RECORD EN EL CENTRO HISTORICO
Ricardo Olayo Ť Al menos tres marcas se rompieron ayer en el Centro Histórico de la ciudad: el de la rosca más grande jamás partida, que tuvo una extensión de mil 750 metros, casi diez toneladas de peso; el de asistencia, de hasta un millón de personas en toda el día de festejos, según cifras del gobierno, y también el del mayor número de saludos de mano por minuto, del jefe de gobierno, Cuauhtémoc Cárdenas, quien durante dos horas estrechó miles, recibió vivas --incluido el respectivo apoyo para ganar la Presidencia de la República en el 2000-- y se tomó fotografías con niños y mujeres.
Sin punto de reposo, el jefe de gobierno participó en el derroche de energía en que se convirtió el acto. ``Así lo queremos ver, siempre con esa sonrisota'', le gritó una señora que era parte del entusiasmo contagiado a los funcionarios, quienes atrasito del gobernante coincidían en que ese apoyo es la verdadera encuesta y no la rechifla en la Plaza de Toros, sobre la que todavía hay sospecha de que fue preparada, o la de sondeos que se hacen ``con quién sabe qué metodología'' y que se publican en los diarios.
``Esta es la mejor encuesta'', agregaría después la secretaria de Gobierno, Rosario Robles, quien anunció el siguiente pachangón para el 2 de febrero, pues el único muñeco de la rosca lo sacó el propio Cárdenas, ``sin duda un hombre con suerte'', lo definió la funcionaria, al anunciar que el siguiente festejo será en el Zócalo con tamales y atole.
Felicidad desbordada, 33 mil huevos y el corte del pan
``Un éxito'', no paraba de decir el presidente de la industria panificadora, Antonio Novoa, quien afirmó a Cárdenas que había planes para el 2 de noviembre, día del tradicional pan de muertos. ``Por tres años buscamos realizar este evento y hasta ahora el gobierno nos dio apoyo en la organización'', por fin cuajó el pan que requirió leche, higo, acitrón, naranja, cereza y muchos huevos, alrededor de 33 mil piezas, subrayó el industrial, quien con esta acción logró incluir a la rosca como nueva marca en el libro Guiness Records, certificada ante notario público.
En la madrugada empezó la labor de 15 mil personas que tomaron parte en los preparativos y la organización, desde la mano de obra en alrededor de 300 panificadoras hasta el dispositivo de seguridad a cargo de la policía femenil y voluntarios que partieron y distribuyeron 266 mil porciones de rosca e igual número de raciones de leche.
Las materias primas y la leche corrieron por cuenta de la Cámara de la Industria Panificadora y de la empresa Alpura, respectivamente, en tanto que el gobierno y los voluntarios montaron mesas, cortaron el pan y ayudaron a distribuirla.
Dos horas llevó a Cárdenas recorrer los mil 750 metros del pan de Día de Reyes, empezando a las 13:30 horas. Tras su paso se repartía la rosca y enfrente de él algunas mujeres que se le acercaban para darle un beso, gritos de ``¡sí se puede!'' ``¡Sí se puede!'', y recomendaciones: ``No deje que hablen mal de usted, dígales sus cosas'', mientras otros le alzaban la mano en señal de triunfo.
En otros casos salió a relucir el origen: ``Yo también soy de Michoacán''; los saludos de ``¡estamos con usted!'' y un ``¡qué guapo es usted!'', que hizo dudar a Carlos Imaz, pero al repetirse la frase de otra mujer, el propio Cárdenas le dijo al coordinador de Participación Ciudadana que ya se lo empezaba a creer, y otra vez todos estallaron en carcajadas.
Día redondo. El jefe de gobierno no quiso empañarlo y no hizo comentarios sobre las reacciones de las secretarías de Hacienda y Gobernación tras afirmar que el presidente de la República, Ernesto Zedillo, en combinación con el PAN y PRI afectaron las finanzas del Distrito Federal. ``Hablemos de la rosca'', decía a cada intento de los reporteros por hablar del tema.
A las integrantes de la policía femenil que realizaban la valla, Cárdenas las saludaba de mano y les deseaba feliz año, algunas se cuadraban y otras pedían tomarse la foto. Es un fenómeno único el de los gobernantes en las calles, comentaba el director del Instituto de Cultura, Alejandro Aura. Y Rosario Robles retaba: ``No hay ningún otro gobernante que pueda salir a la calle y tener este grado de aceptación''.
Las filas por obtener un boleto para la rosca o leche fueron del tamaño del acto y a veces la espera fue larga. Miles de manos se extendieron para alcanzar un pedazo y al resultar insuficiente por la afluencia de gente, los panificadores distribuyeron otras 20 mil porciones y el gobierno 500 roscas que tenía preparadas; aun así quedó mucha gente sin pan. La jornada sirvió para rescatar las tradiciones y estuvo acompañada por siete foros de música y espectáculos, el principal en la Plaza de la Constitución, donde se presentaron Eugenia León, Paquita la del Barrio, Aída Cuevas y la Sonora Santanera, para cerrar a las 10 de la noche.