas de educación pública. Por ello se preguntan: ¿quién debe sufragar el costo de la enseñanza? ¿Quién debe financiar la educación pública y la educación privada? ¿Qué proporción del costo total debe recaer sobre los contribuyentes y no sobre los beneficiarios directos?

A fin de superar estos problemas, señala, algunos gobiernos, entre ellos el de México, están ensayando nuevos mecanismos para la canalización de los fondos disponibles, y se refiere en especial al basado en la demanda, como los sistemas de vales, estipendios y subsidios por alumno.