La Jornada 6 de enero de 1999

Afloja Washington restricciones para el envío a Cuba de fondos y bienes

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 5 de enero Ť El presidente Bill Clinton anunció hoy nuevas medidas para aflojar las restricciones sobre el envío de fondos y bienes humanitarios a individuos y grupos no gubernamentales en Cuba, que si bien mantienen el embargo impuesto en 1962, abren un canal que podría incrementar el apoyo financiero de grupos no oficiales en la isla, según dijeron varios funcionarios estadunidenses.

Entre las medidas figuran por primera vez la venta limitada de alimentos y productos agrarios a organismos no gubernamentales, el establecimiento de un sistema directo de correos y el aumento de vuelos fletados.

Los senadores Jesse Helms y Robert Torricelli apoyaron el anuncio del presidente, al considerarlo consistente con las medidas de 1992, que intensificaron el embargo pero también instaron a mejorar los intercambios con organizaciones y grupos no gubernamentales de Cuba.

Manifestaron además su agrado porque el presidente hubiera rechazado propuestas para formar una comisión bipartidista para evaluar la política estadunidense hacia Cuba, informaron asesores de ambos legisladores a La Jornada.

Pero varios funcionarios del gobierno del mandatario demócrata insistieron en que las nuevas medidas sí representan un cambio en la política estadunidense.

Un cambio clave de la política hacia Cuba, comentó un alto funcionario del Departamento de Estado, será incrementar la influencia estadunidense en Cuba, particular- mente a través de grupos en la isla que proponen un cambio en el sistema político.

Otro objetivo es responder a acusaciones de la comunidad internacional de que la política estadunidense está diseñada con el propósito de castigar al pueblo cubano.

Al anunciar sus iniciativas, Clinton dijo que son un intento de demostrar ``nuestra determinación de otorgar esperanza al pueblo de Cuba en su lucha contra un sistema que durante cuatro décadas les ha negado hasta sus derechos humanos básicos''.

Pero además los funcionarios aquí temen que la influencia de Washington haya disminuido por la percepción, interna e internacional, de que la política estadunidense tiene el único propósito de aislar a Cuba.

``Hay una percepción creciente de que Cuba se aproxima a una transición --afirmó hoy James Dobbins, director para Latinoamérica del Consejo de Seguridad Nacional--. No sabemos qué tan pronto llegará, pero que llegará es casi seguro. Y al aproximarse la transición, la gente está más urgida de encontrar formas para asistirla y asegurar que sea pacífica y democrática''.

Americanizar la isla

Quizá reconociendo implícitamente que el embargo y los esfuerzos propagandísticos han fracasado en gran medida, el gobierno estadunidense ahora buscaría promover el flujo de dinero, cultura e ideas ``americanas'' a Cuba, para lograr una transición favorable a Washington.

De hecho, las medidas parecen estar diseñadas para permitir que tanto promotores como críticos del embargo puedan tomar crédito por los cambios en la política.

Estados Unidos permitirá ahora que cualquier ciudadano, no sólo los de origen cubano, pueda enviar hasta mil 200 dólares anuales a amigos y colegas en Cuba, y autorizará que individuos y organizaciones envíen montos aún superiores a grupos que no tengan vínculos con el gobierno cubano.

También permitirá el envío de alimentos y equipo agrícola a grupos no gubernamentales y a restaurantes y granjas privadas, y el aumento de vuelos a la isla, no sólo desde Miami, sino también desde otras urbes estadunidenses y con destino a varias ciudades cubanas.

Entre los primeros intercambios aprobados bajo las nuevas reglas está la propuesta de autorizar el equipo de beisbol Orioles de Baltimore viajar a Cuba para jugar varios partidos amistosos contra el equipo nacional de Cuba; lo recaudado sería destinado a organizaciones humanitarias.

Mientras, Bernard Aronson, ex secretario asistente de Estado para Asuntos Interamericanos, quien encabeza un grupo de estudio del Consejo de Relaciones Exteriores sobre Cuba, comento hoy a La Jornada que las nuevas medidas son ``un paso en la dirección correcta''.

Agregó que los conservadores temían que si el presidente hubiese nombrado una comisión bipartidista para evaluar la política estadunidense hacia Cuba, encabezada por un republicano reconocido como Henry Kissinger, se habría dificultado la aceptación de medidas de flexibilización.

``Llegaron a un acuerdo, acordaron no nombrar la comisión bipartidista, pero eso les permitió hacer algunas otras cosas a cambio'', comentó Aronson a La Jornada.

Varios funcionarios aquí dijeron que el aflojamiento de las restricciones sobre el envío de fondos podría generar aún más cambios: ``Les apuesto que veremos iglesias particulares recaudando fondos para ayudar a iglesias en Cuba, y para apoyar proyectos agrarios y otros esfuerzos'', comentó un funcionario que se especializa en la política hacia Cuba.

Otros informaron que el gobierno tentativamente ya aprobó varias iniciativas privadas para enviar fondos sustanciales a organizaciones no gubernamentales en Cuba.

Las medidas también fueron recibidas con satisfacción por el presidente del Consejo Comercial y Económico Cuba-Estados Unidos, John Kavulich, el senador republicano por Minessota, Rod Grams, y productores de cereales y carnes.

Sin embargo, un representante de la Iglesia católica estadunidense, que prefirió mantener el anonimato, manifestó su preocupación ya que el anuncio de las medidas, ``que no son dañinas'', podría hacer que su trabajo humanitario en la isla se vincule a objetivos políticos estadunidenses.

Gillian Gunn Clissold, directora del Proyecto Cuba en la Universidad de Georgetown, consideró los anuncios como un paso ``positivo'', pero cuestionó el interés del gobierno en canalizar fondos a grupos humanitarios en Cuba, ya que ``si en verdad están interesados en ayudar al pueblo cubano y no sólo hablar retóricamente sobre el mal gobierno cubano, ¿por qué no se sentaron con ese gobierno para discutir estas propuestas antes de anunciarlas?''

La especialista añadió que al anunciar estas medidas, pero al mismo tiempo la expansión de Radio Martí, que transmite desde Estados Unidos a la isla, se percibe el anuncio como la continuación de la misma vieja política.